EL HOMBRE, LA VIDA Y LA MUERTE [Mi poema]
Juan Carlos Veloso Retamal [Poeta sugerido]
Juan Carlos Veloso Retamal [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
La muerte está presente en los humanos, El hombre vive al margen de la muerte, La vida se halla unida a la desgracia, El hombre con la muerte y con la vida Las patas, tres, del juego de las sillas, Y hay otras en que ven que te relajas |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Juan Carlos Veloso Retamal
Canaán
Canaán camina por el campo,
a la deriva,
no puede atravesar por las pirámides,
encontró refugio
a la sombra de las escopetas de estrellas.
Canaán,
es descendiente directo de Adán,
expulsado de él mismo,
obligado a caminar y no pertenecer
Conoció la vergüenza en el retail
la extravió buscando sus origenes,
hace años que se esconde tras los puentes
intentando encontrar de donde viene
Seguro que andaría desnudo,
los capilares de su cara no se llenan
por el hondo frío de su médula
cubre su cuerpo de sucias telas
Lo desterraron de las pirámides,
por ver a su abuelo ebrio y no cubrirlo,
les gritó: Su alimento, es alimento de mi hambre
su caridad, la exhumación de los pesares.
Canaán vive, alternadamente, en el campo y el edén,
por la noches le brota la historia,
pequeñas piedritas
que le perforan la piel.
Quiero decirlo claramente
Poeta, pacta tu sangre con la sangre
liberada en la ultratumba del demonio
cambia tu viva miseria por lucidez:
éxtasis de extraviarse a la deriva.
Aguardas entonces la certeza más precisa
incluso que la hora de la muerte.
Espérala en forma tal de derramar
con tu codo el vendaval de la sequía.
Ahora crees mirar la certidumbre, y,
tu vista sangra por las llagas del camino
el agua es ilusión de arenas movedizas.
Despierta: la “vida de los dones” son horrores.
Deja que el violinista de turno te bendiga,
que el arpa llena de sangre te invite a su jardín
de fuego, luz y destrucción inseparables.
Pacta, vence, soldado del hombre, a lo caduco.
La poesía no pertenece a los libros
La poesía pertenece al sonido
al aire que son las palabras
más allá del ícono
del símbolo y el significante
la palabra está encarnada en la vida
y la poesía encarnada en la existencia
Sucesos de pandemia
Mientras conversamos sobre el amor romántico
vemos salir la bolsa
donde va un cadáver
de la primera pandemia del siglo
Es gris como el hormigón
o un eterno cielo nublado
lleva un distintivo amarillo
terrible como flores de plástico
Mientras los médicos discuten
sí conectar o no a otro enfermo
interrumpimos nuestra discusión
para narrar la escena
¿Qué nombre tienen estos modernos sepultureros?
La indolencia es una peste
la verdadera peste en este siglo
he ahí la causa del amor que discutimos
En el laberinto de mi propio aquí
Triste el aburrimiento cuando las horas se amontonan
el tedio se dilata y cortinas cerradas desfilan frente al día
El presente es inconcluso en la espera de la novedad
y es triste mirar el celular con la grasa impreso de tus dedos
En el laberinto propio de mí aquí
soy todos mis fracasos estrellados
escape enjaulado de voluptuosidad
derrotero sin vuelto ni limosna
El mundo es un bostezo de sueño insomne
el parpadeo del aire a manotazos
señales que no golpean la ventana
ni exhortan la puerta el ser llamado
La espera es coleccionar tiempo en reversa
en un mundo que te pasó a buzón de voz
y el tedio es la nostalgia del presente
doliendo en la emergencia del pasado
Visiones poslisérgicas
Te vi de niña
apoyada en tu pupila
fondo de ojo estrellado
como una galaxia sobre otra
En esa niña otra pupila
en esa pupila otra niña
apoyada
como espejos enfrentados
Y así
en progresión infinita
(sagrada geometría tú dirías)
una niña apoyada
en la pupila de sí misma
sosteniendo desde dentro la mirada
Al fin
solo un destello
una luz
un centelleo
la visión de un loco
el ruido de una puerta a medio cerrar
o a medio abrir
y una escalera cediendo sus extremos a otra dimensión
Te vi de niña
y al abrir tu mirada
y transparentar el ser
vi a todas las niñas
las flores
las piedras
los volcanes
las estrellas blancas y abuelas:
todo lo que actualmente hemos sido
No soy lo que tú crees
Sin embargo soy lo que parezco:
llevo por manos colgando dos heridas
e historias pegadas como ojos
que a veces cuando miran son volcanes
La tempestad me aparece por la boca
sobre todo si la noche ataca el alma
y truena y llueve en las pestañas
con vientos de nostálgicas derrotas
Algunos días llegan bandas de exiliados
que trashuman destierros de otros lares
percuten el tambor de la memoria
y pulsan contra el ritmo del olvido
Las islas se me inundan bajo el mar:
espejos que se prenden de señales
mis oídos son canales de conciencia
que cuelgan pendientes del sonido
Mis pasos fueron parias del destierro
mi mente sufre históricas amnesias
y no hay barro que dude de esta carne
de este cuerpo cimentado en el temblor
Nací en la punta invertida de los mundos
parido desde flujos subterráneos
entre lavas de espíritus ardiente,
que florecen deshojando las montañas
No soy más de lo que oyes
soy lo mismo que parezco
no soy norte sino sur
soy las llamas de este magma
paraíso que resiste
en los cuerpos que se olvidan
de mis muertos extraviados
Soy
un cielo
bajo tierra.