A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
CON UNA VELA A DIOS [Mi poema]
Félix Grande [Poeta sugerido]
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MI POEMA... de medio pelo |
Soñar es ejercicio de villanos Soñar, que yo he soñado muchas veces ¿Y yo qué voy a hacer si lo he soñado? #El hombre, que alguien venga y me diga de qué presume? Share on X |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Félix Grande
Casida de la alta madrugada
Cuando te acuerdes de mi cuerpo
y no puedas dormir
y te levantes medio desnuda
y camines a tientas por tus habitaciones
borracha de estupor y de rabia
en algún lugar de la Tierra
yo andaré insomne por algún pasillo
careciendo de ti toda la noche
oyéndote ulular muy lejos y escribiendo
estos versos degenerados.
Dame ungüento de carne, loba
La prisa despareja con que miro tu piel
la premura apretada con que altero tu cuerpo
y este desasosiego en que empapo mi lengua
para hablarle a tu carne y lamer a tu voz
son como ávidas gotas de estaño compasivo
que busca aminorar las grietas de la muerte
La planta de la edad nos chupa nuestros días
abriéndose como una flor negra, abominable
y en este esplendor de hoy se oculta la simiente
de una desposesión calcinada y perversa
como la del desierto. En el calcio del tacto
hay una lenta caries que nos invade desde
el fin aterrador del tiempo y de la vida
Presuroso y perdido unto en mí tu persona
y soy un bulto de hombre y de loco y de perro
que corre por tu cuerpo y a la vez por un túnel
despavoridamente lamiendo en las tinieblas
Mudo que rompe a hablar
He querido expresarme
Toda mi vida he querido expresarme.
No tengo otro destino, otro afán, otra ley.
Fui actos sucesivos
y el olvido que destilaban
los corroía a ellos ya mí.
Sobre los actos fui palabras
y ellas buscaban una lumbre
que no me calentaba a mí.
Palabras y actos juntos
nada son sin placer del cuerpo.
Ahora regreso de esa vida umbría
buscando siempre calor de mujer.
Palabras y actos sólo allí me expresan.
Tu piel junto a mi piel, eso es lenguaje.
Todo cuanto pretenda enmudecerlo
maldito sea
Vivir a cara o cruz
y al infortunio suceda la desgracia
y a la desgracia el cataclismo
y a todo ello asistiría
con el desinterés de un muerto.
Estés conmigo tú
y por cada brizna de dicha
que pretendan arrebatarnos
avanzarían desde mi corazón
espléndidos ejércitos de odio.
Tú puedes ser la espalda atroz de mi destino
o mi patria de carne.
El infierno
El bien irreparable que me hizo tu belleza
y la felicidad que se llevó tu piel
son como dos avispas que tengo en la cabeza
poniendo azufre donde consevaba tu miel.
¡Cambió tanto la cena! Botijas de tristeza
en vez de vasos de alba tiene hoy este mantel
y aquel fervor, espero esta noche a que cueza
para servirme un plato de lo que queda: yel.
Rara la mesa está: La miro con asombro,
como y bebo extrañeza y horror y absurdo y pena.
Se acabó todo aquel milagro alimenticio
tras un postre espantoso me levanto y te nombro
que es el último trago de dolor de esta cena,
y voy solo a la cama como quien va al suplicio.
Una postal de nieve
Cuando me tienda en la vejez
como en un mal cerrado sepulcro
maldeciré tu nombre
Sólo porque esta noche
enajenado y absorto en tu cuerpo
he deseado que fueras eterna
y no sabía si pegarte o llorar.
Elogio de la desobediencia
Mientras nos lo prohíben
juguemos, sí, con fuego
Un himno a los que viven
como una brasa el juego
En la ocasión primera
huye del lento hielo y arrójate en la hoguera
Atizarán el fuego mientras bramas
y escupirán al fuego
Mas tu sentido sólo está en las llamas
Para ellos la razón, para ti el juego
En la ocasión primera
devuélveles su frío y arrópate en la hoguera
Únicamente vive lo que arde
Alabado sea el fuego
Abrásate de amor, juega tu juego
Que el amor te preserve y que el fuego te guarde
Y en la ocasión primera
besa humilde las llamas horribles de la hoguera
Calle vacía
A ese a quien no se ve, yo lo conozco.
No está y es evidente como un sueño.
Por la calle vacía,
derramada en la siesta y en el cielo,
con un roce de ayer suenan sus pasos
en perfecto silencio.
A ese a quien no se ve, yo lo conozco.
Va hacia el final o vuelve o está quieto
mientras la calle en sol arde callada,
secreta y clara, enharinada en tiempo.
A ese a quien no se ve, yo lo conozco,
o yo lo reconozco, o lo recuerdo,
o lo busco sin fin… ¡Dios lo bendiga,
tan solo como va, tan lejos!
[…] Sabes que volverás Félix Grande […]