ALTO-BAJO/ARRIBA O ABAJO [Mi poema]
Jesús Urceloy [Poeta sugerido]

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MI POEMA… de medio pelo

 

Un tipo se creía desgraciado
en tanto otro pensaba que era dios,
se advierte que ninguno de los dos
pudiera presumir de equilibrado.

Que hay uno disfrutando estar arriba
y hay otro lamentando estar abajo,
los dos con sus problemas a destajo
precisan de cernirse en una criba.

El éxito es aquello que se espera
que en cambio no respeta ni el fracaso,
mejor será seguir y no hacer caso,
se sabe que el que espera desespera.

Subir, bajar con tiento la escalera,
subir, bajar cuidando si se aviene,
subir bajar dudando si conviene
o acaso que ha de ser lo que dios quiera.

Tan duro y tan dificil decidir
que a todos se nos pone cuesta arriba.
Prefiero no mediar en la diatriba,
me niego, no sabría qué decir.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Jesús Urceloy

ALAUDA

Para Julio Espinosa

Debiera comenzarse amar hacia Septiembre,
antes que el sol un día
anuncie la memoria, y el dolor
difícil del recuerdo
nos abrase la cara.
Amar es una voz sin melodía
que se canta a destiempo pero acude
nueva.

Hay días
que se vuelve al balcón para mirar
lo más lejos posible. El ejercicio
conduce a la escritura: uno recuerda
que es otro,
como si salvarse fuera
vivir en otra piel un día más.

Debiera así existir una isla favorita
donde exiliarse en los momentos tristes,
cuando se tiende al llanto y las palabras
de nuestro amante
cruzan la casa
y la abandonan para siempre.

ALFÉIZAR

Cultivé para ti estas hojas secas.

El tiempo, como quien mira el mar adolescente,
ha podido apresarlas, acercarlas a ti como última ofrenda:

La hoja del sauce;
útil para nombrar la risa y sus facciones, sexo que abraza, piel que saluda.

La hoja del enebro;
fusta, caricia que en el aire adivina un gemido.

La hoja de un metal, de una ausencia:
la tragedia del hombre, su imagen femenina.

EL VISITADOR DE TUMBAS

Al pasar junto a él miro sus ojos:
oblicuos, esforzados en leer
todos los nombres. Un arma homicida
se sumerge en mis manos, le imagino
arrodillado junto a mí, pidiendo
cobarde un ramo gris de flores mustias.

Así avanzo, recordando
Voces de amigos, cinceles de amor,
piel golpeada que ascendiera al hueso.
muerdo contento el dulce esperma donde
habitarán mis hijos disecados.

En el rencor de tu sonrisa triste
velan tu novia y sus amantes. Miro
así tus ojos: tú te vas despacio.
quiero entonces saber a qué has venido,
por qué una lágrima alcohólica te besa,
quién tras de mí deja escuchar el eco
de sus labios en lápidas sin nombre:

¿Qué historia nueva de dolor redime
el estrago de amar una memoria?

APROVECHA EL DÍA

Para Pilar García Orgaz

suelta tu pelo chica que la barba
chaval llene tu rostro que al calor
al frío vuestros cuerpos se conviertan
en campo de azafrán en turba ardiente
que la brisa se os caiga de la boca
hasta que el hueso cruja y el humor
de vuestra sangre seque los racimos
de la inútil locura que os arranquen
la piel a latigazos zambullid
el cuerpo en vivas ascuas que no quede
un grito por vivir ni una caricia
por celebrar ni una verdad en pie
para sellar la muerte y si algún día
os alcanza esa zorra echad el resto
con lo poco que os quede de ternura

UNA MUJER

Para Elisa, con mi cariño

Una mujer es sólo una palabra.
La palabra dolor puede decirla.
También un hombre puede, en ambos hay
un tono de impecable diferencia.

