A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

VENDO SUEÑOS DE PAPEL [Mi poema]
Rafael Saravia [Poeta sugerido]

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MI POEMA ...de medio pelo

 

Vendo o cambio mis sueños de papel
que tengo ya a millares, de recambio,
repetidos, por eso es que los cambio,
son esos que he parido en un burdel.

Se asoman rebosando en mis bolsillos
mostrando su mal fario y su tristeza,
que van de mala leche, su bajeza
se observa cuando enseñan sus colmillos.

Muchos tengo que son enrevesados
que echando van las pestes por sus poros,
surgidos de una pena y de sus lloros
reales o fingidos. Y hay tocados

por la gracia de dios, que tienen gracia,
gozosos de enfrentarse a valladares
bendecidos por mi y en mis altares
y otros hay que han caído ya en desgracia.

Con ellos a la espalda voy marchando
mientras ven que yo sigo envejeciendo
y aunque nunca me quise ir despidiendo
!qué huérfanos, sin dios, se están quedando!
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Rafael Saravia

OBERTURA CONSILIARIA

La neblina que tapa la torre se ve.

La cerradura abierta,
sus animales transparentes,
sus candados sin razón.

Anidan las cartas.
Blanquean las manos impacientes
las tripas consagradas a lo oscuro.

Sin estrépito.
Piedra y estertor.
El escozor se ha vuelto festejo.

EÓN

No tenerte y celebrar hogueras.
Omitir las ganas del negro en tu lencería
e imprimir la palabra desorden
lentamente en el calor de tu apertura.

Irrumpir en tu vida.
Abrazar la castidad sin más distancia
que la apariencia de un tatuaje retocado,
uno a través de mis dedos y tus ganas,
ejemplo de aventuras y lágrimas de secano.

Reírnos… cultivar secretos
entre estos labios que se hacen verdura,
relámpago en monodosis,
trillo en época de pesca,
ese fatalismo que tanto nos gusta
en mitad de mi grito y tu cosecha.

Sentir tus ojos.
Mover mis poros a su ritmo,
inclinar lo solvente hasta aguantar el tiempo y su imparcialidad.

Verdad será lo reconocible e imperfecto.
Entonces serenos nos concederemos el baile,
radar de la emoción no perdida,
descuidados del deber y su cima,
anochados cada final de jornada en nuestro abrazo,
dejados en la posibilidad de ser felices.

XXIII

El poder de los que suponen el bien.
La noción de los cantos antes del desayuno.
Una mirada embebida del caldo azul de las maderas nórdicas.

Toda la fe puesta en cuarentena.
Todas las ganas puestas al servicio de una rueda
y un abismo asomado a los catálogos de enredaderas.

Luego la voluntad,
las notas prendidas a la estulticia
y las manos atropando el calor del aburrimiento.

Luego el baile de sexos.
La mansedumbre del ocio en favor de un sudor denostado.

El calambre acaparando torsiones,
dialectos de lo ajeno,
tesauros corvos y medianamente apetecibles.

Cualquier presagio que nos haga llorar
antes de cada abrazo contrario.
De: «El abrazo contrario», Bartleby Editores

PRIMERA CARTA A LA NIÑA AZUL

Haz memoria:
Andábamos por aquel entonces diez pasos,
nos gastábamos y desafinados,
el uno rompía el mundo del otro
temblando de distancia.
Luego se hacía, escasa, la palabra.
Y volvíamos a escondernos en los ojos de enfrente,
acurrucados de infancia en el silencio,
tornando al roce, a la llanura,
a la pleura de nuestro refugio más audaz.

CARTA ÍNTIMA DE SANCHO A DULCINEA

Eres, vestida de luz, y cera, y férrea postura de cirio…
A tu forma,
¡Eres tan feliz en tu inconsciencia!
Y sin embargo yo, mirándote,
no consigo más que hilvanar el horizonte,
apresurar mi respiración
hasta cubrir de armonía mi envidia
y subirme…
bajarme…
paladear de nuevo el intermedio.
Hoy te rezo porque aprendo a creer,
y mi vigilia y oraciones,
incluso mi postramiento ante tu imagen
—mero animal domesticable—
son inútiles de redimir.
Por eso,
ante esos ojos asentados en los míos,
tan limpios como un dedal de fría muerte,
reconozco lejano el sentido de la vida,
me atravieso el amor en la garganta
y camino, enjugando cada paso
a favor del amigo y renqueante amo.
Mi querida,
aún nos queda una opción mundana:
reconocer la esencia entre no sé que cosas nuestras,
abastecer, deshacernos del criterio
y resolvernos entre todos hasta la metamorfosis.

La poesía - Pablo Neruda

Llegó la poesía
a buscarme. No sé, no sé de dónde
salió, de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran
palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir, mi boca
no sabía
nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando
aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura
tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto
el cielo
desgranado
y abierto,
planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada
por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío
constelado,
a semejanza, a imagen
del misterio,
me sentí parte pura
del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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