»JOSÉ MARÍA PEMAN [Mi poema]
Mis Maestros [Poeta sugerido]
Mis Maestros [Poeta sugerido]
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José María Pemán fue un escritor español, periodista, magnífico articulista, poeta, novelista, dramaturgo, ensayista e intelectual comprometido con el conservadurismo católico y la monarquía española razón por la que ha sido injustamente relegado.
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LOS POEMAS |
Una muestra de sus poemas
REVELACIÓN¡Cómo volaba el pensamiento mío!… Quise gritar mi pena. Callé y calló la noche. El alma mía |
ORACIÓN A LA LUZSeñor: yo sé que en la mañana pura Yo sé que te refleja la segura Por eso te celebro yo en el frío por eso yo te adoro, mudo y quieto: BELLEZA SERENAÚnica turbación y melodía de tu cuerpo sin tacha, es una fuente Ciega, por eso, mi alma te desea y así, ya sin lejanas alusiones, |
SOLEDADSoledad sabe una copla Tres renglones nada más: Copla tronchada, tu verso ¿Qué jardinero loco, ¿Qué ventolera de polvo ¿O es que, por llegar más pronto Y total: Si con tres sílabas basta IN MEMORIAMLa Navidad sin ti, pero contigo. Porque tú no estás lejos. Pagando estrellas por salario Y el belén de su Amor, Como es la luz del río |
FERIA DE ABRIL EN JEREZY es que Andalucía Ella es la inventora de esta fantasía Un modo elegante poniéndole a un socio Lo de menos, quizás, es la venta. ………………….Jerez. El cielo bonito ………………….—¿Te acuerdas? — ¡Qué maravilla ………………….Pero volvamos al caso. ¡Qué filosofía Y se empieza el trato. Y rueda un lejano sonar de cencerros Y hay el viejo negro, cenceño y enjuto, Y luego el paseo: la hirviente Y un bullicio jaranero Se luce el recluta junto a la niñera — ¡Qué desfachatez! Y así va la feria: Pasó el rebullicio, pasó la alegría… A menos negocio, mayor fantasía, |
Soy andaluzSoy andaluz: andaluz, Soy del egregio solar ¡Noble oficio el de cigarra, ¡Y noble esta tierra mía, Esta limpia aristocracia Porque yo soy andaluz, |
Porque es igual que tú, claro y serenoEstoy enamorado del otoño. |
Elegía en la muerte del maestro(En memoria de D. Antonio Chacón, el gran cantaor gitano13) No sé si es copla gitana Tiene razón el refrán. Volverá, sí, la guitarra |
JOSÉ ANTONIONo sé decir tus obras: no el riente Tu obra es sonora, exacta y evidente. Y esa es la gran verdad: esa que llena la palmera, la sangre, el cementerio. |
PIROPO A CÁDIZNo eres tú, una vez más, la pandereta Tú, clara y fina, un poco genovesa Desde la gracia altiva y marinera Cádiz universal, libre y humano Todo es en ti blancura Todo: y el aniñado Todo: y esa alegría |
Elogio a la vida sencillaVida inquieta, frenesí la vida es soplo de hielo la vida no lo merece: Necio es quien lucha y se afana Vida serena y sencilla, |
Elogio a la vida sencillaTras los honores no voy; No quiero honores de nombres; He resuelto despreciar He resuelto no correr y lo guardo porque espero |
ENTRE LOS GERANIOS ROSAS…
¡Entre los geranios rosas,
una mariposa blanca!
Así me gritó la niña,
la de las trenzas doradas:
-corre a verla, corre a verla,
que se te escapa.
Por los caminos regados
del oro nuevo del alba,
corrí a los geranios rosas,
¡y ya no estaba!
Volví entonces a la niña,
la de las trenzas doradas.
«No estaba ya», iba a decirle.
pero ella tampoco estaba.
A lo lejos, ya muy lejos,
se oían sus carcajadas.
Ni ella ni la mariposa;
todo fue una linda trama.
El jardín se quedó triste
en la alegría del alba,
y yo solo por la sola,
calle de acacias.
Y esto fue mi vida toda:
una voz que engañó el alma,
un correr inútilmente,
una inútil esperanza…
¡Entre los geranios rosas,
una mariposa blanca!
ORACIÓN DEL AÑO NUEVO
Señor: para estos días
de Año Nuevo te pido
antes que la alegría,
antes que el gozo claro y encendido,
antes que la azucena
y que las rosas,
una curiosidad ancha y serena,
un asombro pueril frente a las
cosas…
Quiero que ante el afán de
mi mirada,
enamorada y pura,
todo tenga un misterio de
alborada
que me deslumbre a fuerza
de blancura.
