A CUESTAS CON LA MUERTE [Mi poema]
Feliciana Enríquez de Guzmán [Poeta sugerido]
Feliciana Enríquez de Guzmán [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
A cuestas con la muerte, siempre a solas, Perdida la mirada al horizonte bucea en las memorias del ayer Y espera, preparadas, sus maletas, |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Feliciana Enríquez de Guzmán
Madrigal
Dijo el Amor, sentado a las orillas
de un arroyuelo puro, manso y lento:
«Silencio, florecillas,
no retocéis con el lascivo viento;
que duerme Galatea, y si despierta,
tened por cosa cierta
que no habéis de ser flores
en viendo sus colores,
ni yo de hoy más Amor, si ella me mira».
¡Tan dulces flechas de sus ojos tira!
Romance amoroso
A lágrimas y a silencios
reducida, Elisio, el alma,
modo le falta a la queja,
de referirse mis ansias.
No tiene la voz acento,
no encuentra el labio palabras;
todo la pena lo oprime,
todo el dolor lo embaraza.
La causa, ¡ay de mí!, es tan triste,
es tan fuerte la desgracia,
que no mata padecida
porque mate imaginada.
Los suspiros desde el pecho
tiernísimamente exhalan
fuego, que a los ojos míos
comunica en vivas llamas.
Estos de mis sentimientos
verás y extremos declaran;
atiende, Elisio, a mis ojos,
pregúntales lo que pasa.
Mas el corazón te envían,
no saben decirte nada;
no es mucho que aquesta vez
le falten lenguas al agua.
Mi afecto, amigo, te explique
la desdicha más extraña,
que si ha de volver al pecho
no importa del pecho salga.
No para buscarme alivios,
para negociarme lástimas
dispensa mi mal conmigo;
que en razones mal formadas
yo propio, ¡Ay, cielo!, te informe;
valor y aliento me falta,
que expiró, ¡terrible lance!,
la generalmente amada.
A las bodas de Maya y Clarisel
A las bodas de Maya y Clarisel
En los campos elisios Himeneo,
Juno y Venus las bodas celebraban
de dos esposos, y las coronaban
de arrayán y del árbol de Timbreo.
Caliope y Euterpe al son que Orfeo,
Elio y Talía en arpas acordaban,
sus tálamos felices festejaban
de uno y otro llegados al deseo.
“De descanso, diciendo, largos años
les de el divino amor, y la discordia
de su puerta no pase los umbrales;
entre brocados y purpúreos años
Maya y su Clarisel, siempre leales,
gocen de felicísima concordia.”
Soneto.
Farol, jardines, sois que los navíos
encamináis al puerto de bonanza;
ley, pragmática nueva y ordenanza
insigne de los pitios desafíos.
Crisol que al oro dais de vuestros ríos
y al falso y a la alquimia su balanza.
Arte cierta, doctrina y enseñanza
negada a licenciosos albedríos.
Alta atalaya y torre que ambos mares,
el del Sur y el del Norte, descubristes.
Nivel, regla, padrón, peso, medida.
Ricos campos sabeos singulares,
única es vuestra fénix que hoy nos distes
en los nuestros Elisios, do se anida.
De Apolo. A doña Feliciana Enríquez de Guzmán. Soneto.
Las torpes parias de las cien donzellas
devengaron con gloria soberana
las ilustres Leonor y Mariana
con sus castas consortes cuanto bellas.
Vos, que en la luz de tales dos estrellas,
luceros de la tarde y la mañana,
como tan vuestras, bella Feliciana,
guía y norte hallastes y centellas;
del valor alentada de su ejemplo,
el tributo pagado con desmanes
al paganismo bárbaro del vulgo,
redimistes con gloria. Si de templo
no digna, ¡oh honor de Enríquez y Guzmanes!,
digna de la mayuma que hoy promulgo.