CUANDO MUERA… [Mi poema] Ruth Ana López Calderón [Poeta sugerido]
¡Gracias por leer esta publicación, ¿deseas comentar? haz click en el botón de la izquierda!
MI POEMA… de medio pelo |
Cuando muera, que sepan que he vivido Cuando muera, que sepan que he vivido Cuando muera, que sepan que he vivido Cuando muera que Dios, arrepentido Si muero, han de saber que he subsistido Si un día, por azares del destino, Cuando muera… |
¡Vive hoy! – ¡Haz hoy!
¡Ariesga hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡No te olvides de ser feliz!Casi todos los más importantes poetas, no digo que éste sea el caso, han tratado el tema de la muerte como algo onírico, natural.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Ruth Ana López Calderón
Forastera
Confundida en latitudes desconocidas, escudriña,
palpa desesperada el entorno, sofocante,
intempestivo,
¡qué extraños parajes!
¡qué desconcierto!
colores y formas des-agradables, toscas imágenes
desplazan
suburbios secos, estériles
no hay puentes vinculantes, desquiciados letargos
des-bordan el espíritu hilos negros
y las palabras en silencio guardan
penas en el viento
y de tanto en tanto horroriza como lo hace
la quietud del alma ausente
nada en estos páramos me detiene.
Lo haré
Voy a sumirme en trance de locura:
buscaré la risa,
en sus propios escombros,
y cantaré letanías a la luz de la luna.
Voy a exorcizar el alma
de sus demonios
y vestirla de blanco:
y como novia
iré a deshojar los lamentosmargaritas
y embriagar el ser,
éste que me amarra,
con el recuerdo de tu licor esparcido.
Voy a llorar tu muerte,
hoy que aún estoy viva,
y pondré una corona de flores
en la lápida de mi frente.
Entonces despediré tu vida,
en la vereda solitaria,
antes de doblar el recodo.
Reflejo
Esquiva sonrisa escondida detrás del espejo,
donde los ojos no miran
donde el rostro no encuentra luz,
ni reflejo
y el cuerpo camina rumbos de cenizas
esculpidas en el silencio:
Pensamientos al acecho
torturando la piel de la conciencia,
y los recuerdos abrasados escapan,
por las grietas del tiempo, intoxicados
exhalan:
y exhalan.
Una rosa marchita temblorosa,
extraviada entre los pliegues de las sábanas,
llora espinas
y vela el cadáver de su savia,
y los pétalos caen
y el aroma termina
detrás del espejo
su sonrisa esquiva.
Se esfuma
Desaparece de la faz de los ojos
Quedan colgadas en el tiempo y espacio,
palabras crédulas,
Y sentimientos
anidan sombríos encontrados parajes,
donde desconciertos
y desazones bullen como lava en los volcanes
¿quién dice cuánta falta hace una imagen?
Sólo cuando se esfuma
Y el vacío lacera las pupilas dilatadas
Y buscan
Y no encuentran
Y agonizan
El silencio invade.
Ligeros
Como ligeros roces de mariposas
Como el tenue rayo de sol que apenas toca,
Palabras y acciones pasan volando
Sin ecos, sin huellas, sobre desérticas arenas
Ególatras
Y las almas rotas por doquier
Derraman granos de tristeza.
Expectativas enterradas en las dunas:
Inútil trascender un espejismo
Inútil vencer la indiferencia.