A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
YO TENGO UN LIBRO ESCRITO [Mi poema]
Luis Vidales [Poeta sugerido]
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MI POEMA... de medio pelo |
Escúchenme. Yo tengo un libro escrito, Está muy silencioso, calladito, ¡No crean!, es pequeño, chiquitito Ignoro si es el libro más bonito, Les juro que es mi libro favorito |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Luis Vidales
Oración de los bostezadores
Dedicado a Leo Le Gris-Bostezador
Señor.
Estamos cansados de tus días
y tus noches.
Tu luz es demasiado barata
y se va con lamentable frecuencia.
Los mundos nocturnales
producen un pésimo alumbrado
y en nuestros pueblos
nos hemos visto precisados a sembrarle a la noche
un cosmos de globitas eléctricas.
Señor.
Nos aburren tus auroras
y nos tienen fastidiados
tus escandalosos crepúsculos.
¿Por qué un mismo espectáculo todos los días
desde que le diste cuerda al mundo?
Señor.
Deja que ahora
el mundo gire al revés
para que las tardes sean por la mañana
y las mañanas sean por la tarde.
O por lo menos
—Señor—
si no puedes complacemos
entonces
—Señor—
te suplicamos todos los bostezadores
que transfieras tus crepúsculos
para las 12 del día.
Amén.
El paseo
El cielo espejea entre los árboles.
Los árboles se imaginan
que están a orillas de un lago color violeta.
Nosotros advertimos el engaño
y a grandes voces espantamos a los árboles
como si se tratara
de unos altos pájaros verdes
que hubieran escondido
en el plumaje
la otra pierna.
Cuando volvemos a casa
empieza a holgar en mi cabeza
el sombrero de copa de la noche.
FILOSOFÍA DE LOS ADEMANES
Mis versos han descubierto
que las gentes
no valen por sí mismas
en lo físico
sino que son bellas o feas
según como estén construidas
sobre sus ademanes.
Y que los ademanes
son los armazones maravillosos
e invisibles
de los seres humanos.
PERPETUUM MOBILE
Mis versos cantan que en el mundo
las líneas de los cuartos
de los asientos
de las mesas
corren vertiginosamente
alrededor de sus objetos.
Que los dibujos del centro del cielo raso
giran como ruletas
y que ejecutan danzas macabras
los arabescos de los baldosines.
Que cada edificio
gira dentro de sí mismo
y que los árboles
y las calles
y las cosas
viven bailando eternamente
el baile eterno
de la línea que huye.
LA ARBOLEDA Y LA LÓGICA
Dijo mi verso lógico y sencillo.
Derribaron los árboles.
Es decir
desyerbaron el cielo.
Qué contentas estarán
las estrellas.
Y agregó mi verso
lógico y sencillo.
A esos pobres árboles
les tumbaron el cielo.
EL HUECO
Mis versos dicen.
Hueco
único sitio habitable.
Casas.
Casas.
Casas.
Huecos interrumpidos por paredes y puertas.
Huecos divididos en cuadros.
Mi vida
mi vida transeúnte
está llena de las troneras
de las horribles cavernas
que las casas les hacen a los huecos.
Y ya no puedo
borrar en mí la sensación
de los huecos de la ciudad
encerrados en los cajones de los cuartos.
LOS RUIDOS
Ruidos de los cafés
que se escapan por las bocinas de los teléfonos.
Ruidos maravillosos de las casas.
Yo sé que cada casa
tiene sus ruidos especiales.
Así conozco la casa de mi amigo
y reconozco la mía
—de lejos—
entre la aglomeración de construcciones.
Ruidos en la ciudad que sólo es calles
y calles
en la ciudad que está de espaldas
volteada hacia adentro
hacia los interiores de las casas.
Ruidos de la época de las cavernas
que andan todavía en el mundo.
Ruidos.
Vosotros vagáis locos
buscando una salida
pero al igual que yo
no habéis podido encontrarla.
Ruidos.
Y ya lo mejor será.