Quiero ser el espejo con que
el río
convierte en gozo nuevo la
ribera:
quiero asombrarme del estío
y enamorarme de la primavera.
Señor y Padre mío:
dame el frescor de esta pradera llana,
riégame del rocío
de tu mejor mañana.
Hazme nuevo, Señor,
y ante el cielo, y los campos, y la flor,
haz que mi asombro desvelado diga:
Señor: ésta es la rosa, ésta es la
espiga…
¡y esto que llevo dentro es el amor!
RESIGNACIÓN
Por eso, Dios y Señor,
porque por amor me hieres,
porque con inmenso amor
pruebas con mayor dolor
a las almas que más quieres
Porque sufrir es curar
las llagas del corazón;
porque sé que me has de dar
consuelo y resignación
a medida del pesar;
por tu bondad y tu amor,
porque lo mandas y quieres,
porque es tuyo mi dolor…,
¡bendita sea, Señor,
la mano con que me hieres!
EL BARRIO MISTERIOSO
Un misterio que se esconde,
una canción que se va…
Rumor de fuentes lejanas,
fugas de sombra en la cal;
enredo de calles hondas
sin principio ni final…
Todo el barrio es una niña,
con un beso a flor de labio
que no lo acaba de dar.
SOLEÁ
Ovillo de cal y sol;
entre vueltas y revueltas,
¿dónde está tu corazón ?
TARDE
Nubes altas. Viento frío.
La tarde dobla en el río
su capote de paseo…
¡Flores tiene mi deseo
para ti, cariño mío!
LA CALETA
¡ Ay, que dolor!
Aquel niño marinero,
moreno de brisa y sol,
aquel niño marinero
y a ratos mariscador,
aquel niño -¡ay, que dolor!-…
me lo apuntó la otra tarde.
señor alcalde mayor,
un mal guardia en su libreta.
¡ Todo porque se bañó,
la otra tarde -¡ay, que dolor! -…
en aguas de la Caleta
desnudito como un dios!
ORACIÓN
Yo sé que estás conmigo, porque todas
las cosas se me han vuelto claridad:
porque tengo la sed y el agua juntas
en el jardín de mi sereno afán.
Yo sé que estás conmigo, porque he visto
En las cosas tu sombra, que es la paz;
Y se me han aclarado las razones
de los hechos humildes, y el andar
por el camino blanco, se me ha hecho
un ejercicio de felicidad.
No he sido arrebatado sobre nubes
ni he sentido tu voz, ni me he salido
del prado verde donde suelo andar…
¡otra vez, como ayer, te he conocido
por la manera de partir el pan!
Versos a la Virgen del Carmen Coronada
Cargadores de la Isla,
mecedla con suavidad,
que lleváis sobre los hombros
a la Reina de la mar.
Cargadores de la Isla:
esa que vais a sacar
es la Virgen marinera,
que huele a marisco y sal;
la que llamaban Señora
y Capitana, al rezar,
los abuelos que tenían
claras almas de cristal
bajo la recia envoltura
de sus capotes de mar;
la que apacienta las olas
los días de tempestad;
la que esta tarde de julio
el crepúsculo honrará
colgando nubes de grana
por los balcones del mar.
Yo la vi que estaba triste
la Señora, en el altar.
Su rostro llenaba el lirio
de una palidez mortal
-¿Qué te pasa, mi Señora,
Capitana de la mar,
que más que Virgen del Carmen,
pareces de la Piedad?
-Tres años hace, tres años,
que me estoy sin ver la mar,
sin oler las algas verdes
y sin ver la claridad.
¡Mis hijos, los de la Isla,
ya no me quieren sacar!
-No lloréis, Señora mía,
que dice un viejo refrán
que la fortuna y el sol
igual vuelven que se van.
¡Cargadores de la Isla,
marineros de la mar!:
La Señora estaba triste:
si la queréis consolar,
cuando la saquéis, mecedla
de esa manera especial,
hecha de tango y ternura
y de vaivenes de mar,
como se mecen los santos
desde los Puertos a acá,
¡como no saben mecerlos
en ninguna parte más!
Tú, cargador, que no sabes
rezar la Salve, quizás:
si cuando la saques, meces
el paso con buen compás,
aunque no sepas la Salve,
Dios te lo perdonará…
¡que mecer así a la Virgen,
ya es un modo de rezar!
Entre los geranios rosas
¡Entre los geranios rosas,
una mariposa blanca!
