LA SANGRE NACARADA DE LA VIDA [Mi poema] Naomi Ayala [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
El agua sangre es fuente de la vida, Regalo de los dioses que del cielo Si abunda, su valor se menosprecia, Que el agua no destaca por su fama. #La vida sin agua es como el cuerpo sin sangre...? Share on X |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Naomi Ayala
ADENTRO
La guerra empieza aquí mismo en mi calle.
Empieza conmigo la guerra.
Veo sus armas en los ojos de un niño,
su cara en los ventanales.
Hay veces que quiero la guerra.
Me acuesto con ella.
Le sobo la espalda.
Hay veces que se mete en mi casa
y yo me meto con ella.
La guerra se cuela en mi nombre.
La tengo en mi sangre.
Me endulza el café matutino de los sábados.
La traiciono. Me le escondo. Le huyo
pero ya sabe la dirección de mis sueños
y quiere robarme los hijos del alma.
La guerra empieza conmigo.
Conmigo misma empieza la guerra,
aquí mismo en mi calle,
en las pequeñas lluvias de balas,
en un zafacón vacío,
en lo que digo y no digo,
en la enredadera bruja del tedio,
en el jabón que uso para bañarme.
La tengo en mis dedos,
en la sombra de los ojos,
en el pelo de mi amante.
Le canto para que me deje,
para que se vaya la guerra.
Hoy le canto
y me deja cantar.
Autorretrato
Es hoja húmeda este día
que piso sin cuidado.
Me lo enseñaron.
Lo aprendí.
Qué carajo importa.
Cómo late este corazón
y qué milagro.
Cuando me siento a solas
sé que no es mío.
Provino de la lluvia en rumbo a las hojas
y quiso quedarse.
La parte en la que yo
fui yo es inconsecuente.
RESTAURANTE SANTA ROSA
En los últimos doce días
el sol no ha pasado
por los cristales de Santa Rosa
y nadie se ríe como nos reíamos antes.
La radiola está ensimismada,
el pulpo frío en su escabeche.
Las mazorcas de maíz viven en su ensueño de verano.
Algunos hombres se dan cervezas
solos y fuman
y, pensando así como lo hacen, por ahora
se ven tan puros de sentimiento.
Alguien reniega el embarazo de una novia –
como lo dejó sin chavos, hace ya
ya mucho tiempo –
arando días que guardan secretos.
Y una mujer quiere cambiarse el nombre
a murmullo, a ola, a viento.
Las plantas plásticas se ríen del clorofilo,
le tiran besitos al cielo encancaranublado.
Tres encendedores se prenden de una vez
cerca del salero a quien le pesan tantos granitos de arroz.
Y cómo pasa la gente afuera
tan lejos de aquí y tan cerca
sin pensar en el cielo, quien
queriendo cambiar de historia
se acuesta a morir entre nosotros.
PRÓRROGA
Me siembra de punzadas
el viento que sopla su camisa.
A volarme del miedo
voy. A donde
se desnuda el sol.
De ahí
nace el día:
por donde se desliza la mano
de Juan.
CABOS
Se envuelve en mi como la lluvia
y contengo en la cántara del día
las voces de las hojas.
Abre la noche
para hacer del sueño mi crisálida
en el fondo
de los antiguos ojos
en que me he visto.
Para vivir, yo,
solo el agua.
Despierto
entreabierta a lo que me ocupa
y veo sus manos acercarse–
mar y mar– sin encogerme.