BOCAS DE SILENCIOS ROTOS [Mi poema]
Luis Alberto Crespo [Poeta sugerido]
Luis Alberto Crespo [Poeta sugerido]
¡Gracias por leer esta publicación, ¿deseas comentar? haz click en el botón de la izquierda!
MI POEMA… de medio pelo |
Bocas de silencios rotos, Presas andáis por escrotos ¡Despertad! que el Orinoco No durmáis más pues la vida Pensad que os llegó la hora |
Este poema va dedicado a todas las mujeres que en el mundo son sujetos de violaciones de sus derechos por parte de quienes dicen quererlas y de las que se autoproclaman propietarios.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Luis Alberto Crespo
Y el otro aquel
También me enseñaste
que una coma es una fatiga del pensamiento
y los puntos suspensivos
no se sabe dónde terminan
que basta un paréntesis
para esquivar la ternura
y que nada es más callado
que el punto final
no tiene a nadie
se le ha acabado el tiempo no
no lo mires.
Hogar
Tranqué la puerta
Cuando lo hice fui un anciano
La llave me metió más al fondo
me negó hasta el ojo de la cerradura
Entonces tuve que empujarme un poco más
y cedí
Tengo en mí esto trabado por testigo.
Historia
Quieres saber qué queda de ti
en la mirada de quien se desfigura
de tanto callarse
Me pides que te diga desde cuándo
y si aún eres tú
No lo sé
sólo sé que él se abandonó a una tierra sucia
y ya no logra verte.
Fiel
Cómo me estorbo
por ti
cómo me atravieso
por ti
y me quito
y me asuelo
por ti
Si lo hago
no es por mí
es por los dos
para reconocernos
al fin
esenciales.
Trabajo
Dejo mis manos sobre la mesa
en el quicio del vértigo
Ten paciencia me dirías (si estuvieras),
sé fiel al poema
-cultiva su duda-
Es lo único que espera.
¿Dónde?
¿Cómo supiste que esto hasta aquí
conduce a un orden ignoto?
¿Por qué piensas que aún es locuaz
la contemplación de lo que en sí se extingue?
Y dime ¿por qué insistes en reservar para hoy
La memoria de aquel muro en que te concentras?
Escucha Ezequiel
Un venado se seca en la alambrada
después de librarse del disparo que corría más veloz que su miedo
En la fuga se llevó por delante el viento
La red con dientes de lobo lo detuvo
En el forcejeo la vida el otro cazador el más silencioso
lo redujo a un varillaje de huesos y pellejos
Del otro lado se avistaba el bosque su vasto cielo de ave terrestre
pero sólo esa vez.
Más afuera
Los bosques de los muebles
ignoran que ya no lo son
pero aun cercenados
ventean
Pongo mis codos
sobre el viejo mesón
y aparto sus hojas caídas.