TENGO UN ALMA ARRUGADA [Mi poema]
Pilar Pallarés [Poeta sugerido]
Pilar Pallarés [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Tengo un alma arrugada. Su cariño No acepta lo que ve. Tanta locura Se niega a comprender por qué la vida En cambio quien ya empieza degollada, #El hombre nunca valora lo que tiene y desea lo que no puede alcanzar? Share on X |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Pilar Pallarés
(Premio Nacional de Poesía 2019)
Hay una ciudad que me espera en el sur
Hay una ciudad que me espera en el sur
y es extraño que no tenga tu nombre grabado en las paredes
(necesito emborracharme
cerrar todas las ventanas que dan a esta tarde
necesito saber la cantidad exacta de desesperación que anida en
esta hora)
en el sur sé que hay una ciudad que me espera
es extraño nunca he vivido allí la tristeza de noviembre
no sé cómo será el rumor de los magnolios golpeados por la lluvia
cuando noviembre invada las avenidas
y sobrevivan las cúpulas solitarias sencillamente solas
bajo un cielo de invierno sin pájaros
no sé qué vibración de muerte se esparcirá sobre el río
en el sur
no sé si tus pasos sonaron alguna vez en las losas de la ciudad
(es extraño que no tenga tu nombre grabado en las paredes)
tendré que enseñar a sus habitantes
el perfil asombrado de tu rostro
tendré que asesinar sus tardes de tranvías y río
con la furia que he aprendido de tu mirada
pero en el sur
qué extraño será atravesar parques y plazas
masticar el viento enervado de noviembre
descender a los muelles
sabiendo que siempre hay una ciudad que me espera
y que no tiene tu nombre grabado en las paredes.
Dormirme en la noche de tu pelo
Dormirme en la noche de tu pelo
en el filo de tu labio desvanecerme
ser tan sólo pigmento de tu piel
fósforo encendido en la médula de tu hueso
desposeerme
serte
en el músculo que tensa tus muslos
en la vena que azulea en tu muñeca.
Poema a Palestina
Puiden vencer aquela vez a morte,
cando o ceu se abateu sobre nós en forma de metralla
e o cheiro animal do sangue
ocultou para sempre o dos limoeiros na casa dos meus pais.
O ceu aproximou-se até eu o tocar cos dedos
e estava vivo e quente como o ventre das feras,
pero era enxofre e mancava os calcañares
con arrestas e cal.
Despois houvo un siléncio entre os meus sete anos
aquel pátio onde á tarde brincava
perseguindo os insectos.
Sorrin cando me fotografou co meu gato Kamal entre os escombros
un dos homes franceses,
sorrin e avancei altivo como os guerreiros e os profetas
porque as cancións da avoa din que a pátria está perto
e a vitória non tarda.
Resistin aquela morte e outras mortes
e non ollei atrás
e cando os nosos soldados saíron expulsados da cidade,
dei-me présa en medrar
e fun soldado
e erguin contra Israel o brazo e a razón,
o peso dos meus soños
e unha pátria a cumprir-se.
Amei-te tanto esta tarde
cando non estavas,
e estaba o ceo como un atlas de ausencia
esvarando nas horas!
Que estraño é todo isto, este amor que se agolpa
e verte a sua fúria por acima de unha
sen piedade!
Non sei porque estes días en que te amo tanto
e tan fundo e tan duro e tan tristeiro
dias en que quixera aniquilar-te
de tanto amor como me tinxe o corpo
e me lastima os dentes.
Esta tarde amei-te como invasión de escumas
en sartegos tenrísimos.
Non sei que estrañas aves aniñaron en min
para que así te ame,
on sei que tortas roitas ou mans confabuladas
me trouxeron a ti,
Non sei porque camiños navegou o meu sangue
para chegar a ti.
Non sei se faro ou torre ou terra prometida
foron marcando o norte dos meus sucos.
Só sei que aquí me tes, oferecida.
