HOY ESTOY TRISTE [Mi poema] Gladys González Solís [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Estoy triste y mis ojos ya no lloran Estoy triste embargándome el hastío, Estoy triste, la tarde está lluviosa Estoy triste y escribo lo que siento, Frío estoy como el mármol de una losa |
Nunca tomes al pié de la letra lo que lees. Una cosa es lo que el escritor pretende trasmitirte y otra muy distinta la que él realmente percibe. El poeta es como el actor, debe ponerse en la piel del personaje que representa.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Gladys González Solís
NOCTURNO DE BAHÍA
los cerros
parecen un parque de diversiones
torcido
interminable
lejano
en donde cada ventana
iluminada por el brillo de los televisores
se vuelve cálida
y curiosa
en medio de la calle
se dibujan
familias felices
sombras
haciendo lentamente el amor
cenas con vino
conversaciones de sobremesa
y niños jugando a las escondidas
entre la escalera
el humo de las chimeneas
crepita en el aire
como pequeñas luciérnagas
que navegan entre las cintas verticales del cinc
y los altavoces
de los buques solitarios
en la bahía.
PEQUEÑOS ESPACIOS
Los caminos de la bahía
llevan a pequeños espacios del dolor
que permanecen silenciosos
un hombre
está tirado en el suelo
como un animal destripado
los pantalones abajo
sus genitales congelándose en la lluvia
un perro sostiene su cabeza
como si de ese hombre alcoholizado
dependiera su mundo.
HABITACIONES
cuando las puertas de las habitaciones
se cierran
y todos comparten
ese pequeño mundo cálido
del amor
de la fidelidad
me encierro en mi cuarto
y pienso
si alguna vez
me tocará algo
de esa luz anaranjada
bajo la puerta
observo las rendijas
y medito
de qué sirve este oficio
de marcar el paso en los terminales
con el frío destazando los huesos
de refugiarse
en las citas de los poemas
que te hacen llorar
cuando te encuentras solo
de encontrar
pequeños bosquejos
de sonrisas eternas
que quedan grabadas
en la cabeza
durante años
entre la muchedumbre de un mercado
o las vitrinas de un café
suspiro hondo
y lo que escribo
parecen retazos de algo desconocido
que pretendo intuir
dibujando en el vaho de mi reflejo
que va atravesando
en medio de la noche
los túneles iluminados
de la ciudad.
CONFIDENCIAS
tengo por escritorio
el esqueleto de una cama de madera
duermo en un colchón viejo
sobre las tablas del piso
y despierto en las mañanas
con deseos de que el invierno
pase pronto
para recostarme en la playa
bajo el sol
con los ojos cerrados
sintiendo el calor de la brisa
esta semana
solo hubo dinero
para comprar leche en polvo
avena y café
esta semana
hubo tiempo
para mirar por horas
el mar golpeando el cemento de la costanera
a los perros ladrar a los autos
que cruzan la calle del hospital
para regresar
a la habitación que arriendo
y lavar un poco de ropa
ordenar el pequeño escritorio
junto al sonido de la gotera
cayendo en el tarro de pintura.
RIPIO
la casa y sus escombros
se apilan
en habitaciones
con olor a detergente barato
preservativos
cáscaras de naranja
adobe
y humedad,
en pequeños gestos
que intentan romper
con la crueldad del amor
solo como la metáfora
de unas tablas rotas bajo la cama.
INSOMNIO
la escena
está en la más completa indefensión
paredes blancas
de una casa hipotecada
libros en el suelo
cuentas por vencer sobre el sillón
el ruido de la lluvia
cayendo lánguidamente
durante días
en el pasillo
las luces apagadas
el vidrio roto de la ventana
el abrir y cerrar de puertas
por el viento
los gatos sobre el huerto de salvia
olor a incienso penetrante
la más completa indefensión
como si la borra del pasado
aturdiera los sentidos
encadenando voces
y rostros
como perros rabiosos
al solitario jardín del exilio.
MALETAS
un viaje de regreso
se resume
en maletas alineadas
sobre la alfombra
cubiertos envueltos en bolsas plásticas
cajas con libros y fotografías
una temporada en la bahía
se queda inmóvil en el recuerdo
como una vieja tarjeta de navidad
que suena en un cajón vacío
esperando ser silenciada
cuando el tiempo
acabe esa fantasía.
CARRETERA
las torres de alta tensión
los cardos de la carretera
el polvo entrando por el techo
las flores salvajes
que crecen en los caminos
las nubes que abren
y escenifican
esta nueva ciudad.
MEMORIAS
un viaje inesperado
un océano que no conoces
ni añoras
excepto por tener un poco de viento frío
en el rostro
y un regreso incierto
una fiesta de cumpleaños
en el lado norte de la ciudad
a la que nadie llegó
y donde debiste sonreír
para no decepcionar a la familia
el árbol genealógico
que causó el estrago de las clínicas
las curas de sueño
y las paredes emblanquecidas con saliva
admitir lo que significan diez años perdidos
la traducción del dolor
la impotencia
la versión de la alegría en imágenes
y recuerdos borrosos
un nuevo camino
por el cual llegar
a lo que podrías llamar casa
grandes ilusiones
camufladas en el paisaje
la palabra confianza
y el mal sabor que deja
cuando la masticas
mientras tus cosas
caen por la ventana
otros diez años
el cambio de turno de la ironía
una enredadera robusta
que crece
según la ortopedia de una reja,
lo más silenciosamente posible.
URGENCIAS
la sirena de una ambulancia
un auto
un cuerpo mojado
envuelto en frazadas
un pasillo de urgencias médicas
una camilla
el estado de turbación
de la mente por días
las sondas que atizan
el desierto de un estómago
la flora intestinal
pudriendo las pastillas
los malos sueños
un departamento en desorden
la orina estancada en las cañerías
una marca de cigarrillo en la alfombra
el polvo de la lluvia
sobre la cama
esperando como un cachorro hambriento
olvidar el sabor amargo
de un invierno pobre, oscuro y frío
congelado como una postal
entre los recuerdos de la bahía.
ORQUÍDEAS
envuelta en papel
dentro de un cajón
encontré una carta antigua
que no había leído
al salir del hospital
hablaba de orquídeas deshojadas
que caían sobre el piso de tu casa
sobre la esperma de una vela
detrás de los muebles y el polvo
que no te atrevías a recoger
orquídeas desvanecidas
que cubrían los recuerdos de mi ausencia
luego de la mudanza
la escalera sin vida
la ropa interior bajo la almohada
tus viaje, el murmullo del bosque
el frío de la montaña
me decías que me amabas
que era tu niña
que aún podía volver
de Calamina (2014)
Antonio Machado
Huye del triste amor…
Huye del triste amor, amor pacato,
sin peligro, sin venda ni aventura,
que espera del amor prenda segura,
porque en amor locura es lo sensato.Ese que el pecho esquiva al niño ciego
y blasfemó del fuego de la vida,
de una brasa pensada, y no encendida,
quiere ceniza que le guarde el fuego.Y ceniza hallará, no de su llama,
cuando descubra el torpe desvarío
que pedía, sin flor, fruto en la rama.Con negra llave el aposento frío
de su tiempo abrirá. ¡Desierta cama,
y turbio espejo y corazón vacío!V SONETOS De: Nuevas Canciones (1917-1930)