EL CAMPOSANTO [Mi poema] Miguel Gane [Poeta sugerido]
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MI POEMA …de medio pelo
Y dicen de este mundo que él avanza,
y dicen que el causante es el progreso
yo digo te la quieren dar con queso,
pues pongo a compararlo en la balanza
y debo de admitir su retroceso.
Que antaño cuando yo era un mequetrefe
el pueblo donde entonces yo vivía
un médico y maestro siempre había
y el guarda aquel civil era allí el jefe,
que fueran a robar no se temía.
Las gentes se tenían gran respeto,
acuerdos se cerraban con las manos
dispuestos a cumplir como cristianos,
y nadie establecía un parapeto
incluso con los seres más lejanos.
Y es hoy que ya no existe ni la escuela,
por tanto no hay maestro. El desencanto
cerrado como está ya a cal y canto
el médico ni está ni te consuela
que allí solo ya queda el camposanto.
©donaciano bueno
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Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Miguel Gane
Marina Abramovic
Yo nací del pan.
Como el hambre,
yo nací del pan.
Partieron una hogaza
en dos mitades
y colocaron el cuerpo
sobre una mesa.
Todos permanecieron de pie,
atentos y expectantes:
quién dará el primer paso,
quién morderá primero.
Unos acudieron
con las manos abiertas
y otros sacaron los cuchillos.
Grabaron
el pan con sus dientes,
en su piel,
dejaron las marcas
de las hojas afiladas.
Yo nací de ese pan herido que alimenta
a hombres y mujeres,
yo nací de su hambre,
pero también de su avaricia;
nací igual de blando, igual de tierno,
mi carne era roja
y mi textura escamosa.
Como el pan que fue mi madre,
también me hice migas en sus mesas,
les entregué mi cuerpo
para saciarse,
para descubrirse,
para existir.
Parirme
fue condenarme a morir.
El amor propio
Amas estar contigo misma,
amas encontrarte,
te eliges.
De todos los amores que has tenido
el propio es el que más te importa.
Amas los momentos que te guardas para ti:
tú te dedicas
las mejores canciones,
los mejores poemas.
Te posees con la fuerza del abrazo,
eres celosa con tu espacio,
no te importa que te llamen rara.
A veces, los mejores días son aquellos
en los que nadie perturba tu paz,
en los que nadie te pide explicaciones.
Estás enamorada de tu soledad
porque has entendido que ella será la única
que nunca te hará daño.
Sabes que siempre serás tu amiga más fiel,
no hay miedos en tu amor,
tu cuerpo es capaz de guardar
toda la luz del mundo:
eres la única que puede verse tal y como es
cuando se mira.
Y cuando haya que escalar montañas,
tendrás tus pies;
y cuando haya que nadar cien mares,
tendrás tus brazos;
y cuando haya algo por lo que luchar en mil batallas,
tendrás tus sueños,
y tendrás tu Luna
cuando te quieras amar.
Tu mejor victoria
es que no necesitas a nadie
para abrirte el mejor vino.
Amas tu compañía y tu soledad,
amas tu paz y tu guerra,
amas tu orden y tu caos,
tu lunes y tu domingo,
y cada instante que pasa
lo tienes un poco más claro:
tú, y nadie más que tú,
Llamada de mi abuela
Las vecinas me dijeron esta mañana
que anoche te vieron por la tele,
que hablabas muy bien,
que hablabas
como si nunca te hubieras ido.
Los de la fábrica me han preguntado
por las tierras
y yo les dije que tenía que consultártelo.
He engalanado la tumba del abuelo
y se puso a llover después de plantar
las rosas.
Este domingo fui a misa, escuché la liturgia
pero no me quedé mucho porque me dolían
las piernas.
Ha venido Nae a casa
y me ha colocado la leña.
Todavía no le he pagado,
pero si te mando un paquete pronto
voy a comprarle una botellita de aguardiente
para ti
y ya me las arreglaré con él.
Me han subido la pensión cincuenta leis,
es poco, pero estaba peor antes.
Las gallinas han puesto siete huevos
y dos de ellos son verdes.
Tiene que venir Vasile
para arreglar las bajantes
de la casa de madera
y le haré sopa
con los huesos que han sobrado
de la matanza.
Tengo que contarte:
mi tío Luca está muy enfermo.
Te he puesto champiñones a macerar.
Te he hecho mermelada de ciruela.
Te he congelado ortigas.
Te he comprado sábanas nuevas.
¿Cuándo vienes a casa?
Hay que saber irse
Hay que saber irse,
hay que saber abandonar el barco
sin hundirlo,
hay que saber cerrar la puerta
sin dar un portazo,
saber que a la piedra
no se le responde con más piedra,
que al daño
no se le responde con más daño.
Hay que ser elegante al marcharse,
entender que no hace falta
despedazar el abrazo
que una vez te dio calor.
No hay que romper las cartas
ni las fotos,
no hay que borrar los recuerdos
porque, más que un borrón
y cuenta nueva,
saber irse es una lección
y cuenta nueva.
Hay que saber marcharse,
comprender que las expectativas
son como el humo:
intuyes que surge de un fuego
pero ese fuego no se ve.
Nadie gana en las despedidas
porque ninguna victoria
es más triste
que decir adiós a un hogar.
Hay que saber irse
sin bombardeos,
cerrar la historia
sin destrozar el libro,
seguir caminando
sin mirar hacia atrás
y hay que entender que, muchas veces,
solamente seremos
la forma que escogimos
para decir adiós.
Todo lo que quiero decirte
Te diría tantas cosas tantas
te diría, por ejemplo,
que hoy hubo un eclipse solar
y, aunque apenas fue perceptible,
el mundo se volvió un poco más oscuro.
Te diría que solo sé escribir poemas de amor
si eres tú la que sonríe al otro lado.
Te hablaría sobre la belleza de los números pares,
sobre la extravagancia
de los libros de tapa dura
y la falsedad de los rotuladores permanentes
—¿qué hay de permanente en la vida?—.
Te diría que no me importan las causas sociales,
ninguna ninguna ninguna,
que nada importa
cuando tú me dices
que te duele una pestaña,
que te duele un lunar,
que te hiere un suspiro.
Te haría saber que soy un iluso,
que hay días en los que creo
en la palabra siempre
en la palabra matrimonio
en la palabra familia.
Y, sobre todo, te diría que te quiero,
que la vida es un poco más difícil sin ti,
que no me importa que se hayan muerto
García Márquez Vicente Fernández Philippe Noiret
porque tú haces de este mundo un lugar
lleno de libros de canciones de cine,
un lugar lleno de belleza.
Te diría tantas cosas tantas,
pero se ha caído WhatsApp.
Puedes hacerme lo que quieras, (Verso&Cuento). Ed.Aguilar