A QUÉ CORRER [Mi poema]
Victoria Urquiza [Mi poeta sugerido]

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MI POEMA …de medio pelo

 

Azaña, es la verdad aquí desnuda.
Que ayer tuvo la suerte de nacer
al punto donde ya empezó a correr
y hoy sigue en la carrera con su duda
e incluso por qué corre sin saber.

Del día en que empezaba a merecer
no tuvo ni un momento en qué pensar
pues nunca de correr pudo parar
tratando de avanzar para crecer
obviando si el correr se iba acabar.

Correr para llegar allí el primero
y ser siempre el más rápido en llegar,
correr, adelantarse y esperar
a ver si el que le sigue alza el sombrero
haciéndole a su ego disfrutar.

Correr sin esquivar ni a los tropiezos
igual que fuera un reto al caminar,
correr hacia adelante sin mirar,
de vez en cuando haciendo algunos rezos
creyendo irás al cielo imaginar.
©donaciano bueno
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MI POETA SUGERIDO:  Victoria Urquiza

POEMAS DE MAR

Caminamos sobre la orilla del mar
la mirada fija
en el exilio de la espuma
kamikaze furioso al viento de la mañana
explota en nuestros pies
se desgrana
se esparce
nos convoca al ritual:
hay que mirar hasta que los ojos sean cristales
y aprendamos de memoria
lo que nos puebla
la identidad inventada
la red que pesca el silencio
ganancias y pérdidas de los días

la arena va volviéndose más y más fina
en un eterno retorno
las olas se rompen
en un eterno retorno
la belleza de la muerte

Entre las conchas marinas
un caballito de mar
se seca al sol intenso del mediodía.

***
Los relojes se han parado
Abajo, la calle de los gatos
huele como el amor la primera vez
Caminamos subiendo mil escalones encaracolados
todo ha comenzado a oxidarse
La herrumbre cubre con su color terroso
las lánguidas agujas del tiempo
y descubre el día de los gustos perdidos

Preparamos café
y es como tomarse los segundos

JÁCHAL

Las sábanas huelen a sol
el mismo olor que
tiene la tierra seca

los hombres huelen a sol
un sudor agrio y distinto
como si el único territorio posible
fuese el inmenso desierto
por el que se pasean
las almas, cascarones vacíos.

A saber

cuáles, cuáles son entonces
las palabras esenciales

las que yo callo
o
las que espero

de madrugada
hundida en el silencio
cómplice de la duermevela

Estampa vital

Hay cosas que cuestan más que otras
el lugar definitivo, por ejemplo
deshacerse de mitologías
cubrir la piel añorada de retamas
cubrir el suelo ya pisado
sembrar en el espasmo

Hay cosas que cuestan más que otras
me lo confieso como en un túnel
cuyo centro tiene ecos atrasados
y ensocerdecen la voz propia y las ajenas

Hay cosas que cuestan más que otras
decirse bien bajito que
el olvido puede llegar

y llega..

Natural

En dos partida
por el suspiro de mí misma

en dos y en sangre
en tiempo y en hueco

en esta estaca que me inmoviliza
cada vez que el tiempo es nuevo.

EL HIJO QUE NO ENGENDRÉ

El niño muerto
ese que no engendraré.
el que no pariré
al que no le enseñaré
las letras y los números,
la dicha de amar
y la inexistencia del amor
las verdades que me miento
y las mentiras que creo
al que no gritaré
ni le diré cómo hacer las cosas
el que no tendrá cuentos,

El niño muerto
El que no es
para enseñarme a mí a no ser
lo que otros son.

Esta noche y la que sigue

quedate a dormir conmigo
esta noche y la que sigue
ya averiguaremos
si nos sobra el mundo
o si le sobramos al mundo

quedate
que afuera no hay eternidad
y marcha la nada en los pasajes
que todo se desarma finalmente
y hay bombas como globos pesados
y hay cuchillos que se clavan desde adentro
y algo que se parece a la belleza
algo que tiene la sed de un animal indómito
muere a cada instante

buscamos refugio
en las calles de una ciudad imperceptible
mientras el aire apuñala la tierra
cada vez un poco más

acorralados
estamos acorralados
un solo flujo se nos escapa de los ojos
pero no sabemos qué es
y dudamos si decirnos nuestros nombres
cuántas veces me llamaste
cuántas fueron verdad
yo acudía inventando
el eco de tu voz en cada lado
como ahora
que tu voz tiene eso de alga y de costumbre
pero no logro recordarla
jugamos tantas veces a la norma
que terminamos por romperla
y ahora nada tiene el destino de ser real
quisimos incendiar las pantallas
para que haya un humo que nos señale
el camino a casa
quisimos asfixiar lo que queda
y aprender a respirar
el calor de un alma en combustión

exagerás
me decís
tu dolor no tiene el peso de una boca
tiene las patas de arañas asomando por la lengua
tiene cosquilleo
te respondo
y siguen brotando insectos que trepan paredes
sin entrar a ninguna casa

habrá el momento de arrepentirnos
de reclamar lo que no tuvimos
y decir que no hubo culpa
solo los dedos sobre el rostro
solo un cuerpo desnudo yaciendo junto a otro
¿está mal invitarte a poblar las sábanas y las noches?

quedate conmigo te pido
porque nada puede un cuerpo solo
en una noche como esta
en la que sobra el tiempo
y faltan las esperanzas
y el café está frío
y la casa está fría
y en cambio
haríamos tan bien
en volver a mirarnos.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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