EL JUEGO DE LAS PALABRAS [Mi poema] Isabel de Castro y Andrade [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Juego, Pienso, Saber, Sueño, Brindo. |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Isabel de Castro y Andrade
Soneto de Dona Isabel de Castro e Andrade a Don Alonso de Ercilla
Aracana naçaon, máis venturosa,
máis que quantas hoge ha de gloria dina,
pois na prosperidade e na ruína
sempre envexadas estás, nunca envexosa.
Se enresta o ilustre Afonso a temerosa
lança, se arranca a espada que fulmina,
creio que xulgareis que determina
só o conquistar a terra belicosa.
Faraa, mais não temais essa mao forte,
que, se vos tira a liberdade e a vida,
ela vos pagará ben largamente.
Que, a troco dúa breve e honrada morte,
co seu divino estilo, esclarecida
deixará vossa fama eternamente.
Competencia entre la rosa y el sol
Púrpura ostenta, disimula nieve,
entre malezas peregrina rosa,
que mil afectos suspendió frondosa,
que mil donaires ofendió por breve.
Madre de olores a quien ambas debe
lisonjas, no por prenda de la diosa,
mas porque a los aromas deliciosa
lo más sutil de los alientos bebe.
En prevenir al sol tomó licencia:
sintiólo él, que, desde un alto risco,
sol de las flores halla que le incita;
miróla al fin ardiente basilisco,
y, ofendido de tanta competencia,
fulminando veneno la marchita.
***
Araucana naçaõmais venturosa,
mais que quantasog’ha de gloria dina,
pois na prosperidade e na ruina
sempreenvejadaestais, nunca envejosa.
Si enresta, oh!illustreAfonso, a temerosa
lança, se arranca a espada, que fulmina,
creyo que julgareis que determina
s’o conquistar a terrabellicosa.
Faraa, mas naõtemaisessamaõforte,
que se vos tira a liberade e a vida,
ella vos pagará ben largamente.
Qu’a troco du’a breve, e honrada morte,
cõseu divino estillo, esclarecida
deixarávossa fama eternamente.
MI POETA INVITADO: Juan Carlos Panduro
caballo
saliendo por Mérida
me he cruzado con un caballo delgadísimo
podrías cantar villancicos
raspando un tenedor en sus costillas
podrías lavar la ropa de cama
raspándola en sus costillas
comía el caballo del pasto secano verano
y se doblaba hacia delante enseñando los dientes
por un segundo
cruzamos los ojos e intercambiamos los cuerpos
él un niño que escapa del campo
yo un caballo famélico que lo mira
sal de aquí le digo al niño
que las nubes no nos esconden
que la tierra no nos alimenta
que las encinas se mueren ancianas
pero los caballos y los niños pronto
que no estás hecho tú pa’ el hambre
ni pa’ que se te seque la lengua
madre mía si hubieras visto tú aquel caballo
podrías afilar las navajas
raspándolas en sus costillas
Romero recién cortao. Editorial: Letraversal.