VALE LA PENA VIVIR [Mi poema]
Santiago Espinosa [Poeta sugerido]

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MI POEMA…de medio pelo

 

Vale la pena, ser vale la pena
haciendo del amor un requisito
oyendo a ese clamor que a voz en grito
nos pueda liberar de esta condena.

Vale la pena hacer de nuestra estancia
que nadie ha de olvidar que es temporera,
la forma de animar tan tensa espera
haciendo del amor una ganancia.

Vivir haciendo el bien sin más premisas
dejando en buen estado a la conciencia,
mostrando la mejor de las sonrisas.

Amar siempre en estado de demencia
haciendo ostentación de esas divisas
y así no acepte Dios, pedir clemencia.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Santiago Espinosa

Al margen

Tarde de sed,
llueve sobre las calles

detrás de lo que escribo
siempre hay lluvia.

La música abre una esfera
donde entran y
salen los fantasmas
que no he visto

cesa la gravedad
bajo sus botas mojadas

y llueve
adentro.

LAS HORAS MUDAS

La niebla ha comenzado
a oscurecer

han apagado las luces
de la ciudad extranjera

y ya no vemos
las montañas ni el mar.

Ha desaparecido de repente
cualquier rastro sobre la carretera.

Dice un refrán que los amantes
están solos en el mundo,

antes del viaje definitivo.

Y no sabemos con certeza
si esto que vemos
es la respuesta,

la niebla en las montañas

un carro detenido
en la mitad de la carretera,

o si cada uno de nosotros
habrá de despertar
en dos orillas opuestas

ahora y en la hora
de los vientos.

DIARIO DEL INMIGRANTE

Papá o mamá, qué extraños estos árboles nudosos al pie de la colina. Qué extrañas las casas que observan desde la altura, a la espera de un silencioso asesino.

Qué extraña la quietud de los supermercados. La sensación de que estamos un poco muertos, apartados de todo lo que fuimos.

El ruido de cervezas en los puertos. Un punto que se pierde en las montañas. O a veces sentir entre los barrios, atravesando las calles peligrosas, que hemos llegado una vez más hasta el lugar del que partimos.

LOS CUERVOS Y EL SMOG

Son malos tiempos para los cuervos.
La gente los evade como intrusos
anacrónicos graznando desde los
techos con su oscuro chaquetón.

A veces se cuelan en los nidos
que no son suyos, aprovechando
la oscuridad. Y fingen los astutos
un canto andrógino y menos triste,
que responda verdaderamente
al gusto de los críticos.

La treta se descubre muy rápido:
oímos su canto sexual como dos negras
carcajadas en mitad de la noche,
algo operáticas e inoportunas.

Amanece, en las mesas de noche
comienzan a encenderse
los teléfonos
como una invocación.

Detrás de los tejados vemos
los cuervos que huyen

aparatosos,
atravesando los cielos
contaminados,

el nunca jamás,
hacia las bibliotecas
empolvadas
donde no hiere la luz,

volando con sus pesados
y oscuros chaquetones.

ALGO SOBRE LOS BEATLES

1
En el principio del amor
estuvieron los Beatles:

una mujer y un hombre
que han llegado
a la ciudad
escuchan a los Beatles
en la radio pensando
que todas sus historias
cabrían en este auto
sin pasaje de regreso,
que al otro lado
de la autopista
se encuentra
en realidad el cielo.

2
Los Beatles: esa modesta alegría
en lo profundo de los tristes.

Oyes su música y te dices
que arriba en algún punto
tiene que haber
un refugio
en los tejados.

Y los padres escuchan a los Beatles
y entienden en silencio el destello
de sus hijos y los hijos entienden
por los Beatles la nostalgia
de sus padres.

Aún separados y odiándose
los duendes los rodean.

3
Si el cielo es negro y vivimos a la espera
de la hora más larga. Si nadie responde
a los llamados y el mundo desvaría
sin sentido como una moneda.
Si algún día termina el amor
y pensamos que las raíces
se curvan sin propósito,
una canción de los Beatles
hablará de lo que estaba detrás.

Nacerá la alianza entre los seres
más absortos. Y esa guitarra
recordará tan suavemente
los pequeños y metálicos,
los misteriosos reinos de la luz.

4
Andaban los amigos por una carretera,
en la mitad del mundo. La ruta se extendía
entre los árboles y no había un eco
en qué apoyarse, solo el camino
entre la niebla. Pero sonaron los Beatles
en la radio y del cielo aparecieron los nevados.

Algo nos recordó en las cumbres que aquí estábamos,
que no éramos tan leves en el aire.
Y que aún quedaban millones de kilómetros
para llegar a algún lugar,
muchas canciones para volver a casa.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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Luchar por ser eterno es muy loable.Yo un…
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