A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
EL ESPAÑOL ERRANTE [Mi poema]
Ruth Toledano [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Este humilde escribidor, Así es su fiel servidor, |
L'Étranger) es la primera novela del escritor francés Albert Camus, publicada en 1942. El protagonista, Meursault, es un ser indiferente a la realidad por resultarle absurda e inabordable. El progreso tecnológico le ha privado de la participación en las decisiones colectivas y le ha convertido en "extranjero" dentro de lo que debería ser su propio entorno. Bélgica, es el país que este autor cita.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Ruth Toledano
Antes del incendio
Antes del incendio
la ciudad quedó a oscuras.
Pocos vieron
prender la llama entre las manos
del incendiario.
Mas no les cupo duda a los conversadores
en las salas del vino
de la intención que ardía ya
en su tacto.
Poco antes del incendio.
Qué se hará entonces del espacio…
Qué se hará entonces del espacio
trazado en el silencio. Qué
si el estruendo final de los aviones
abre grietas en el asfalto altísimo,
qué si la hélice levanta
un caos de sal para apretar los párpados.
Pero digo que hubo sitio
para los ojos
y para las manos.
Quiero decir que fue el lugar
del tacto
y la mirada.
Será súbita o reina
Será súbdita o reina
en la región
a solas.
(Cuando parta el pirómano
hacia nuevos imperios de ceniza.)
Que no piensen después
Que no piensen después
los visitantes
que allí se alzaron templos, se trazaron
avenidas, se dispusieron salas
para múltiples usos sospechados:
Era un paisaje tan desnudo.
La ausencia
Ahora mismo te estoy viendo
con esa expresión tan tuya:
un rictus en la boca
que significa.
Los ojos entornados,
mirándote el corazón,
pensando -poco- el sentimiento.
Y, de repente, la luz
que, aunque en el cielo poco le queda,
tú la pones, farola de la vida,
de toda nuestra vida.
Esos ojos rasgados
que miran del todo
y, aun pareciendo ausentes,
delatan ternura, pasión
que tú mereces.
Llegó la primavera
y nos sorprendió reunidos.
Sí, re-unidos, pues -estoy seguro-,
nos vimos en otra parte,
y el imán nos fue acercando
hasta el encuentro.
Dos mundos,
varias civilizaciones,
hicieron explosión.
No para la guerra,
sino para la ternura,
para escucharnos,
para acariciarnos despacio
y poder decir
que aún existe el respeto,
y, más que nada,
esa manera de estar completa
que significa amar,
amor.
POEMA QUE NO PIENSEN DESPUÉS…
Que no piensen después
los visitantes
que allí se alzaron templos, se trazaron
avenidas, se dispusieron salas
para múltiples usos sospechados:
Era un paisaje tan desnudo.
MI POETA INVITADO: Juan Domingo Argüelles
No les creemos
A la memoria de José Revueltas
Hace años, hace lustros, hace sexenios,
décadas hace que nos les creemos.
No les creemos nada. No les podemos creer nada.
Quizá nunca les creímos, pero nos resignamos
a escuchar sus mentiras como quien oye llover,
y hoy estamos pagando esa resignación.
En realidad nunca les hemos creído.
Si algo tuvo una chispa de esperanza,
se apagó en el murmullo de quienes entre dientes
hoy maldicen su suerte y nada los conmueve.
Tenemos años de no creerles nada;
lustros, sexenios, décadas:
el siglo de nuestros abuelos,
casi el siglo de nuestros padres.
No podemos creerles y, sin embargo,
¡oh Hegel!, nos siguen engañando:
“La memoria no es lo que se recuerda,
sino lo que olvidamos”.
¿Cómo se fue al demonio este país?
Muy fácil: se fue hundiendo
en la putrefacción de las generaciones
(cada una a su vez mayor degenerada)
de crápulas que hicieron del erario
el perfecto lugar para beneficiarse
y luego echar papada y engendrar.
Los engendros de hoy fueron liendres ayer.
Salieron de sus huevos que los piojos pusieron
entre el hirsuto pelo de cabezas dormidas.
Los “preclaros” políticos dejaron en sus hijos
el mensaje genético de la putrefacción.
Incluso si los padres ya están muertos,
sus genes están vivos y llenan nuevas vidas.
Hace ya muchos años que no les creemos.
Y sin embargo siguen engañándonos.
Revueltas lo sabía cuando, junto con Hegel,
habitaba la Cárcel Preventiva.
Revueltas vomitando y Hegel carcajeándose.
Vértigo, porquería y descomposición.
“Con esta pesadilla siempre acabo vaciándome
del estómago”, dice el barbas de chivo,
aquel que siempre supo, a despecho de Hegel,
que en México las cosas nunca cambian,
y siempre “conducimos a patadas
nuestra propia cabeza al basurero”.
Exactamente así: como en el Fut.
¿En qué país vivimos?
¿En qué país vivimos,
en qué trozo del mundo
olvidado de Dios
donde los muertos hablan
y los vivos callamos
felices de leer “literatura”?
¿En qué país estamos,
en qué trozo del mundo,
ahogados en rencor,
hartos de toda hartura,
mientras los que “gobiernan”
hablan de un paraíso que no existe?
¿En qué país, en qué trozo del mundo
habitamos los mudos, los sin lengua,
oyendo todo el día los cínicos discursos
de quienes usurparon la ficción
y hoy nos regalan cálidas mentiras
a cambio de no ver las pesadillas?