BAILAR CON LA MÁS FEA [Mi poema] Jaime García Maffla [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Hay muchos que me ganan, corren más, Que saben contar chistes con las cejas, Que tocan la guitarra y a las chicas Tampoco yo soy rico, mala pata, Escucho de mi mente que delira, |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Jaime García Maffla
RECONOCIMIENTO
Los ojos que me miran desde un cristal imaginario
Evocando los rasgos que tuviera un día
Nada tienen que ver o saben del final que me aguarda
Y no imagino.
Sin embargo
cuando lunas y soles hayan cumplido con su tránsito
Y de la memoria hayan partido imágenes y sueños eternos
Quedarán
como la parte mía no encontrada, los ojos que me miran
OTOÑO
A la mesa sentados a la tarde
quietos abuelos dóciles como el trigo
al oro de la sombra contemplan
sueños trozos de objetos
en el patio desierto la aurora
de la estirpe
breve tiempo
caer sobre los muros con alas apagadas.
PALABRA Y AIRE
Palabra, voz que dice
O se pide,
Y al decirse es don,
Su misma alma y ala
De uno a otro aire en vuelo ajeno,
Nos hace ese desconocido que da voces
Al cielo, para con ella ir a lo vacío
Aún a edificarnos, deshaciéndonos
En las separaciones que de ella ignora,
Y en el azar, frutal cargado de sus negaciones.
Ajena así al signo de su nacer y ser
Para darnos figura…Lo consigue en un nuevo
Sufrir de la conciencia al guardarse ignorada,
A solas y consigo bajo el manto de un Todo
Que se oculta, y debería acallar sus ecos para el tránsito
De la desolación a la consolación a aquel que en el naufragio
Sólo, a solas, alza sus manos hacia sí,
Cuando en el «otro» va y no va, ni en él ni en ella.
Palabra, entre los objetos del misterio,
En celo y en vilo, para la comunicación, para la elevación…
HERMANO EN MÍ
Hermano,
Te he buscado
Y van dos días sin saber de ti.
Te he buscado porque me he perdido.
Voy sin tu voz
Entre la oscura niebla
De un lance bajo cielos compartidos,
Que darse no debió, si tú estabas.
Alfredo, y así esta tarde dejo un frágil
Ramo de flores de palabras sobre tu corazón,
Que Icono es tu imagen, si en Bizancio
Isabel supo de la ruta de América…
Ademán en ausencia del que a tu ser se acoge,
Senda que sigo en andas de mi ser
Ahora tras la huella de tu vuelo que ignoro cuál su Norte…
LEJOS DEL PUERTO
I
Lejos, ¡Ay! ya del puerto,
Sí, tan lejos ya…
Cómo el litoral se va perdiendo,
Pues que eran otros destino y norte,
Mas sin saberlo, ni aún presentirlo,
Y tras creerse de esa otra materia, la de los suyos:
¿Dónde…?
II
¿Cuál? Lo han dejado,
Si entre contrarios signos, al partir
Hacia extrañas Ínsulas
Que ahí estaban, están en la mar alta
De la extrañeza, en la zozobra del extrañamiento;
Estaciones, estancias interiores, galerías
De su callar por vano:
Ese ir perdiéndose entre ondas y días
Agonías y quejas,
Firmamentos y llantos de su haber;
La carta de sus días, una navegación
O en sendas que así
Fueron también dolor, noche Íntima y duelo,
Cuando el dejar de estar se hace fijeza tras de cada pérdida.
III
Un aliento,
Una fe,
Creencia por querencia, sea
Entonces, pues
Mar o desierto, desde dunas de olas, que
Consigo mismo desahoga su alma:
En silencio se ofrece al silencio, tal fuera dicho, y
Si alguna brújula ha de orientarlo será su incertidumbre.
Huir es otro ir en el regreso
Eterno de su tacto en el viento,
Si mira en el paso del tiempo aquello que le hizo:
No hoy…
IV
Entregarse en las manos de ese
Tal destino:
Abandonarse.
¿Ha partido y qué busca en andas de su ir?
De ese ir en andas a un partir sin rumbo,
Salvo, ahora:
¿Ser llevado por el latido de la ancestral savia entre sus venas?
V
No es buscar, ni hallar. No es
Ser hallado ni estar perdido;
Sí estar lejos,
Aunque ajeno a sus actos, sobre una
Oscura superficie que ahora no lo acoge,
Entre el desamparo,
Sin siquiera las voces
Tan entrañables antes,
Presagios sobre playas de sólo ajenos labios
Que también suyos son,
Eran y hablaban de un regresar,
Memoria, conciencia, una noticia, algún sentir
Que al cabo hacen, dan en todo final saberse.
VI
Dejar de ser, de estar, de irse, ir…
¿A dónde?
Hacia aquello que haría su íntima
Y última verdad,
Palidez la distancia tras el haber partido,
Por propio fuero, o éste no,
Si a él, por no encontrado, ha de venir el secreto encontrarse.
VII
Lejanía la del puerto,
Alma, agua, superficie de lluvia
(Llueve), para la espera,
Y así otra vez en sí,
Sin don alguno,
Sin ningún adónde, en fin: el olvido se haría,
Su ancla segura en lo inasible,
Cauce entre la niebla
Para dejar de estar y ser y hacerse en lo dejado.
No es… ¡Cómo lo sabe!
Que no estuvo, ni está: no era por él ni pudo haberlo sido.
VIII
Materia, pues, de aquello
Que no ha de decirse, ni indicarse en señales,
Ni a otra distancia en ciernes,
Cercos, líneas de agua, cielos y pensamientos,
Que tal vez del lance
Fuera lo alcanzado por la caza,
En el dejarse, en ser lo así dejado,
Lo ofrecido, pues aparte quedó
En sacrificio, oblación la suya…
IX
¡Ah de otra rada!
De otra vida de alguien por las vidas,
Él en su espejo, que
Sobre la línea del horizonte
Se han de escribir la invalidez y la desprotección…
Decir, decirlo,
¿Pero quién oiría?
Sacralidad aquella lejanía, trascendencia el vacío,
Una canción de ¡A Dios!
Para estar unido a cuanto deja
A lo que le ha dejado
Y alejado, una canción será, así
Rito, consolación, llamado
Por las depredaciones, las desapariciones:
Separado de todos
Para otra vez hallarse en don unido a todos, tal lo estuviera…
XX
Al fin que fue alzada,
Desde cubierta,
Para otro inicio, otra así
Despedida, que habrá de hacerse
Encuentro en la pérdida, partida
Si de aquella se agitan ya las manos
En el muelle,
Dentro del pensamiento del afuera,
Afuera sí de todo pensamiento, por exilio y razón.
Razón del exiliado que es quien debe partir,
Lejos del muelle, desde sí aún más lejos por cercano…