A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
Y DIOS CREÓ EL MUNDO [Mi poema]
Amaranta Caballero Prado [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
¿Y qué es lo que ha pasado? ¿Qué le hubiera costado, Nos hubiera ahorrado Y puesto que él es justo, Si hizo el amanecer Todos dicen ¡creer, ¡Creer o no creer! |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Amaranta Caballero Prado
DE SER POSIBLE
Luego de cuatro meses de volver a casa
los pájaros de la mañana siguen
sonando a fresco, a plantas, a cerros de
tierra fértil entre hojarasca y armadura;
Diríase que los barcos siempre pasaron
por aquí en días inciertos de bruma
y querosene, pero nada de eso,
salitre es lo que extraño
con sus curaciones respiratorias y
exfoliantes de la piel porque entre tanta
venda y achicoria entre cortes, tajos y
rebanaditas, las jeringas prominentes
y las gasas vaporosas, ya mis trazos, dibujitos,
no me dicen ni me hablan ni me consienten.
Aguanieve sobre la ciudad, incendios provocados
en los cerros mis vecinos, pulcritud y una extraña
cosa nueva que aún no identifico porque aprendí
a pensar que luego de cierto tiempo y en otro lugar
todo lo raro vuelve y se presenta en su mejor traje
de fiesta. Limpio y sin costuras.
Todavía se siente la alegría de caminar el patio
de la recámara hacia la cocina; el frío del comedor
se cuela entre las sílabas, las letras y palabras
porque es la manera de decir que es tiempo de volver
como hace cuatro meses, habitar un lugar y
cargar con esas dos maletas que ojalá no guarden
ni miedo ni pesadillas. Espanto comprobar
las cargas de cada quién, los vacíos de cada cual;
la hora de la mañana parla puntual desde un reloj
y pinta de oro macizo los recovecos del habla.
Muchos fueron los lugares donde nunca
bebí un café y pocos más fueron los sitios
donde evité llegar porque me di cuenta que
empecé a ser más feliz caminando
y hablando sola, de ser posible en voz alta.
II. A FUERZA DE
A fuerza de alzar la voz
vencimos la ventisca;
poco a poco pudimos ver
cómo caían los tordos,
su lomo gris aceitunado,
sus plumas, ornamentos
de camisa. El eco duró
poco más de un siglo.
No supimos si era un ruido,
o dos.
Irradiaban como la luz
desde el foro de un teatro.
VII FECHORÍAS VARIAS
Fechorías varias cometí durante
la gloriosa época del no pensar,
del mucho sentir; ilustre portento en escapismo
al fin, tuve a bien el poderío de abrir puertas
y rendijas, abrir chapas, cerraduras,
caminar sobre andamiajes sin rechinar,
desde lo alto, a sabiendas de que no
hubiera red: saltar. Sin prudencia ni temor,
puro arrobo y malaquita la ornamentación
febril. Poco a poco el agua fue subiendo,
poco a poco el hambre amainando,
contrario a lo que se esperaba, con más ímpetu
aprendí a volar. Una noche, calurosa,
de par de par el único balcón:
Saltar. Lo que vino después
fue el detenimiento: cornisas, ventanas,
fachadas, frontispicios, recovecos y hierbajos entre
las grietas sin cantera: extendí los brazos, sobrevolé,
secundé la fuerza del viento que desde abajo impulsó
las múltiples partículas; apenas ascendí, supe de la
ausencia del temor y si apenas titubeé, cardenales
anidando en los nichos de honor,
saludaron uno a uno a mi ónix, mi alabastro,
mi pequeña piedra astral
y lluvia fina.
Nada más cierto, nada más irreal:
el recuerdo aleteando sobre el nido.
¿El nido es la memoria?
Los tendones, los huesos, la sangre, los pulmones
y todas las personas que hemos sido ya.
(O la elegancia de la palabra: sarcófago.)
Sobre la nueva calle: múltiples las funerarias, engarzadas, inmediatas,
compartiendo tabique, arena, pared, como la hilerita de los dientes de leche,
como todas las blancas palomas palabras que nunca te dije.
¡Compartiendo las múltiples cenizas!
Los cuerpos tiesos, en reposo, a la espera;
los anuncios gritan: “Cremación 24 horas”
mientras el olor –entre adobo y pollería–,
entre químicos y ungüentos
golpea la cara justo con la ventisca.
La rampa de la nueva calle, el ir y venir de los pasos lentos,
las aceras y el caminito de los nuevos vidrios,
¿Qué más hay que el ahora?
Me gustó verte, hablar contigo, y aunque todo llore, decirte sonriente:
Construyo un nido nuevo, ¡Albricias! ¡Albricias!
Marque con una “palomita” el inciso que considere correcto:
1. Los hechos ocurrieron cuando:
Una oca cruzó el libro de la selva
Un sismo liberó a 300 presas
Ella hizo un gesto de horror y asco
2. El anuncio fue a través de:
Señales de humo con fuego artificial
Un aviso en el periódico
Un poema de largo aliento sembrado de piedras bajo el sol
3. En el momento de la fotografía, usted:
Avanzó sin pensarlo dos veces
Sufrió un colapso un segundo después
Arrojó la cámara hacia el agua
4. En el manantial de ojos:
Las niñas y los niños bebieron como tigres
La lluvia arreció de pronto
Las idea de las cosas se transforma
5. Si usted pudiera ser otro(a), elegiría:
Otro color de piel
Otro sexo
Otra galaxia
6. Escoja una palabra:
Vuelo
Peñasco
Amplitud
Limo
Mapa
7. Después de marcar los incisos, realice todas las posibles combinaciones y escriba un poema. Cuando termine, diríjase lo más pronto posible hacia una nopalera y observe.