»LUIS ROSALES [Mi poema]
Mis Maestros [Poeta sugerido]
Mis Maestros [Poeta sugerido]
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Luis Rosales Camacho. (Granada, 31 de mayo de 1910 – Madrid, 24 de octubre de 1992). Poeta español de la Generación del 36. En 1937 colabora en la revista Jerarquía y varios años más tarde, es secretario de la revista Escorial. En 1949 publica La casa encendida y en 1979 Diario de una resurrección, ambas consideradas sus obras cumbre.
Desde 1953 hasta 1965 dirige la revista Estafeta literaria, que es posteriormente continuada por Nueva estafeta (1978-1982). Durante estos años se doctora en Filosofía.
Estudioso de los manuscritos del Siglo de Oro español, pasa a formar parte de la Hispanic Society of America y en 1962 ingresa como miembro de número en la Real Academia Española. En 1982 recibe el Premio Miguel de Cervantes como reconocimiento a toda su obra.
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LOS POEMAS |
Una muestra de sus poemas
MEMORIA DE TRÁNSITOHerido de amor huido – F. García Lorca Abril, porque siento, creo, Tu leve paso indolente Los sitios donde has estado |
LA TRASFIGURACIÓNSiento tu cuerpo entero junto al mío; como una llamarada Y ESCRIBIR TU SILENCIO SOBRE EL AGUASólo florece el agua que está queda MIGUEL DE UNAMUNO No sé si es sombra en el cristal, si es sólo CONTIGONo hay noche, no hay luna, no tiemblo de saber que un día No hay luz, no hay jardín, no hay contigo para perderme, * * * Tiemblo de verme en tus ojos y el ser también en el seno por ti se agrupa el rebaño como los pueblos que llevas contigo para salvarme, ¡No puedo verte, no puedo tuyo seré madreselva, que estoy con dolor queriendo * * * Ya el tiempo es sólo el espejo |
EL BOSQUE SE IBA HACIENDO AL ARDEtristemente naturales J.Guillén Me están mirando en tus ojos Me estoy reuniendo en tus brazos; Estamos juntos, sin vernos, LARGA ES LA AUSENCIALa sombra siempre y luz sin la luz mía HERRERA Tu soledad, Abril, todo lo llena. La soledad del corazón resuena Y así vas caminando sangre adentro, ¡ay, corazón, donde me pisas tanto!, |
LA FERIA DE LOS PÁJAROSSentí que se desgajaba y vi un instante en tus ojos CANCIÓN DE LA NIEVE QUE UNIFICA AL MUNDOSomos hombres, Señor, y lo viviente La culpa es culpa y oscurece el bien; La nieve borra los caminos; ella Llegaremos de noche, y el helor LARGA ES LA AUSENCIALa sombra siempre y luz sin la luz mía HERRERA Tu soledad, Abril, todo lo llena. La soledad del corazón resuena Y así vas caminando sangre adentro, ¡ay, corazón, donde me pisas tanto!, ¿CÓMO NACE UN RECUERDO?Retrato de Dionisio Ridruejo ¿Cómo nace un recuerdo? ¿No era un junio? |
Y ESCRIBIR TU SILENCIO SOBRE EL AGUASólo florece el agua que está queda MIGUEL DE UNAMUNO No sé si es sombra en el cristal, si es sólo La lámpara del cuerpo es el ojo, así que si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso. SAN MATEO, VI, 22Verte, qué visión tan clara. Verte. La distancia nace. Todo colmado por ti. Verte para amarlo todo. Mortal límite de ti. ¡Verte, Abril, verte tan sólo! Verte: qué oración tan pura, |
¿CÓMO NACE UN RECUERDO?
Retrato de Dionisio Ridruejo
¿Cómo nace un recuerdo? ¿No era un junio?
El cielo abría su puerta
sobre el valle del Arga. Entre los montes
iba la luz con obediencia trémula.
Recuerdo que el silencio atardecía
toda la vida a su extensión sujeta:
los caminos sin gente, las murallas,
y el fresco olor que a los pinares lleva.
Oyendo unas campanas vi tus ojos,
pequeños y naciendo de la tierra
jugaban con un dejo campesino
en la mirada concentrada y lenta,
no suspicaz pero alertada y pronta,
no impositiva pero fija y cerca
de ser dura, tal vez, cuando nos mira
y nos puede ayudar con su dureza.
