Solo poesía
Estirar el dinero, repetía
mi madre cuando hablaba de dinero,
cuanto más lo recuerdo más la quiero
y aunque a mi me sonaba a letanía,
si no fuera verdad más la querría.
Devuelvo hacia el pasado a mi memoria,
recuerdo a cada día, cada instante,
del ruido al explotar, su detonante,
y el eco celebrando la victoria.
Aquellos son, que hoy fingen de talante,
los mismos que ensuciaron esta historia.
Yo veto la mayor, niego que el hombre,
el mismo, el que presume de ser bueno,
y arrastra en sus entrañas un veneno,
con actos de maldad, nadie se asombre,
más propios del que fuera un sarraceno.
Yo un día dije a Dios, me voy contigo,
las cartas sin marcar puse en la mesa,
y hoy dudo si me alegro o si me pesa
que intento estar en paz y no consigo.
Si debo de llorar pido clemencia
las lágrimas no afloran ya a mi llanto,
espero que comprendan, sufrí tanto,
que tuve que pagar mi penitencia
tan propia de ese espacio, el camposanto.
Burgos, la desconocida
que mirando va hacia el norte,
con su Reino, con su Corte,
sin pecado concebida.
La que nunca fue vencida
presumiendo de una historia....
Resulta que yo estaba equivocado
o nunca quise ver lo que veía,
resulta que era un jarro de agua fría
quien vino en mi a caer dejando helado
volviendo a no creer lo que creía.
Dormir eso es vivir estando a oscuras
con riesgo a tropezar en las paredes,
dejando que el cerebro haga locuras,
sin nadie a criticar si es que te excedes.
Que yo vine hasta aquí para ser río
y poco algo después quedé sin agua,
me tuve que subir a una piragua,
la brisa me arrastraba a su albedrío.
¿Qué hay más allá de la vista
allí donde el ojo alcanza?
¿qué existe en la lontananza?
permítanme que aquí insista.
Más allá veo un turista
vestido a la vieja usanza,
un hambriento y su pitanza,...
Cuando el mar ya esté sin agua,
cuando el viento ya haya huido,
cuando sientas la piragua
como el hierro que en la fragua
por el medio se ha partido.
Es la misma que te sigue,
la que nunca tú has llamado,
que se encuentra aquí a tu lado
y que, terca, te persigue,
esa misma, amigo mío,...
La sugestión colectiva,
la que impera en el ambiente,
la que impulsa a que la gente
al que predica le siga,
la que evita que la viga
de sus ojos difumine,
y en su cerebro elimine...
Pensando que hoy el tiempo trae a cuenta
le quise a echar al mismo una carrera,
el tiempo, que es más listo que cualquiera,
del reto fue a cantarme la cuarenta.
Tengo un alma que no es mía,
creo que alguien me ha robado,
se llevó la que tenía,
y al buscar, esa manía,
no la encuentro en ningún lado.
Resulta que él estaba equivocado
que aquello que soñó ya era mentira,
su excusa fue la mente es que delira,
no acierta a comprender qué le ha pasado.
¿Pensar o no pensar? Mejor pensar.
¿A qué viene pensar? No trae a cuenta.
¿Echarte a navegar y naufragar
consciente que no hay agua en ese mar?
Quizás mejor andar. Y a marcha lenta.
A todos los que luchan por su tierra
que encuentran al luchar sendas razones,
a aquellos los que anidan emociones
que incluyen el llegar hasta una guerra.
Yo he crecido entre verdades
que se dicen van a misa
y he creído en las deidades
que predican los abades
y es del cielo esa premisa.
Amar, como se cuenta, no he sabido
que amor siempre se pinta de colores,
y en cambio si he sufrido sinsabores,
mas lienzos ni pinceles no he tenido.
El día en que te amé yo no sabía
que amar tendría un largo recorrido,
que habría de pasar con tanto ruido
debiendo aparentar que no veía.
¿Alguien sabe los libros que hay escritos,
las veces que decimos por favor,
las flores que destilan mal olor
las sectas, religiones, chiringuitos
que dicen representan al Señor?
Esa sala que apodan que es de espera
donde el llanto se palpa en las paredes,
que atrapado se encuentra entre sus redes,
la esperanza ha de ser lo que Dios quiera.
Libertad, tú la sientes cuando miras
sentado allí en la arena frente al mar,
la vista así comienza a deslizar
cual fuera que a los ojos los estiras
y empiezas a soñar.
Pensaba hacer mi casa con adobe
consciente iba a durar muy pocos años,
-seguro de tener que hacer apaños-,
creyendo no habrá nadie que la robe.
Hola, yo soy Donaciano, y tú?
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