A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Inicio » Amistad » AMIGO, TE ADMIRO [Mi poema] Benito Pérez Galdós [Poeta sugerido]

AMIGO, TE ADMIRO [Mi poema]
Benito Pérez Galdós [Poeta sugerido]

¡Descubre, sigue y comenta haciendo click en el botón de la izquierda!

MI POEMA… de medio pelo

 

Quiero saber, amigo, si así puedo llamarte,
si puedo tutearte pues que aún no te conozco,
sólo sé de tus versos donde admiro tu arte
lo mucho que disfruto y aquí lo reconozco.

Han pasado unos días y parecen mil años
desde que por fortuna subí hasta tus altares
y me quede abducido dentro de tus rebaños
y hoy ya sé que hay tormenta y está lloviendo a mares.

No me pongas excusas, no digas que el adviento
ha jugado sus tretas y ha llamado a tu puerta,
no he de creer a nadie, no he de creer, lo siento.

Y así logres huir te seguiré buscando
de puerta en cada casa y hasta en la sombra incierta
para que nunca olvides que te sigo admirando.
©donaciano bueno

A #tozudo nadie me gana? Share on X

Es un entrañable compañero de páginas de poesía que me han llegado noticias que está atravesando por momentos difíciles con el deseo de que se restablezca pronto y podamos volver a gozar de su arte e ingenio.

MI POETA SUGERIDO:  Benito Pérez Galdós

Poema de amor secreto

Mi amor es secreto,
misterioso y oculto,
como las perlas,
que además de estar
dentro de una concha
están en el fondo del mar.

No tengo celos de nadie,
porque su corazón es todo mío.
No tengo celos más que de la publicidad;
odio de muerte a todo el que descubra
y propale mi secreto.
Antes me arrancaré la lengua
que pronunciar su nombre
delante de otra persona.
Su nombre, su casa,
su familia, todo es misterioso.

Yo me deslizo en la oscuridad,
en oscuridad profunda
que no proyecte sobra alguna,
y abro mis brazos para recibirla,
y los oscuros cuerpos
se confunden en el negro espacio…

LA EMILIANADA

Un ruido sordo en el recinto suena
y los valientes de pavor transidos
contemplen todo con horrible pena
sus furores en miedo convertidos.
La herrada puerta entre sus goznes gira
y en el dintel don Lucas se abalanza
bañado el rostro, que terror inspira,
con la sonrisa cruel de la venganza.
Con ojos de Satán la turba mira,
cual tigre se apresta a la matanza,
cual hambriento cóndor que ve delante
rojo montón de carne palpitante.
Disperso corre el engreído bando
a la vista del jefe furibundo,
con vergüenza y despecho deseando
que se lo trague el ámbito profundo.
¡Esclavo sin razón!, ¿por qué combates?
Humíllate al poder de los magnates.

EL TEATRO NUEVO

En una noche lóbrega,
se cierne sobre el ámbito
de la ciudad pacífica
siniestro ser fantástico.
Es el espectro fúnebre
de aquel poeta extático
que a mártires y vírgenes
y apóstoles seráficos
colores dio poéticos
con sus serenos cánticos;
de aquel cuyos volúmenes,
que algunos llaman fárragos,
contienen más esdrújulos
que gotas el Atlántico.
Al ver la chata cúspide
del coliseo náutico,
una sonrisa lúgubre
bulló en sus labios cárdenos,
y con expresión hórrida
exclama contemplándolo
¿Quién fue el patriota estúpido,
quién fue el patriota vándalo,
que imaginó las bóvedas
de ese teatro acuático?
¡Por vida de san Críspulo!
Que a genio tan lunático
merece coronársele
con ruda y con espárragos
para que el tiempo próximo
en los anales clásicos
le aclame por cuadrúpedo
con eternal escándalo.
Así dijera y súbito,
su rostro seco y pálido
tiñóse con la púrpura
del encendido gánigo,
y en los espacios célicos
corrió con vuelo rápido,
pronunciando los últimos
esdrújulos tiránicos,
que en el espacio cóncavo
repite el eco lánguido,
diciendo en voz lacónica
¡Qué bárbaros, qué bárbaros!