Los ojos sin pestañas, se diría
sin párpados también, sin brillo apenas,
con libertad no exenta de mesura,
con derramada y fácil negligencia.
¿Cómo nace un recuerdo? La luz última
arropaba tu cara entre la niebla,
descarnada, pequeña, fina y dulce,
cansado el gesto y sin cansar la fuerza.
El cabello castaño, cuando ríes
la risa te reclina la cabeza;
la piel áspera y pálida, la boca
desdibujada, exánime, risueña.
En testimonio de vivir tenías
hoyuelada la cara,
y había en ella
una gran paz convaleciente:
hoy
sigues dando esa paz que tú no encuentras.
Recuerdo que me hablabas descansando
todo el cuerpo en la voz, y tu voz era
la que llevaba al mundo de la mano,
amplia, segura, convencida, cierta.
Recuerdo… ya no sé. ¿Cuándo empezaste
a estar detrás de la memoria entera,
detrás y como un tren que caminara
sobre dos vidas en la misma rueda?
CANCIÓN DE LA NIEVE QUE UNIFICA AL MUNDO
Somos hombres, Señor, y lo viviente
ya no puede servirnos de semilla;
entre un mar y otro mar no existe orilla;
la misma voz con que te canto miente.
La culpa es culpa y oscurece el bien;
sólo queda la nieve blanca y fría,
y andar, andar, andar hasta que un día
lleguemos, sin saberlo, hasta Belén.
La nieve borra los caminos; ella
nos llevará hacia Ti que nunca duermes;
su luz alumbrará los pies inermes,
su resplandor nos servirá de estrella.
Llegaremos de noche, y el helor
de nuestra propia sangre Te daremos.
Éste es nuestro regalo: no tenemos
más que dolor, dolor, dolor, dolor.
DE CÓMO VINO AL MUNDO LA ORACIÓN
De lirio en oración, de espuma herida
por el paso del alba silenciosa;
de carne sin pecado en la gozosa
contemplación del niño sorprendida;
de nieve que detiene su caída
sobre la paja que al Señor desposa;
de sangre en asunción junto a la rosa
del virginal regazo desprendida;
de mirar levantado hacia la altura
como una fuente con el agua helada
donde el gozo encontró recogimiento;
de manos que juntaron su hermosura
para calmar, en la extensión nevada,
su angustia al hombre y su abandono al viento.
AUTOBIOGRAFÍA
Como el náufrago metódico que contase las olas
que faltan para morir,
y las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño
y le besa y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.
AYER VENDRÁ
La tarde va a morir; en los caminos
se ciega triste o se detiene un aire
bajo y sin luz; entre las ramas altas,
mortal, casi vibrante,
queda el último sol; la tierra huele,
empieza a oler; las aves
van rompiendo un espejo con su vuelo;
la sombra es el silencio de la tarde.
Te he sentido llorar: no sé a quién lloras.
Hay un humo distante,
un tren, que acaso vuelve, mientras dices:
Soy tu propio dolor, déjame amarte.
LA FERIA DE LOS PÁJAROS
Sentí que se desgajaba
tu corazón lentamente
como la rama que al peso
de la nevada se vence,
y vi un instante en tus ojos
aquella locura alegre
de los pájaros que viven
su feria sobre la nieve
EL BOSQUE SE IBA HACIENDO AL ARDE
tristemente naturales J.Guillén
Me están mirando en tus ojos
los ángeles del instante,
los ángeles que han perdido
la memoria al contemplarse.
Me estoy reuniendo en tus brazos;
te siento casi quemándome;
arden el tronco y las ramas
pero las hojas no arden.
Estamos juntos, sin vernos,
repetidos y distantes,
juntos pero no vividos,
tristemente naturales.
LA ÚLTIMA LUZ
Eres de cielo hacia la tarde, tienes
ya dorada la luz en las pupilas,
como un poco de nieve atardeciendo
que sabe que atardece.
Y yo querría
cegar del corazón, cegar de verte
cayendo hacia ti misma
como la tarde cae, como la noche
ciega la luz del bosque en que camina
de copa en copa cada vez más alta,
hasta la rama isleña, sonreída
por el último sol,
¡y sé que avanzas
porque avanza la noche! y que iluminas
tres hojas solas en el bosque,
y pienso
que la sombra te hará clara y distinta,
que todo el sol del mundo en ti descansa,
en ti, la retrasada, la encendida
rama del corazón en la que aún tiembla
la luz sin sol donde se cumple el día.