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NIÑOS DE LA POSGUERRA [Mi poema]
Vilma Vargas Robles [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Yo nací en el cuarenta, en Castillla la llana, Mi infancia son recuerdos de esquilas y cencerros, Las clases en la escuela, los libros, los maestros, Y al terminar las clases felices como enanos, Y el vino, las bodegas, la leche, los calostros, Sembradores de sueños, de espigas en la frente, Si volviera a nacer, nuevamente quisiera, Niños de la posguerra, éramos aprendices |
(*) Después de tres varones, mis padres esperaban una niña.
Nacimos carentes de todo menos del amor de nuestros padres en una sociedad viva que aspiraba a reinventarse y olvidar. Y, por supuesto, éramos felices. Ahora que lo tienen todo, sólo se escuchan voces plañideras.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Vilma Vargas Robles
Tegucigalpa
Me dueles
como si el aire entumecido de tus tejados fuera conmigo
y me dieras la fuerza en un jadeo.
Dejas piedritas en los ojos
-visibles en las noches-
Temo caer.
Balbuceo frente a un mapa.
Pienso huir y sigo buscándote,
tierra hendida donde me ahogo y broto ásperamente.
Conjuro
Mejor sonrían ojos que no ven.
Esta ciudad hecha a perder los sueños,
su hervor malogra las apariciones.
Quizás debí pagar antes el verso:
se ha vuelto una espiral
este humo de muerto
que el techo me devuelve.
Se me tiene por una extranjera,
aún así no dejo de tender
mi trampa a los demonios.
Arderá cada rincón donde estuve,
pero de mí no esperen
más que este odio imantado.
Inscripción
El amor me ha oscurecido los ojos.
Quedó como un astro la herida
y este mundo, que es triste, lo ha olvidado.
Oculto permanece
el muro en que pinté los nombres de tu boca.
Cantó desde un sesgo de tierra:
el cielo lo han quemado.
Mediodía
Duele el poema.
Hay una paloma abriéndo el pecho.
El sol salta como una llama
hasta quedar en el pavimento.
No hay regreso. Prisa es la mañana.
El perro siguió la cadena de su amo.
Hecho polvo un hueso.
Se fue la paloma desnuda
sin ser mirada.
El calor se deshace en un charco de imágenes.
El papel va sudando.
Las palabras
Las palabras no son de este mundo
sino cuando caen a tierra
semejantes a frutos o demonios.
Vivir ha sido convocarlas.
Tengo una sola almohada,
un sólo respaldar,
pero cuido mi vaso,
mi risa;
en la espesura de las hierbas inclino mi cabeza.
Y también he llorado,
pequeña,
mal agarrada a la vida.
Mirad:
la belleza de un oficio me ha encorvado.
Endecha
El cielo es ya un color mezclado.
Como único paisaje una niña se aleja.
Nos hemos mirado al pasar,
(todas las historias están en sus ojos).
Treno
Mañana nadie te borrará las lágrimas.
Corre en mis venas,
crece en mí antes de que me oculte.
«Qué es lo que fue? Lo mismo que será».
La tierra como un vaso,
vacía,
como una rosa sin destello.
Ven.
Mañana no podrás seguir mis pasos.
Días de 1979
El sol se abrió como una mueca en la almohada,
despertó a los amantes
que se besaban sin reconocerse.
El mundo chirrió
como una horca
en el momento en que esperabas
cantar sin sobresaltos.
Que no te miren de reojo los muertos,
mantén furme el instinto del abrazo,
defiende tu salud,
cuida los nombres
y hasta el vacío
como un homenaje.
Mis recuerdos nacen con la llegada de los de abastos en esas motos con sidecar al pueblo en busca de algo que requisar y la cerrada de las puertas de los vecinos. Eran tiempos de penurias y sin embargo los niños éramos felices.