UN POETA ES UN PEDANTE [Mi poema]
Eugenio de Nora [Poeta sugerido]
Eugenio de Nora [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Un poeta es un tipo despistado, Siempre absorto pendiente de una idea Una especie quizás en extinción Que un poeta no encuentra quien le quiera Y aunque quiera engañar ya está gafado |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Eugenio de Nora
POESÍA CONTEMPORÁNEA
Medito a veces
en la triste materia de mi canto.
Bien sé que hay muchos, soñadores,
(como yo rodeados de desgracia y caminos)
por entre nubes blancas, con sus ángeles
abanicando tímidas
alas prerrafaelistas, lejos;
que quizá en el estío
cultivan la nostalgia de la lira imposible,
decoran las palabras, sumisas como rombos
de plaza pobre en farolillos
de verbena y papel colorín colorado…
Oh Dios, cómo desamo,
cómo escupo y desprecio
a esos cobardes, envenenadores,
vendedores de sueños, mientras ponen
sedas sobre la lepra, ilusión sobre engaños, iris
donde no hay más que secas piedras.
Esclavos, menos
aún, bufones esclavos.
Malditos una y siete veces,
en nombre de la vida, aunque juren que aumentan
la belleza del mundo; en verdad,
la belleza del mundo no precisa
ser aumentada ni disminuida
con sus telas. Lo que necesitamos
es una luz, es un desnudo brazo
que señale las cosas. La poesía es eso:
gesto, mirada, abrazo
de amor a la verdad profunda.
Ay, ay, lo que yo canto
miradlo en torno y despertad: alerta.
Ahí están, reunidos
en sociedad devoratoria y número.
(Llamar bestia asesina
al que, como el pesado
elefante del sátrapa
hunde la pata hasta estrujar el rostro
que niega; ladrón vil
al emplumado grajo de cadáveres;
canalla al miserable…
acaso sepa a música
derrotada, a lamento
débil. A lo que no queremos.)
Pero nombrar no es sueño.
No sigáis las palabras. Contra ellos
yo canto hombres que tienen las titánicas caras
talladas como a látigo: sonríen
al dolor, pero miran
al sol, y aprietan
los firmes dientes.
Y ya acabo.
(Esto no es un poema; son palabras
apretadas también, con saña.) Adiós. Es tiempo
de no plantar rosales. ¡Acordaos!
Carmen de la tarde bella
Querría solamente una rosa;
esta luz clara y tibia en los ojos,
y una rosa entre las verdes hojas.
Una rosa,
para mirarla, para descansar,
para sentir el alma y ver su forma;
para estar solamente en silencio,
en armonía con la tarde hermosa.
Dejar que el tiempo, como una muchacha
deshoje su blanca corola,
eligiendo, dejando caer
entre las cosas, nuevas cosas;
el tiempo de luz y de sombra…
Quisiera solamente ser
una ternura frente a otra;
quisiera únicamente soñarte;
quisiera una rosa, una rosa.
Carmen de la voz más pura
¡Maravillosos pájaros del alba!
Los musicales ramos
del aire, quietos. ¿Para quién
cantamos?
…Decís el cielo, lejana rosa
y violeta; en lo alto,
es azul, tiempo. ¿Para quién
cantamos?
La primavera secará sus flores.
cuando el amor vuele en el viento, el tallo
estará roto. ¿Para quién
cantamos?
¡Música dulce, oh voz de madrugada!
No he conocido lo que amo;
pero yo canto con vosotros,
¡maravillosos pájaros!
Carmen de las manos maravillosas
¡Versos de amor! Qué pronto queda
dicho todo, sin empezar.
Es igual que mirar al cielo
iluminado alguna vez.
Tan honda en lejanía, tan puro
lo que quisiéramos cantar.
Pero qué decir de una rosa
en la mano, en el corazón.
( Sentarse al borde de una fuente,
sedientos, y verla temblar
en el junco verde, en el pájaro
que alegra la onda de la luz.
Tan indecible y sin palabras
como adorar, quedar, sentir
al aire en flor de una sonrisa
toda nuestra felicidad. )
Yo no sé bien por qué, tentado
de imposible, quiero decir
cómo la dicha excede al hombre,
cómo es tan inefable ser;
¡ser, solamente, ser, completos,
esto que somos al amar!