El pollo

¿Ves ese erguido embeleco,
ese elegante sin par
que lleva el dedo pulgar
en la manga del chaleco;
que, altisonante y enfático,
dice mentiras y enredos,
agitando entre sus dedos
el bastón aristocrático;
que estirando la cerviz
enseña los blancos dientes,
atravesando los lentes
sobre la curva nariz;
que saluda con tiesura
a todo el género humano,
y lleva siempre la mano
enclavada en la cintura;
que, más obtuso que un canto
y sin saber la cartilla,
refiere la maravilla
del combate de Lepanto;
que va al teatro y pasea
sus miradas ardorosas,
contemplando a las hermosas
jóvenes de la platea;
que aplaude mucho al tenor,
y aplaude a la Cavaletti
y critica a Donizzetti,
y al autor del Trovador;
que hallándose en la reunión.
sin modales elegantes,
se va estirando los guantes
por vía de distracción ?…
Ese estirado pimpollo
que pasea y se engalana
de la noche a la mañana:
es lo que se llama un «pollo».

Si te gusta #Benito_Pérez_Galdós... Share on X

MI POETA INVITADO:  Jorge Camacho Cordón

Ascensión

Como Dédalo e Ícaro
me fabriqué un par de alas
con cera de abejas y plumas de buitres leonados.

“Será distinto esta vez”, me dijeron,
pero la cera empezó a derretirse
cuando ascendí a lo más alto.

No llegaré nunca al sol, ni me importa.
Que las plumas y el viento me lleven, con eso me basta.
Rectificar es de sabios.
*

Ascendo (1)

Kiel Dedal’ kaj Ikaro
mi faris por mi flugilparon
el abelvakso kaj plumoj de leonbrunaj vulturoj.

“Ci-foje estos alie”, ili diris al mi,
sed la vakso komencis fandigi
ce la kulmino de l’ flugo.

Mi neniam atingos la sunon, sed tio ne gravas.
Suficas al mi ke plumoj kaj vento min portu.
Malpovas sangi opinion nur stultuloj.

[1] La versión en esperanto – Ascendo – musicada por Andy Hernández Martínez mediante IA: 

Recuerdos del futuro

Los insectos se extinguen. ¿Quién polinizará
melones, alcachofas, berenjenas, almendras,
peras, albaricoques, cerezas, girasoles
cuando desaparezcan, inermes, las abejas?

Caminaremos solos, seguros, en ciudades
sin lluvia que las bese, sin viento que las meza,
o rozando los codos en vagones metálicos
ajenos a las miras de la naturaleza.

¿Seremos más felices? A quién preocupa eso…
Viviremos más años. Tendremos más certezas
gobernados por hombres que, con puño de hierro,
sabrán qué ambicionamos y qué nos interesa.

A fin de cuentas somos seres imperceptibles,
livianos en el tiempo, que apenas dejan huella…
Hablamos de una fina capa de asfalto o césped
olvidando el latido del centro de la Tierra.

In viro veritas

En el virus la verdad. Apenas tiene
importancia alguna esta pandemia
salvo la de catalizador, la de reflejo
de nuestra decadencia e impotencia.
¿De qué progreso hablaban? Damos pasos
atrás; reconstruimos las fronteras;
vemos en el televisor o el microscopio
(eminente espectáculo de feria)
la carrera espacial de las vacunas
entre gobiernos, firmas farmacéuticas;
hacemos caso a tal o cual político
sin visión de futuro, sin vergüenza;
peleamos por minucias o despojos
como estúpidas aves carroñeras;
damos palos de ciego, damos golpes
a quien nos curaría la ceguera.
Pésimo ejemplo damos, si procede,
a las generaciones venideras.
El mundo ya no tiene quien lo arregle:
vendrán hambrunas, crisis, entreguerras…
La pandemia habrá sido lo de menos.
En el virus la verdad, la peripecia.
Calumnia Edicions

Autores en esta página

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

Artículos: 2994
Subscríbete!
Notificar a
guest
Marca el tema al que afecta el comentario
Select input
nombre o nick
Email no se publicará
opcional
Estrellas
valoración

0 ¡Ardo en ascuas por conocer tu opinión! ¡Anímate a comentar!
El más nuevo
El más antiguo El más votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Echa un vistazo a la siguiente publicación
Fue un momento, una ilusión, un suspiro verde…
0
Me encantaría tu opinión, por favor comenta.x

Descubre más desde DonacianoBueno

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo