EL NUEVO DIOS DE LA CENSURA [Mi poema] Antonio Muñoz Molina [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Un día ha de llegar en que ser libre Que el Dios que conocemos ya habrá muerto Que dioses ya son viejos o se han muerto, Solo ellos hoy ostentan el poder Si todo sigue así nadie nos salva, |
Boicot a parler.com
Siempre se habló de los Medios de comunicación libres como el cuarto poder, absolutamente necesario para la Democracia. Sin embargo, cuando éste se convierte en monopolio como puede ocurrir hoy con las redes sociales, la libertad queda lamentablemente amenazada. Se da paso a la nueva censura, tan propia de los regímenes dictatoriales. Es lo que le ha ocurrido a esta nueva red social competencia de Twitter, según ellos independiente, por parte de los grandes de las nuevas tecnologías, Google, Facebook, Amazón, Apple…, que se atribuyen el derecho a decidir lo que políticamente es correcto. censurar y ser capaces de posicionarse a favor o en contra de un futuro Gobierno e influir decisivamente en su elección.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Antonio Muñoz Molina
Intima:
Cada vez más pienso en ti
ya sin imágenes,
sin recordarte casi.
Te me has vuelto un adentro
donde no cabe nadie
sino la luz y el aire
y tu nombre esquivo
como una mariposa
posada en el silencio
lista para alzar el vuelo
apenas mis labios
se aproximan para nombrarte.
EN RECUERDO DE DON EMILIO LORENZO
Me acuerdo de mi amigo don Emilio Lorenzo
Dentro de la campana de cristal del silencio.
Su paso atareado, su vejez diligente,
La certeza de verlo cada tarde de jueves
Trayendo en los bolsillos urgentes papeletas,
Artículos, recortes, caramelos de menta.
La calva tan redonda, el bastón, los audífonos,
La sonrisa cordial en los ojos tan vivos
Y aquel gesto severo, con las gafas caídas
Que daba paso a un guiño de astuta pillería.
Tenía muy despierta la memoria infantil
Y amaba a Manolito y a Huckleberry Finn.
Como a ese alumno inquieto que en la última banca
Aún sigue alborotando cuando los demás callan,
El director a veces le ordenaba silencio
Porque no se callaba para atender al rezo.
Amaba por encima de todo las palabras
Y pasó media vida sin poder escucharlas.
Buscaba en los periódicos y por los diccionarios
Palabras sin sonidos, fantasmas tipográficos.
La legua hablada era un latido remoto
Que él quería auscultar con su tosco endoscopio,
Con aquel sonotone que siempre se acoplaba
Con chirridos y pitos de radio averiada.
Pero no perdió nunca su deseo curioso
De erudito y de niño por aprenderlo todo.
Como un naturalista que caza mariposas
Él atrapaba al vuelo palabras invasoras
Y andaba siempre alerta, con su aire distraído
Armado con la red de cazar anglicismos.
Si a quien se queda ciego, cuando pasan los años
Dicen que los colores se le van olvidando,
Tal vez ya don Emilio casi no recordaba
Cómo eran los sonidos que forman las palabras.
Recluido en la campana de cristal del silencio,
¿qué escucharía en sueños don Emilio Lorenzo?
Puchritudo Sploendor Veritatis
Estoy en el centro mismo del ojo del puente.
A mis espaldas el monasterio de Caaveiro.
Enfrente las viejas ruinas de los molinos de agua.
En las pozas chapotean los mismos amantes
sin tiempo en el tiempo.
¿Es la belleza el resplandor de la verdad?
¿Qué será mejor?
¿Decir siempre lo mismo sobre las mismas cosas
como repetía Sócrates o
decir siempre algo distinto sobre las mismas cosas
como repetían los sofistas?
Sólo somos aquello que plantean las preguntas.
ORIGINAL EN GALLEGO
Estou no centro mesmo do ollo da ponte.
Ás miñas costas o mosteiro de Caaveiro.
En fronte as vellas ruínas dos muíños de auga.
Nas pozas chapinan os mesmos amantes
Sen tempo no tempo.
É a beleza o resplandor da verdade?
Que será mellor?
dicir sempre o mesmo sobre as memas cousas
como repetía Sócrates ou
dicir sempre algo distinto sobre as mesmas cousas
como repetían os sofistas?
Só somos aquilo que plantexan as preguntas.
MI AUTOR INVITADO: Rodrigo Marel
No profundamente
Me amas
pero no profundamente,
no con los huesos;
y mirada sostenida.
Me amas
con palabras duraderas
y manos tensadas,
con sonrisa sincera
y alborotado deseo.
Con todo me amas
pero no profundamente.
El oficio del bordado
Ninguno tenía manos de bordador,
pero todos bordaron.
Con sus hilos adornaron mi pecho,
abandonaron sus tragedias y fantasmas.
Y mi cuerpo atendía sus favores,
a veces fatigado
a veces con ternura.
Algunas noches
observaba melancólico
tantas manos bordando
y sangrando al mismo tiempo.