Así me gritó la niña,
la de las trenzas doradas:
-corre a verla, corre a verla,
que se te escapa.
Por los caminos regados
del oro nuevo del alba,
corrí a los geranios rosas,
¡y ya no estaba!
Volví entonces a la niña,
la de las trenzas doradas.
«No estaba ya», iba a decirle.
pero ella tampoco estaba.
A lo lejos, ya muy lejos,
se oían sus carcajadas.
Ni ella ni la mariposa;
todo fue una linda trama.
El jardín se quedó triste
en la alegría del alba,
y yo solo por la sola,
calle de acacias.
Y esto fue mi vida toda:
una voz que engañó el alma,
un correr inútilmente,
una inútil esperanza…
¡Entre los geranios rosas,
una mariposa blanca!
Romance de los siete pecados capitales
Tarde abajo, el mayoral
de los siete toros negros
va sorbiéndose en un triste
rojo crepúsculo lento.
Zahones de hipocresía
lleva, y por pica el deseo:
con azahar de inocencia
tienen los estribos hechos.
Los toros con siete lunas
van corneando los vientos:
jazmines de barba espesa
tirando van contra el cielo.
«¿A dónde vas mayoral?»
«A tu corazón los llevo».
Prepara tu mariposa
de seda y luz para el juego,
sácale filo a tu espada
con pedernales de miedo
¡Fina viene de pitones
la luna de un mal deseo!
¡Brava corrida, la tarde
aquella de mi tormento!
y seda morada, en medio.
Yo con la espada y la duda
Contra mí, siete deseos.
Me rozaron en la carne
las siete liras de huesos.
Geranios de sangre fresca
mis alamares prendieron.
Me salpicaron de espuma.
No me llegaron al cuerpo.
Cuando la tarde sorbía,
rojo, el crepúsculo lento,
por los prados, ya sin toros
luz de aurora en el sombrero
sin espuela y sin estribos
llegaba el Mayoral Bueno.
Vendas de seda traía
y aceite de olivos nuevos;
arena fresca en las manos
para enarenar el ruedo.
«¿A dónde vas, mayoral?»
«A tu corazón los llevo».
Himno al hundimiento del Crucero Baleares:
En alto el brazo juramos
Cara al Sol de la Victoria
Hasta la muerte luchar
Que por España tenemos,
Con la muerte o con la gloria
Una cita en alta mar
Novios de las altas mares
Luchamos sin más alientos
Que nuestro afán español
De las glorias del Baleares
Que las preguntas al viento,
A las espumas y al sol.
Estribillo:
Muchachas de España tirad a los mares
Manojos de rosas en flor
¡ para los que mueren por salvar a España!
¡ para los que mueren por servir a Dios!
Elogio a la vida sencilla
Quiero gozar cuanto pueda,
y, con acierto y medida,
gastar moneda a moneda
el tesoro de mi vida;
mas no quiero ser jamás
como el que amontona el oro
y no goza del tesoro
por acrecentarlo más.
Quiero gozar sin pasión,
esperar sin ansiedad,
sufrir con resignación,
morir con tranquilidad;
que, al llegar mi postrer día,
quiero pensar y decir:
«Viví como viviría
si ahora volviera a vivir.
Viví como un peregrino,
que, olvidando los dolores,
pasó cogiendo las flores
de los lados del camino;
cantando he dejado atrás
la vida que recorrí;
pedí poco y tuve más
de lo poco que pedí;
que si nadie me envidió
en el mundo necio y loco,
en ese mundo tampoco
he envidiado a nadie yo».
Porque es igual que tú, claro y sereno
Porque es igual que tú, claro y sereno
Estoy enamorado del otoño.
Adoro los cipreses porque son
como tu cuerpo, conjunción suprema
de arquitectura y música.
Y adoro
ese verde con sol de los pinares
tan parecido al verde de tus ojos.
Adoro esa tristeza sin palabras
que guardamos los dos como un tesoro…
Y esa risa sin risa
que, como una limosna,
por caridad, le damos a los otros
Elogio a la vida sencilla
Conciencia tranquila y sana
es el tesoro que quiero;
nada pido y nada espero
para el día de mañana.
Y así, si me da ese día
algo, aunque poco quizás,
siempre me parece más
de lo que yo le pedía.
Ni voy de la gloria en pos,
ni torpe ambición me afana,
y al nacer cada mañana
tan sólo le pido a Dios
casa limpia en que albergar,
pan tierno para comer,
un libro para leer
y un Cristo para rezar;
que el que se esfuerza y se agita
nada encuentra que le llene,
y el que menos necesita
tiene más que el que más tiene.