El hombre y la palabra que repite
el suelo al ser pisado. Soy mujer.
La belleza que impulsa a construir
un laberinto. Huele a mar y es dulce.

Cuando la arquitectura se conjuga
junto al verbo mentir, el hombre sueña.
Si el miedo se acostumbra a la verdad
la mujer sueña al mundo. Y nada muere.
De: Luz violenta. Editorial: Reino de Cordelia. 

Poética

cuando te vas las luces ya han caído
verbales sobre ti / como se pierden
unas con todas las palabras / hay
un acto entre decir y dar la vida /

hay un deje de angustia en los sonidos
con que solemos pronunciar las cosas
nuestras / llegaré tarde / no hay razones
que avalen la poesía sin misterio

sin belleza sin ritmo / soy poeta
no por necesidad / no por dulzura /
no para el grito / no para la masa

estúpida y feliz de urnas y olvidos /
sino por miedo por oficio y algo
que no puedo explicar.

Salmo 30

Si hubiera un país que sólo fuera frontera
y hubiera una ciudad,
y la ciudad la misma frontera;

si hubiera un edificio ubicado en la frontera,
rodeado de frontera,
y allí un piso elevado, acaso un sexto, un doce:
donde cada frontera fuese al mismo tiempo
asilo, mirador, refugio o faro.

Si en esta casa hubiera una habitación encendida
la noche, cada noche, frontera y siempre y siempre,
y allí un hombre
desde siempre escribiera,
sería sólo aquel que en todos conocemos,

ese hombre sería quien viviera en la sombra,
quien habitado sólo de frontera
nos hace a los demás el don de no hallar límites.

La casa del poeta

El poeta llega a su casa y ve la puerta rota,
ve la puerta que rompe siempre la policía para entrar,
que sangra toda la vida, derribada, siempre,
una puerta que aguanta incendios y galernas, que a menudo sirve
también como asidero los días de diluvio.

Pero no ha habido esta vez misericordia:
el dintel permanece,
y el poeta sabe que un olor a madera lo ha estado aguardando,
todo el día de siempre, todo el día de ayer,
hasta que llegara,
llegara con el corazón valiente y roto, tras haber cruzado
a nado un campo de espinas,
un mar de espinas,
un océano de espinas donde los rasgos que dignifican al hombre
hacen de una calle cualquiera el mismo mundo,
donde quien toca con la punta de sus dedos los cabellos de un niño toca
también una sonata de Bartok,
donde quien llega permanece,
aguanta el bombardeo,
sabe que ni la más destructiva de las muertes podrá alcanzarlo,
podrá robarle ese roce esencial,
esa plenitud contemporánea.

El poeta llega a su casa desde la frontera de los inciertos,
un horizonte desposeído,
y entra en su casa, pues el acto de entrar en su casa es salir del mundo,
salir de toda posguerra, salir de toda libertad
y entrar en otro concepto de democracia:
asumida,
ilógica,
que no tiene que ver con un hombre un voto,
sino con una idea un voto,
sino con una sola idea un voto de alegría.

El poeta no sale de su casa: entra en el mundo,
no llega a su casa: sale a la plaza
a contar en silencio las astillas,
el voto de los que carecen de lo imprescindible:

De los que dejaron un mechón de pelo, una tira de piel,
un rostro desconcertado, un zapato sin pie, un cuerpo sin vida
tras el terror y los homenajes.

De los que hallaron la gracia y el sosiego tras una curva peligrosa,
en un hoyo, en el tajo, de un tajo, en un trasbordo,
en la sucia mentira con distintivo azul.

De los que fueron encontrados en soledad junto a unas bolsas,
un muro caído, un canal,
del regreso feliz de las vacaciones.

La sangre urgente de los necesitados.
La sangre urgente que regresa a casa.
De: Piedra Vuelta / Poesía 1985-2014 Amargord Ediciones

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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No debieras quejarte, que hay peores,los muertos que…
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