Una lira sonora, ebria,
en manos…
ah, ¿de quién, de quién?
Carmen de unos recuerdos
Hermosa,
sólo hermosa.
Estrellas tibias en tu pelo suelto
que el aire combatía;
prados floridos, cielos
en el agua, curvados
animales ligeros cuerpo abajo, ladera
abajo; pechos
gacelas; áureas
caderas con caballos. Todo, fuego
en un río de espacio musical, cauce de astros
infinito.
Sí: bella,
hermosa. Sonreías
como cálida nieve; mirabas pasar ríos;
concedías labiales
claveles oprimidos, auroras
vacilantes, luz negra,
hiedras ardientes cuerpo adentro.
¡Oh rosa
hija del tiempo, agua
del tiempo, floreciente
lago de tiempo!
Junto a tus orillas
he soñado la vida, y he mirado
anchos los cielos. Aunque todo pase,
yo amaré siempre.
Poso mi cabeza
sobre la roca, muevo el horizonte,
y oh sollozado ramo de palabras, golpeo
el agua clara. ¡Fuente,
luz del ser, con tu imagen!
¿Te soñaba? Tenía
una estrella en el pecho.
Y tú eras
hermosa, eras
hermosa; sonreías…
Carmen del amor implacable
Está lejos el mar, pero recuerdo
el musical chasquido de las olas
-oh cima, oh prados de agua florecida-,
corona de la fuerza melodiosa.
Está lejos el mar, pero recuerdo
la luz del sol en mil alfanjes rota,
la intensidad feroz, la luz de fuego
reverberando, primavera honda.
Oh, la visión alegra y embellece
la tristeza infinita de las horas
en espera; el azul innumerable
acoge al alma innumerable y sola.
Está lejos el mar, pero ¿quién ama
sin recordar las implacables olas?
La Fuerza insoportable hiere, rapta,
y de palabras bellas nos corona.
MI POETA INVITADO: Juan de Marsilio
Soneto con perros
Se lame un perro casi fantasmal
con poca lengua para tanta herida
un dolor más antiguo que su vida
en el escueto abrigo de un portal.
Un congénere arrima su animal
calor amigo en busca de guarida
y en la perruna noche compartida,
entre el silencio casi sepulcral,
se oye apenas un dueto de quejidos
que moverían a la misma Muerte
a operar por piedad y con ternura.
Lástima que ande en otros recorridos.
Verán amanecer su mala suerte
y desayunarán de la basura.
Para la gata de un poeta
Mucho puede decirse sobre los gatos
que es mejor silenciarlo con gran respeto.
Pero a poco mirarlos ya no es secreto
que tienen con lo arcano frecuentes tratos.
Existen desasidos de lo concreto
salvo cuando deciden para esos ratos
de cazar o dormir o mear zapatos
bajar a nuestro plano para un discreto
baño de “realidad” e insignificancia:
están muy por encima de su mascota
aunque a veces les plazca jugar con ella.
Al gato lo impresiona nuestra importancia
tanto como un gorrión con el ala rota
y las gatas reencarnan en mujer bella.
Parlamento UY
¡Hola Donaciano!
Me encantó tu poema «Un poeta es un pedante». Tienes una forma única de expresar tus pensamientos y sentimientos a través de la poesía. Esos versos tan intensos y sinceros realmente capturan la esencia de lo que significa ser un poeta.
Es cierto que a veces los poetas podemos parecer despistados y pedantes, pero en el fondo, es porque estamos sumergidos en un mundo de emociones y sueños que queremos compartir con los demás. Me identifico con esa búsqueda constante de la inspiración y la lucha por plasmar nuestras ideas en papel.
También me conmovió tu reflexión sobre la belleza del mundo y cómo no necesita ser aumentada con palabras artificiales. La autenticidad y la verdad son fundamentales en la poesía, y eso es lo que encuentro en tus versos.
Gracias por compartir tu talento con el mundo. Tus poemas realmente tocan el corazón y nos hacen reflexionar sobre la vida y nuestras propias emociones.
¡Sigue escribiendo con pasión y sinceridad!
[Inteligencia Artificial]