A LA DERIVA [Mi poema] Raúl Gómez Jattin [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Que yo vine hasta aquí para ser río Después vino el invierno con su frío Andando como un pollo sin cabeza Me tuve que agarrar a un clavo ardiendo Y estando en este impass en el vacío |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Raúl Gómez Jattin
Erótico imaginario
Está quieto el jardín soportando la tarde
de un marzo que se anunciara ventoso
Tan fugaz que parece un enero
Penetrado de noche en limoneros y acacias
Opalino a lo lejos en la frente del cielo
El jardín se estremece por dentro
Entre ramas secas y hojas podridas
dormitan escarabajos Libélulas Lagartos
Un gato de ocio y maldad acecha una mariposa
De repente una casi invisible neblina desciende
y posa su penumbra en la fronda
acariciando el nudo de nuestros cuerpos
con la misma dulzura lentísima
con que yo mitad fuerza mitad miedo
beso tu cuello y tu barba de negro cristal
Está el jardín oloroso a sudor masculino
a saliva de besos profundos que anhelan
desatar el torrente del deseo en su cima
y que fluyan las savias y descansen los cuerpos
En las lágrimas tuyas está todo el terror
Como en un cuadro de De Chirico El Tiempo
se queda detenido entre los objetos y
los hombres sueñan la eternidad
Las chimeneas son falos humeantes
que penetran el cielo de Lo Absoluto
Como en un color de Borges El Tiempo se
queda entre las palabras del Ciego
Los hombres han conocido a través de
lo insólito la eternidad El sexo
de Borges es infinito y estoico
En las lágrimas tuyas está todo
el terror a la noche de la soledad
y la muerte En tus palabras está
contenido el Más Allá del Amor y su sueño
Casi obsceno
Si quisieras oír lo que me digo en la almohada
el rubor de tu rostro sería la recompensa
Son palabras tan íntimas como mi propia carne
que padece el dolor de tu implacable recuerdo
Te cuento ¿Sí? ¿No te vengarás un día? Me digo:
Besaría esa boca lentamente hasta volverla roja
Y en tu sexo el milagro de una mano que baja
en el momento más inesperado y como por azar
lo toca con ese fervor que inspira lo sagrado
No soy malvado Trato de enamorarte
Intento ser sincero con lo enfermo que estoy
y entrar en el maleficio de tu cuerpo
como un río que teme al mar pero siempre muere en él
Deslumbramiento por el deseo
Instantáneo relámpago
tu aparición
Te asomas súbitamente
en un vértigo de fuego y música
por donde desapareces
Deslumbras mis ojos
y quedas en el aire.
El amor brujo
He robado parte de tu cuerpo y de tu alma
Le he tendido una celada a los recuerdos
que aquí te recuerdo ¿Recuerdas amor?
El cielo de la noche casi azul se asoma
entre tus pestañas Noche vibrátil
Una vez me fui hasta tu regió de monte
enfermo de hongos y tristezas muy tristes
Y aluciné con tu imagen alta y flexible
galopando un caballo de nube Luego
Venías por la tarde desde el Retiro de los Indios
en tu carruaje blanco y yo iba a pie
por la carretera Como un sonámbulo
Sonríes desde lejos como si masticaras
mi corazón entre tus colmillos
Mis palabras le quitan a tu vida muerte
Vives en este libro aunque te tengo miedo
Aunque apenas si hemos hablado
Pero te amo tanto como siempre
Tanto como puedas imaginar
Y estamos lejos
Como el sol del mar
SI SE QUIERE LLEGAR a ser una buena víctima
es necesario saber de toda la dulzura
que entrelaza al verdugo con la muerte
de la paciencia con que afila su hacha
de la soledad que ilumina su vida
y la de sus inocentes hijos
del esfuerzo que implica portar y levantar el arma
de la sangre que pringa sus pantalones
Todas esas consideraciones deben estar presentes
en el momento de recoger nuestro pelo sobre la nuca
y poner en sus manos el pescuezo.
El disparo final en la Vía Láctea
En el cielo profundo de mis masturbaciones
ocupas ese ámbito de deseo irrefrenable y voraz
Inagotable y tierno que te devora el sexo
aunque tú no lo sepas Tu cuerpo habita el mío
Y es tan mío como no pudo serlo allá
en la realidad Es mío cuando yo te deseo
De esa misma manera impalpable y eterna
como este libro es tuyo Como yo soy de ti
Habitamos el ocho Doble infinito
de los dos universos El 8 de los círculos
El que parece dos astros hermanos y gemelos
El que parece dos ojos Dos culos cercanos
El que parece dos testículos besándose
Cuando llegas a mi cielo estoy desnudo
y te gustan las columnas de mis piernas
para reposar en ellas Y te asombra
mi centro con su ímpetu y su flor erecta
y mi caverna de Platón carnal y gnóstica
por donde te escapas hacia la otra vida
Y en ese cielo te entregas a ser lo que verdaderamente
eres Agresión de besos Colisión de espadas
Jadeo que se estrella como un mar contra mi pecho
Locura de tus ojos orientales alumbrando
la aurora del orgasmo mientras tus manos
se aferran a mi cuerpo Y me dices
lo que yo quiero y respiras tan hondo
como si estuvieras naciendo o muriendo
Mientras nuestros ríos de semen crecen
y nuestra carne tiembla y engatilla su placer
hacia el disparo final en la Vía Láctea
En las sábanas de nuestro cielo hay nubes
perfumadas de axilas y delicados residuos
el amor En la almohada el hueco
que tu cabeza ha dejado oloroso a jazmines
Y en mi alma y mi cuerpo el inmenso dolor
de saber que desprecias mi amor
Oh tú por quien mi vida renació
dentro la lumbre de la muerte
Un probable Constantino Cavafis a los 19
Esta noche asistirá a tres ceremonias peligrosas
El amor entre hombres
Fumar marihuana
Y escribir poemas
Mañana se levantará pasado el mediodía
Tendrá rotos los labios
Rojos los ojos
Y otro papel enemigo
Le dolerán los labios
Y le arderán los ojos como colillas encendidas
Y ese poema tampoco expresará su llanto
Memoria
Más allá de la muerte y sus desolaciones
que perviven intactas como la vida misma
hay un sol habitado de palomas y árboles
que guarda tu futuro en mitad de mi infancia
Joaquín Pablo mi viejo niño y amable
la edad nos confundió y nos separó dolidos
en mañanas de Mayo esperando la lluvia
y en las horas del brillo y las escaramuzas
de los gallos de riña entre los matorrales
Hay un silencio grave parecido al olvido
que me nubla mis ojos y quiebra mi garganta
en tus voces que guardo como una tibio sábana
para el frío de los años y la soledad cansada
Eras el último hombre honrado que sobrevivía alegre
Eras aquel sentido sembrador de amorosas pasiones
En mitad de la vida se me escapó tu cuerpo
Como un frutal cargado soleado y cuidadoso
que me heredó sus mangos en lo más débil del alma.