A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
YO NO QUISE SER… [Mi poema]
Sara María Uribe Sánchez [Poeta sugerido]
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MI POEMA... de medio pelo |
Yo no soy lo que he querido Ni tampoco lo que ves, ¡Pobre de mi! Ni un comino, Ni lo mismo, ni al revés, Y no soy alguien que miente Que yo no quise ser nada Si antes de nacer yo no era |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Sara María Uribe Sánchez
Baldío
No quiero despertar no quiero despertar no quiero
despertar no quiero despertar no quiero despertar
no quiero despertar no quiero despertar.
Todas las mañanas es 17 de enero de 1874.
Tú no lo sabes. Mi apellido es Búnker.
No quiero despertar. Mi nombre es Eng.
Esta es la habitación de las suturas,
dice el rótulo
Esto es un sueño. Te quedarás quieta un rato y todo estará
bien. No has visto sino el fondo de la sombra, los restos de
la demolición de algo (…) Pasará.
MARÍA NEGRONI
Todavía estoy huyendo y ya desmantelan el escenario. Ya
las lumbres para sí reclaman los muros, las plazas las
fortificaciones. Una ciudad de utilería que a sí misma se
consume, que abandono a mansalva, sin miramientos.
Bajo telones se calcinan los contornos.
Admonición es índice, hemisferio.
Arden los maniquíes tras los aparadores. Su humareda
tiene mal colocada la etiqueta del precio. Los saldos.
Las cenizas. Las calles adquieren la densidad del
desahucio.
Hay pájaros alejándose del incendio pero no son reales.
Me advirtieron: si minúsculo el corazón, artefacto,
empuñadura. Yo olvidé darle cuerda al mío, por eso es
que me marcho así, sin avisar a ninguno. Por eso es que
en mis sueños las ciudades ya se esfuman.
Por eso el hábito, la incandescencia. El vano lenguaje de
las despedidas.
Lusus Naturae (versión acústica)*
Nacidos en el reino de Siam dos hermanos cuyos cuerpos.
Dos hermanos. Por un maravilloso capricho de la
naturaleza. Unidos como si fueran cuyos cuerpos uno.
A Londres llegaron. El jueves 19 de noviembre de 1829.
Uno. Dos hermanos para su examen. Por un maravilloso
capricho. Ante los más eminentes profesores de cirugía
y medicina. Cuyos cuerpos.
Dícese de la metrópolis. Algunos caballeros son
actividades de ciencia y literatura.
Para que a través de sus reportes. De ser favorables.
El público seguro estar pudiera.
El público. De los cuerpos. Del capricho de los nacidos
en Siam.
De que la exhibición proyectada. De estos admirables
y extraordinarios jóvenes. No es bajo ninguna
circunstancia. Decepcionante.
Que no hay nada ofensivo a la delicadeza en dicha
exhibición.
Que no hay nada ofensivo. Que estos jóvenes.
Por un capricho. Están en posesión de buena salud
y extraordinaria fuerza corporal.
Uno. Dos hermanos que manifiestan todas las facultades
de la mente.
Y parecen. De hecho.
Y parecen, de hecho.
Disfrutar de un estado de perfecta felicidad y contento.
*Extractos de la declaración firmada por el más eminente profesor de cirugía y medicina en Londres. Salón Egipcio. Picadilly, 24 de noviembre de 1829. Honorable Leigh Thomas. Pres. Real Col. Cir.
Chuun-Inn
Eng Búnker murió de miedo la mañana del 17 de enero
de 1874.*
Nunca fue lo que se dice: un hombre solitario.
Nunca. A todas partes en compañía.
Lo despertó la noticia de que Chang Búnker. El hermano
al cual había estado unido. Perímetro del limbo: nueve
centímetros de largo, veinte de circunferencia.
Durante más de sesenta años. El hermano esternón
abdomen. Flexible como era. Epidermis bajo epidermis.
Elongación. Caudal que lo hizo sombra. Boxeo de sombra.
Sombra de sí.
El hermano réplica de su costado. La mirada extraviada.
Había. Por fin.
Desaparecido.
*El examen post mortem realizado en el College of Physicians and Surgeons de Filadelfia reveló que Chang murió por la rotura de un aneurisma y Eng, de miedo.
Recorrer una ciudad para amarla.
Tal vez de eso podría tratarse todo.
Lo digo porque tu cuerpo es una ciudad.
Lo digo porque tu yo no físico es también una ciudad.
Lo digo porque los sueños a veces son ciudades
y uno sale del sueño como quien sale de una conversación
o de un cuerpo
y no puede volver a casa
porque la casa es entonces el sueño
y la ciudad un cuerpo.
Lo digo porque a veces tus palabras
andenes / plazas / puentes
hoteles donde pasamos la noche y despertamos
en otras ciudades
en otros cuerpos.
Lo digo porque somos estos cuerpos
que son esos otros que somos.
Lo digo porque a veces
toda ciudad y todo sueño.
Lo digo porque quiero recorrer todos los sitios
donde alguna vez
alguien cruzó una calle o miró un semáforo
y se detuvo un instante.
Lo digo porque quiero trazar algunos mapas
y decir: en esta esquina, a la derecha
y saber que ahí está algo del presente
que construimos.
Lo digo porque tengo recuerdos
que son sueños y ciudades
y fotografías de cosas que nunca ocurrieron
pero sí. Como si el futuro fuera una ciudad
invisible que invocamos al tocarnos.
Lo digo como si el futuro fuera una ciudad
que se recorre si proferimos las palabras indicadas.
Tal vez de eso podría tratarse todo.
Invocar sueños o ciudades
para amarlas en futuros invisibles.
Para deletrearlas como quien avanza por calles
y avenidas.
Como quien frente al tráfico hace un alto
y decide tomar una ruta alterna.
Y la ruta alterna es un siempre recorrer más.
ORDENANZA
Lenguaje es cuerpo [inserte aquí la imagen del envío] [inserte aquí no la imagen, el cuerpo] [inserte no el cuerpo: las palabras que describen la imagen] [inserte las palabras que son también cuerpo] [inserte el cuerpo o la imagen del cuerpo] [inserte lo que el cuerpo le dice a través de la imagen que lo representa] [inserte aquí la representación del cuerpo] [inserte sin palabras y sin lenguaje al cuerpo] [inserte aquí la advocación, la invocación, el exvoto] [inserte aquí no el cuerpo: inserte aquí el cuerpo].
Soneto a Luis de Góngora - Quevedo
Yo te untaré mis obras con tocino
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino;
apenas hombre, sacerdote indino,
que aprendiste sin cristus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y en la Corte bufón a lo divino.
¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?
No escribas versos más, por vida mía;
aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía.
Era proverbial la disputa dialéctica entre los poetas de la época. Este es un ejemplo que lógicamente recibió su réplica por parte del aludido.
Los mejores Poetas de su tiempo se trenzaron en un debate de categoría, esgrimiendo las armas que mejor sabían blandir, las del lenguaje y el ingenio. Se asestaron contusiones certeras en este combate memorable no exento de golpes bajos, pues como se mira en el presente soneto, Quevedo se burla de los orígenes judíos de Góngora y este a su vez se burlará de algún defectillo del primero, pues la grandeza y el talento también padecen las debilidades de la ira. (Alfredo Jiménez G.)