A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
EL PASADO [Mi poema]
Jesús García Rodríguez [Poeta sugerido]
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MI POEMA... de medio pelo |
Para mi, tú eres pasado, ya no existes, De barro, un prototipo al que han tullido, Un soplo que ni siquiera es un latido. eres simplemente un trance muy curioso, |
El tiempo, ese tesoro menos reconocido y valorado por los humanos
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Jesús García Rodríguez
Sé que vienes
a exterminarme
y no me importa
Tu lengua crece
más de lo debido,
se introduce por todas
las cerraduras
del universo.
Qué más da.
Pasaste tan deprisa
que ni siquiera pude verte.
*
Fue cuando respirábamos
nieve ovalada y hueca.
Mi mano,
converetida en túnel,
brilló a lo largo
del verde cielo inflamado.
Me veo caminar
y no avanzo
un solo paso.
*
Avanzo
hacia ese último recodo dentro de mí
-corazón que late a la inversa-,
mientras mastico un trozo
de Febrero,
caminando a tientas,
perdido en la espiral violeta
de un ojo taladrado,
intentando escupir esa palabra
incrustada en el fondo de mis pulmones,
lento y vacío,
hueco por dentro,
mientras me disminuyo,
mientras acabo convertido
-tan lejano, tan menguado-
en un fragmento de mí mismo.
*
Paredes de palabras
que conducen
hacia el fondo
de un mar rajado en dos :
bajo un tsunami de luz
a treinta mil kilómetros por debajo
de todo,
buscando un hueco diminuto
entre un espacio y otro espacio,
-retinas por entre cuyas grietas
se divisa el otro lado-.
Hacia el walhalla
I
Volver a nacer
en el sudario
bajo el graniza
triangular
Roja
la noche,
en sus membranas
se abren círculos acuosos
La espada
nívea,
perfora esa pierna
estrangulada,
a la altura de las corvas.
II
bebí tu sangre,
oh doncella,
en copa de plata:
sabía a hiel
paredes de oro
me rodeaban.
Atravesé los bosques
transparentes,
veloz como un corzo
irisado.
Bajo los árboles,
mi sangre,
trasformándose
en clorofila.
III
Entre paredes de hielo,
buscando ese otro
anterior a ti.
La lengua del alce
lame tu nuca azul,
transparente.
Heridas
que nunca restañan,
el mar
Chocando contra tus pómulos.
Me di la vuelta:
detrás de mí
estaba yo,
de frente.
IV
Un cisne rojo,
entrando en mi cuerpo
por la boca.
Empuñando la espada
de molibdeno:
mi cuerpo se desmorona
como de arena.
Mira mi sangre,
mírala a los ojos:
por sus caminos de escarcha
se llega
al gran incendio
espiral.
MI POETA INVITADO: Marcos de Quinto
No creas que no valoro
tu afán por redimirme
Por mi parte intento todo
en mi afán por merecerte
Probablemente el viento nunca sopla
hacia donde nuestra razón escoge
Perdóname por no ser ese ser perfecto
que la vida parece estar negándote
pero es que se me hace difícil separarme
de este equipaje de imperfecciones que me acompaña
y que es todo lo que tengo
Sin él
no me reconocería en el espejo
ni podría tutearme en el futuro
Te adoro por tus nobles intenciones, por tu mano tendida
pero dudo que el peso de todo este hormigón que
circunda mis pies
me permita volar contigo
Wiesbaden, 2007
Me pregunto cuánto tiempo de mi tiempo
lo he desperdiciado como un sonámbulo hiperactivo
sin parar de hacer… y sin conciencia de ser
Es como si me hubiera dejado robar la vida
Como si me hubieran adormecido la voluntad
y bajo una extraña sensación de haber sido drogado
viviera solo para vencer batallas
de una guerra de la que todo ignoro
Me pregunto cuántas veces (como ésta)
un súbito relámpago de conciencia me ha invadido
y he podido verme, como ahora, ante el espejo
tal y como en verdad soy:
un manojo de sueños y contradicciones, sin destino
mirando con espanto tras el alambre de espino
Vuelo Madrid-Atlanta, 2014
Ella me vigila
Hace rato que finjo no darme cuenta
pero siento cómo sus ojos recorren todos mis gestos
inventando historias inexistentes
De vez en cuando la acaricio
para volver a esconder enseguida mi mirada
en algún rincón oscuro de la habitación
Como si temiera hacerle daño
Ella, como un cachorro indefenso, nada pregunta
Se limita a anunciarme todo su miedo
a través del silencio
Quisiera decirle
que me gustaría quererla
y no pensar en nada más allá de estas paredes
Quisiera explicarle
que afuera la guerra ruge
y que quisiera quitarme todo de encima
para volver a erguirme
sonriente, fuerte y seguro
en este mismo instante en que su llanto me atrapa
Guadarrama, 1979 - Editorial Cántico