LAS DOS MI ESPAÑA [Mi poema] Margarita Laso [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Yo soy simple un turista de la playa, De invisible, esa línea que separa Del límite infinito que no acaba, Tiznado cielo azul en que volaban, Mi estirpe está soñando con montañas, El viento en mies las olas simulaban En ese espacio gris no había barcas, Y es ahora que aquí estoy que mi alma extraña |
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Margarita Laso
SANGRE FRÍA
I
Es un cajón de 90 x 90 x 90.
En él se exhibe la espléndida pitón.
Carnívora de bronce y estaño.
No oye a su mandíbula elástica quebrantar
los huesos calientes de su comida.
Está enroscada sobre su lujuria.
Sorda y satisfecha.
No puede estirarse pero sus anillos de serpentina
helados se tocan como presas.
Espera su merienda.
Por medio de una persiana
un ratón de blanco impecable
ha sido llamado a esta cena.
Será tragado sin que medie de cascabel o crótalo
advertencia alguna.
Sin que una orquesta de metales le despida.
Sin una danza funeraria.
El público está atento al momento del asalto.
El ratón merodea con unos saltímetros
esos pasitos que da en la epidermis el escalofrío.
Sus bigotes transparentes pronto temblarán
de una vez para siempre.
II
También yo
como la gorda constrictora
gozaré en la quietud estos banquetes.
Cada vez mis glándulas termo-sensibles me dirán
si has venido a lucir tu miserable gabardina
tu cola aguzada de escalpelo.
Si has venido quizás a llevarte la piel que mudo
o acaso
a mirarte en las placas y escudos de mi cuerpo.
¿No ves que tendrías que limar mis escamas?
¿Que arrancarme un colmillo?
III
Ven pues
que toda yo soy brazo que abrasa y destroza.
Y antes de engullirte
sabrás volar
con la sustancia tóxica que traigo en mi saliva.
Sabrás meterte en cintura.
Y engrosarme.
Ven
que notarás que soy ciega y siseo.
Que toda yo soy cuello y talle.
Que soy una víbora modesta.
Ven ratón que he perdido la línea.
Pero no el apetito.
Y tampoco el veneno.
(de Los lobos desarmados)
OSO
y sale del bosque el oso
su musculatura oculta
trae abrigo y debajo un brujo
sedoso no se desnuda
ante la sola idea de trozar mis partes
no se detiene
ávido el oso
de arrancar los lomos de las truchas con los dientes
en el corazón del remolino
hincar entre mis piernas el hocico
la ansiedad la sed la zozobra
el tirón de muerte que la succión mitiga
un dominio de demonios tus patas y mis muslos
maroma marcial llave poderosa runa y mandala
oso que muerdes los finos lomos de mi sexo
ya volverás al bosque
como el tigre a la arena
como al verdugo la máscara y la soga
ya volverás
como vuelve esta contorsionista
a bañar sus partes por partes
en los cultivos piscícolas del río
(de Los lobos desarmados)
Sangre fría
Es un cajón de 90 x 90 x 90.
En él se exhibe la espléndida pitón.
Carnívora de bronce y estaño.
No oye a su mandíbula elástica quebrantar
los huesos calientes de su comida.
Está enroscada sobre su lujuria.
Sorda y satisfecha.
No puede estirarse pero sus anillos de serpentina
se tocan como presas heladas.
Espera su merienda.
Por medio de una persiana
un ratón de blanco impecable
ha sido llamado a esta cena.
Será tragado sin que medie de cascabel o crótalo
advertencia alguna.
Sin que una orquesta de metales le despida.
Sin una danza funeraria.
El público está atento al momento del asalto.
El ratón merodea con unos saltímetros
esos pasitos que da en la epidermis el escalofrío.
Sus bigotes transparentes pronto temblarán
de una vez para siempre.
II
También yo
como la gorda constrictora
gozaré en la quietud estos banquetes.
Cada vez mis glándulas termosensibles me dirán
si has venido a lucir tu miserable gabardina
tu cola aguzada de escalpelo.
Si has venido quizás a llevarte la piel que mudo
o acaso
a mirarte en las placas y escudos de mi cuerpo.
¿No ves que tendrías que limar mis escamas?
¿Que arrancarme un colmillo?
III
Ven pues
que toda yo soy brazo que abrasa y destroza.
Y antes de engullirte
sabrás volar
con la sustancia tóxica que traigo en mi saliva.
Sabrás meterte en cintura.
Y engrosarme.
Ven
que notarás que soy ciega y siseo.
Que toda yo soy cuello y talle.
Que soy una víbora modesta.
Ven ratón que he perdido la línea.
Pero no el apetito.
Y tampoco el veneno.
mano
nadie te llama pero vienes
eres cual ricitos de oro
rompes la cama pequeña
y te tomas la avena
tal como en los misteriosos Cárpatos
en el mercado negro de los bosques
te comes además la mano del oso
servida así en su aceite
de ella extraes las garras
como del atún la espina
— la pieza más tierna y costosa- comentas
filtrando entre los labios una larga falange
bárbaros tramperos y músicos
celebran
y ricitos que se divierte
—pero si es de cría mejor- explicas
—si es de cría
mejor—
Valdivia
me llamas con humedad
me humedeces con llamas
tu cama es una plantación de palmeras
olla silbadora
el vértigo mío
vértigo viejo como tu espíritu
vértigo tu espíritu
viejo tú.
Sé que las ratas
sé que las ratas me morderán el corazón
pero ésta es una despedida
reí y fui
loba
loba en el palomar
loba en el palomar de tus jadeos
buches y espumas rociaron la aurora de los sudores
jadeos tus de palomar él en loba
aunque
entre graznidos y hendiduras
entre zureos grumosos
loba
entre palomas en tus jadeos
digo adiós
la pena canina cubro de vidrio
lengua y falanges apago al fuego
aros y poros al polvo cocido
esta cachorra arde bajo las burbujas
aullidos sollamados invitan a las ratas
ellas escuchan su piel de chamiza que crepita
sus uñas que raspan el celo cristalino
la esfera de calor de su cuero esquilado las convida
olorosa
sé que me morderán el corazón
lastimero
pero no permitiré que tú lo muerdas
ésta es una despedida.
En la memoria de mis sentidos
en la memoria de mis sentidos
canoa el dolor de labios
mi cuerpo sobre el tuyo
mis brazos
turbamar
en tu cabeza
la piel del pecho
rosa
la piel del pecho
tus piernas son las puertas de las mías
tus piernas la piragua
mi boca sobre tu boca
busca la sal de su sexo
como la red pincha las aguas
en la memoria de mis sentidos
se hincan tus dientes
mis labios se espantan beso de peces
mis labios se riegan rosa partida
beso partido
rosa de peces
-no te vayas- te dice mi boca colorada
-no te vayas- te dice la memoria de mis sentidos.
Erosonera (I)
tuve un hombre y él me tuvo
ahora somos memoria de carboncillo
ciclistas en la siesta de la ceniza
pero tuve un hombre
y él me tuvo
crudo abrió el beso en la yema del pubis
sentó la oreja para oír mi caracol caliente
mientras borrando pecas
hundí la nariz en el musgo tremente
de sus ingles
la lengua para lamer su venar violeta
tuve un hombre
fue pan en remojo su boca de abrir cajoncitos
mordiente su hacer de muslos y mejillas
él me tuvo
fue tristeo de agua mi pecho de dos pozos
crujiente mi hacer de cejas y ranuras
ahora somos memoria de carboncillo