Agosto
Pasa a choiva devorando horizontes.
esfiáñase a tarde nos carreiros.
Chove. Batalla o sol coa auga
sen ganas.
O meu cuarto, no que dorme o silencio.
Sombras, corvos, un libro nunca esquina.
Agardo.
Os bruídos da aldea tecen a súa nostálxia
no solpor extrañado.
¡Ouh señardade,
soidade que atravesas o tempo e asulagas,
agosto de invernia, ouh puñal de tristeza,
corazón meu ferido!
MI POETA INVITADO: Encarna Gómez Valenzuela
Poemas del agua
I
En el azul vibrante del agua
descubrí los ojos del día.
Y en el verdor de la hierba,
el remanso feliz de todos los riachuelos,
la ausencia de clepsidras en los vergeles.
El tiempo se hace canción
en el susurro latente del agua,
luz y poema en el pálpito de los estanques.
II
Asómate al balcón del agua,
en sus dolientes paisajes de caracola,
la gota oscura del silencio
reverdece como alondra matutina
que nunca detiene el vuelo.
Su esplendor de nardos florecidos
es aprendizaje y designio ciego,
sosiego de verso y copla,
tierna melodía que el viento mece.
III
Encontrar una senda escarlata
en el agua que corre por tus venas
y en la savia dorada, la brecha
que emerge del interior de la tierra
y recorre las verdinegras veredas
del corazón anhelante.
En las transparentes lágrimas
que brotan de tus ojos, hallar el agua.
Agua, sólo agua nítida
para lavar las heridas del mundo,
para borrar todos los agravios
que flotan en el azul de los mares.
IV
De la inusitada melodía del viento,
acariciando las nubes,
brotó el susurro del agua,
la plácida y sutil llovizna,
cristales fosforescentes
suspendidos en el aire,
esquirlas de sol y luna.
Leve su caricia en la orilla de los besos,
los labios se hacen herida
y tiemblan como luceros sorprendidos.
Estupor en los violines del cielo,
demencial música de cítaras.
Es el agua que derrama
su manto de placidez
más allá de su brillo diamantino.
En su risa, los espejos nacarados
reflejan el estupor de los campos.
En el olivo, la gotas fructífera,
primicia de la incipiente aceituna.
La paloma mensajera de esperanza.
Óleo febril de todos los aguaceros
que fecundan el corazón de la tierra.
V
En las fugaces entrañas del agua,
el tibio deseo de germinar
y en el valle humedecido de su vientre,
la frescura versátil de la hierba
verdeando en su interior.
Las orquídeas del deseo se derraman
en sus manos encendidas de pasiones.
Y en la lejanía del piélago,
el más límpido cristal del agua,
el suspiro de la brisa de los mares,
la tormenta purpúrea del ocaso
caldeando la canción de las sirenas
para enamorar a Ulises.
Su magia es ternura y flor,
deleite su melodía,
su llanto, fértil llovizna
del impoluto resplandor del alba.
EL INTERIOR DEL AGUA
En el interior añil del agua,
el hallazgo de sus perlas,
la dulzura de sus jardines,
la placidez de sus amaneceres,
la tibia calidez de sus crepúsculos.
Y en su diáfana esencia,
la ternura del abrazo cristalino
entre sus hilos de plata.
Ineludible aureola blanca
cuando se mira la luna
en el tranquilo sosiego del agua
y en su espejo, la inesperada frescura,
la joya de su esplendidez.
LA CANCIÓN DEL AGUA
Ya escucho la canción del agua
en el lago azulado de los sueños,
la gota fugaz que borda
nardos en un mar de olas,
la espuma blanca que vibra
en recónditas e ignotas playa.
Haces de luz en la niebla.
Los brillantes de la lluvia
se deshacen en el aire.
Agua, siempre agua
para saciar los corazones sedientos,
y sus gotas se deslizan silenciosas
como rosas de pasión
en el satén de sus pétalos.
Grupo Editorial Sial Pigmalión