EL TIEMPO, LA MEMORIA Y LA DISTANCIA [Mi poema]
Luis de Ulloa Pereira [Poeta sugerido]
Luis de Ulloa Pereira [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
El tiempo es el que marca la distancia, El tiempo tiene un nicho en la memoria El tiempo, la memoria y la distancia La vida en conclusión, todo es la vida, Cuando el #tiempo avanza disminuye la distancia no? Share on X |
Una muestra de sus poemas
- 1 MI POETA SUGERIDO: Luis de Ulloa Pereira
- 1.0.1 Encarece su amor con ocasión de eclipse
- 1.0.2 A las cenizas de un amante puestas en un reloj de arena
- 1.0.3 A las lágrimas en una ausencia
- 1.0.4 Reconoce lo imposible…
- 1.0.5 Al poema de la invención de la Cruz de Francisco López de Zárate, natural de Logroño
- 1.0.6 A Miguel Zebollón, enfermo del juicio
- 1.0.7 Al aposento de sus libros
- 1.0.8 A un epigrama de Marcial
- 1.0.9 Metáfora de una yedra que ceñía un laurel, a los dos privados de España y Francia
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MI POETA SUGERIDO: Luis de Ulloa Pereira
Encarece su amor con ocasión de eclipse
Filis, ¿no ves la saña del planeta
que, amenazando trágica ruina,
llama vierte feroz, sangre fulmina,
en alterada forma de cometa?
¡Mira cual tiembla la tiara inquieta
de lo que el vano astrólogo imagina,
y cuántos cetros al horror destina
oscura voz de equívoco profeta!
Y advierte que, seguro en sus enojos,
de tu semblante prende mi cuidado, 10
que ni sabe otro cielo ni le mira;
y, atento a las estrellas de tus ojos,
ni quiere más fortuna que su agrado,
ni teme más prodigios que su ira.
A las cenizas de un amante puestas en un reloj de arena
Esta, que te señala de los años
las horas de que gozas en empeño,
muda ceniza, y en cristal pequeño
lengua que te refiere desengaños,
un tiempo fue Lisardo, a quien engaños
de Filis, su querido ingrato dueño,
trasladaron del uno al otro sueño.
¡Prevente, huésped, en ajenos daños!
En tanto estrecho al miserable puso
el incendio de amor y la aspereza
de condición esquiva y desdeñosa.
Póstumo el polvo guarda el primer uso:
inobediente a la naturaleza,
padeció vivo, y muerto no reposa
A las lágrimas en una ausencia
Este dolor oculto trasladado
de lo interior del alma a los sentidos,
por concepto del pecho despedidos,
en cristales sangrientos explicado.
Esta postrera esencia del cuidado,
destilada de afectos oprimidos,
si un tiempo fue la voz a tus oídos,
hoy es de mis finezas el sagrado.
en las aras que erige mi tristeza,
halle la culpa de vivir sin verte
de tus desconfianzas acogida.
Y mientras llega la postrer fineza,
recibe, Celia, en prendas de mi muerte
estas señales de mi triste vida.
Reconoce lo imposible…
Alma, no puede ser, estás cautiva,
a redimirte en vano te dispones,
¿qué importará que limes las prisiones,
si has de quedar esclava y fugitiva?
no en la cadena, por dureza esquiva,
admiración ni lástima propones,
que de la fuerza de sus eslabones
no hay libertad que sin envidia viva.
Forjólos el amor de la belleza,
en que mezcló el cariño y el recato
la discreción, la gala, talle y brío.
No será que se gaste tu fineza,
ni se podrá romper, que con el trato,
ha perdido la fuerza el albedrío.
Al poema de la invención de la Cruz de Francisco López de Zárate, natural de Logroño
Si ya por vuestra lira en su campaña,
Zárate insigne, el Ebro cristalino
os coronó del mirto, que previno
sin competencia de nación extraña,
a cual emulación no desengaña
que premiando la fe de Constantino,
junte de tantos siglos el destino
la mejor pluma y la mejor hazaña.
Mas sin juzgar el premio merecido,
árbitro dicen, que con vos Homero
el heroico laurel divide Apolo,
porque si el griego en tiempo preferido
la suerte os usurpó de ser primero,
vos le quitáis la gloria de ser solo.
A Miguel Zebollón, enfermo del juicio
Virgen, si explican vuestra perfección
cuantas cría fragancias el vergel,
hoy permita legumbres el cartel,
también es criatura un Zebollón.
O que resplandeciente (del dragón
pues la planta en la cerviz cruel)
llena de gracia estáis, diga Gabriel
si os cabe un tilde de común borrón.
El que imagina culpa pertinaz
donde la gracia se colmó sin fin
y os presume manchada, es un atroz,
lo bueno de defecto es incapaz,
por una imperfección fuérades ruin,
a mi locura fiel horrible voz.
Al aposento de sus libros
Leyes al escarmiento se establecen
en esta tabla, Licio, construida
al ocio de las musas, redimida
del mar cuyas tormentas se fenecen.
En breves descripciones le parecen
ruinas de la edad envejecida,
confusiones y ejemplos a la vida
en la pintura y el cristal se ofrecen.
Aquí ya defendido a la violencia,
del poder excusado a las porfías,
de la ignorancia logro desengaños,
y a tanto cuanto pudo la experiencia,
un rato río los sobrados días,
otro lamento los perdidos años.
A un epigrama de Marcial
No siempre a los groseros y vulgares
alimentos asiste la templanza,
ni la segura libertad se alcanza
precisamente en los humildes lares.
Libre, Mario, serás si en los pesares
se acompaña constante la esperanza,
y si atendiendo a la común mudanza
el temor y el deseo limitares.
Sin elación del ánimo modesto,
en las altivas sienes victorioso,
el laurel vividor logra trofeos.
Y en el seno caduco siempre expuesto
a la envidia descubre la emoción
ruinas de imposibles y deseos.
Metáfora de una yedra que ceñía un laurel, a los dos privados de España y Francia
Esta yedra rebelde y lisonjera
que de asombrar este laurel blasona,
que con mentido culto le aprisiona
y oprime lo que finge que venera,
de ceniza es su voz, y si la oyera
la sacra majestad cuando perdona
o permite cautivo su corona,
que ambición alevoso le prefiera.
Si para culpa tal tarde las leyes
introducen el público consuelo,
que a ceniza sus derechos pasen.
¡O España! ¡O Francia!: Redimid los reyes,
fulminad rayos que, imitando al cielo,
respeten el laurel, la yedra abrasen.