LAS PRIMERAS NIEVES [Mi poema]
Juan Carlos de Lara Ródenas [Poeta sugerido]

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MI POEMA… de medio pelo

 

Cae la nieve, suave, lentamente,
ya comienza el invierno, es la primera,
ha llegado de pronto, de repente,
después de tanto tiempo estar ausente
sin avisar siquiera.

Y luego vendrá otra y la siguiente,
las aves volarán de rama en rama
buscando de acomodo alguna cama,
resguardo, y que le acoja diligente
del bajo Guadarrama.

Con un conjuro el blanco suple al verde
y ese paisaje se torna virginal,
sin matices, que ahora todo es igual
nadie en un tiempo habrá que lo recuerde
que fue un juego floral.

Y pasarán las noches y los días
hasta que el cielo sufra un desencanto
y logre descubrir bajo ese manto
la vida con sus llantos y alegrías
y eleve a dios un canto.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Juan Carlos de Lara Ródenas

(A quién tanto espero)

“POR TI REVIVIRÉ DESPUÉS DE TANTOS AÑOS
LOS DÍAS DE UNA EDAD SIN CULPAS NI RECUERDOS”

A tus ojos cerrados todavía,
a tu pequeño mundo, tan extraño,
quiero llegar sin que te cause daño
para mostrarte toda mi alegría.

Me haces verdad esa esperanza mía
que he podido salvar año tras año
de tanta sombra y tanto desengaño
como vivir supone cada día.

Te entregaré lo poco que he reunido:
mi casa, viejos juegos que no olvido
y estos versos que el tiempo hará pedazos.

Pero en tu misma sangre yo soy quien
tendrás contigo para siempre. Ven,
ven a empezar la vida entre mis brazos.

Llegarás, hija mía, con el próximo otoño,
cuando las lluvias vuelvan a detener el tiempo.
Desde lo más profundo, con mi esperanza a solas,
me acercaré hasta ti con los brazos abiertos.

Con tu presencia, entonces, me quedará ya siempre
una razón inmensa para vencer el miedo
a malgastar mi vida, como hasta ahora acaso,
en equivocaciones y en arrepentimientos-

Tras el anuncio alegre de tu llegada vuelve
mí vieja fe en las cosas, aquel soñar despierto…
A veces me parece que estás aquí de tanto
Haberme imaginado nuestro primer encuentro.

Levantaré tu cuna con mis manos repletas
del mismo amor sin fondo que mis padres me dieron.
Por ti reviviré, después de tantos años,
los días de una edad sin culpas ni recuerdos.

Llegarás, hija mía, el próximo otoño,
cuando vuelvan las lluvias a detener el tiempo.
Entonces mi esperanza, como mi propia vida,
encontrará en tu llanto su despertar auténtico.

Hija mía, si nunca me he sabido
defender de esta vida que tú empiezas,
si en mis ojos aún quedan tristezas
sin edad, sin remedio y sin miedo…

hoy que estás en mis brazos he podido
desbaratar al fin todas las piezas
de este particular rompecabezas
de vivir sin creer que se ha vivido.

De ti no me hallarás nunca lejano
y seré quien te coja de la mano
cuando le encuentres sola y cuando llores.

Y duerme confiada en tu niñez,
que habrás de caminar más de una vez
entre el dolor, la niebla y mis errores.

(Paseando a mi hija en su cochecito)

Ay, colegio francés,
altas palmeras,
con otro sueño paso
por tu cancela.

Esperándome siempre,
viejo instituto,
existe un nombre escrito
sobre tus muros.

Han quedado, ruinas
de Villa Rosa,
en pie mi soledad
y su memoria.

Al bajar la avenida
de San Antonio,
naranjos y otra vez
aquellos ojos.

Me vuelvo por tu acera,
Adoratrices,
callado y sin saber
por qué estoy triste.

Del recuerdo, María,
que Dios te salve.
Bendita tú entre todas
mis soledades.

Ay, pobre de mi niña,
no sabe nada
ni del abecedario
ni de la tabla.

En su idioma va uniendo
llanto con llanto
para asomarse al mundo
donde mis brazos.

Entre mis brazos cabe
mi niña chica
y dentro de sus manos
toda mi vida.

Si sale da paseo
se duerme sola,
sí tiene que dormir
llora que llora.

Cuando a veces la llamo
nunca responde.
Ni conoce siquiera
su propio nombre.

Ay, pobre de mi niña,
qué poco sabe.
(Qué poco supe yo
hasta muy tarde).

Donde guardo las horas más felices,
la primera esperanza,
mis seguidores,
donde me quedo en los momentos que estoy solo
quiero creer, María, que me podrás hallar.
A veces me miras como si adivinaras
lo mucho que me cuesta ignorar este cansancio,
las voces de ayer, este frío de ahora…
tanto barro acumulado por mi vida.
No sabes, María, qué difícil resulta
despertarse y de nuevo volver a vivir
con los ojos cerrados,
salir a la calle cubierto de olvido,
ser otro silencio que grita por las aceras.
Tu no sabes nada. Por lo que has vivido ya
aún no ha cruzado el tiempo, María,
no el que pasa de largo y no se detiene,
no el que nos hace envejecer,
el tiempo que nos arrasa como un viento helado
desde lo mas profundo de nuestra memoria.
Tú no puedes saberlo. Tu llanto no conoce
la soledad de un mundo indiferente,
tu miedo es otro, María,
a todo lo que sientes que es extraño.
Pero abriendo los ojos a lo desconocido,
despertando a lo nuevo,
irás descubriendo la vida poco a poco
hasta que la vida un día se descubra ante ti.
Llevaré, María, tus primeros años
lejos del cansancio y del olvido,
adonde no es posible que regreses nunca
una vez que así lo quieras,
una vez que las cosas no te asombren
y camines, sin mi mano, entre este frío.
El tiempo pasará sin detenerse
y acaso vivirte sea difícil
recordarás entonces tus horas más felices
y por siempre, María, me tendrás contigo.

Aquí me tienes, serio y vacilante,
perdido para siempre en esta vida
de la que sólo queda sin herida
la infancia y poco mas que algún instante.

Aquí me tienes, hija, en mi constante
ir y venir de aquella edad perdida
que de repente ha vuelto, renacida
en la que ahora tienes por delante.

Aquí está lo que tengo y lo que soy,
mis temores de ayer y los de hoy,
mis dudas, esperanzas y fracasos.

Aquí estoy con mi olvido y mi recuerdo
a ver si de una vez al fin me pierdo
por la niñez con tus primeros pasos.

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Nicolás Guillén

Nieve

Como la nieve cae aquí,
nieva también dentro de mí.
(Verlaine con nieve, ¿no es así?)
De ti me acuerdo? ya sin ti.

¿A qué llorar, me digo yo,
por quien no llora ni lloró?
Si estuve escrito, me borró,
si ardí un instante, me apagó.

Caiga la nieve, está muy bien.
Mas no por eso va Guillén
a entristecerse si no hay quien
del mismo mal muera también.

Literatura, en realidad,
nimia de toda nimiedad.
¿Que está nevando en la ciudad?
Al fin y al cabo es la verdad.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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Lamentable, hace tiempo que ya anduviste muerto y…
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