PASO YO, PASAS TÚ [Mi poema] Joaquín Sabina [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Paso yo, pasas tú, todos pasando, Todos vamos la vida pignorando, Yo sé, tú no sabes, él aún menos, Y siempre así ha de ser hasta que acabe |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Joaquín Sabina
Mereció la pena
El crepúsculo va con retraso
destiñendo la sal de la vida,
vivo en un callejón sin salida,
hace tiempo que no me hago caso.
Avanzando hacia atrás, paso a paso,
cada atajo parece una huida,
cuando pierda por fin la partida
roncaré a la salud del ocaso.
Partiré sin cumplir mi condena,
pensaré que mereció la pena
y, si tiene paciencia el destino,
sin hacerle al espejo un reproche
le daré la razón a la noche
y abriré otra botella de vino.
Noches de boda
Que el maquillaje no apague tu risa,
que el equipaje no lastre tus alas,
que el calendario no venga con prisas,
que el diccionario detenga las balas,
Que las persianas corrijan la aurora,
que gane el quiero la guerra del puedo,
que los que esperan no cuenten las horas,
que los que matan se mueran de miedo.
Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.
Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentira,
que no te den la razón los espejos,
que te aproveche mirar lo que miras.
Que no se ocupe de tí el desamparo,
que cada cena sea tu última cena,
que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena.
Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,
que no te duerman con cuentos de hadas,
que no te cierren el bar de la esquina.
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.
Noches de tormenta
Es inútil tratar
de aprender a besar
tan cerca ya del fin
esas manchas de rímel
en tus párpados gimen
y dejan cicatriz.
Y ya no tiene sentido
discutir quién ha sido
de los dos.
el que empezó a flirtear
con las flores del mal
y el desamor.
No sé, porqué
las caricias que ayer
conseguían prender
mi exitación
ya no me calma la sed
la humedad de tu piel
se marchitó.
Y no hay palabras que ocupen
el lugar que no supe yo llenar
se nos ha muerto el amor
mejor decirnos adiós
sin llorar.
Noches de tormenta
noches de tormenta
noches de tormenta
noches de tormenta
Olvido, lágrimas y alcohol
Quédate tú con todo
pero déjame solo
con mi soledad
qué más te puedo decir
ojalá seas feliz
sin mirar atrás.
No me arrepiento de nada
tal vez de madrugada
piense en ti
cuando te añoren mis huesos
y me duelan los besos
que te di.
Noches de tormenta
noches de tormenta
noches de tormenta
noches de tormenta
Olvido, lágrimas y alcohol
Noches de tormenta…
Crisantemos en el corazón
Noches de tormenta…
La primavera terminó
noches de tormenta…
Dos extraños en la habitación
Noches de tormenta…
Qué triste suena esa canción
Noches de tormenta…
Hay un fantasma entre los dos
Noches de tormenta…
Que salga de una vez el sol
Noches de tormenta…
Olvido, lágrimas y alcohol
No sé, no sé porqué…
Marcháte de mi vida
No sé por qué razón mi corazón
siente la fuerza de un imán
cuando tú estás en la ciudad.
No sé por qué razón dentro de mí
estalla una tormenta
cuando me cuentan de ti.
Y la memoria se me llena
de perfumes y caricias,
de recuerdos que me envenenan.
No sé por qué razón el porvenir
es una pesadilla tan gris.
Márchate de mi vida,
llévate mi pasión.
Márchate de mi vida,
llévate mi pasión.
Ya sé que tengo que sobrevivir,
como si nunca hubiera
compartido contigo la primavera
y no prestarme más al juego cruel
de tus labios, de tu risa,
de tus ojos que me hipnotizan.
Tendré que imaginar algún lugar
donde esconderme con mi amiga
la soledad,
lejos de la tentación
de tus labios, de tu risa,
de tus ojos que me hipnotizan.
Las noches de domingo acaban mal
Algunas veces me recuerdo a alguien,
algunas veces me trato de usted
cuando entro en el salón
se acaba el baile
cuando me engaño
no sé a quién creer
Algunas noches no duermo conmigo
más de una vez no tengo dónde ir
a veces ni predico ni doy trigo
despierto en casa
y ya no vivo aquí
Tu sabes correr
yo quiero aprender
si tu me llamas yo me escapo del hospital
Robo un ataúd, me clavo en la cruz
Si me remuerde la conciencia
le pongo un bozal
Alguna vez regalo un «no» que duele
más de una vez alquilo un corazón
alguna vez no hay Dios que me consuele
algunos labios no tienen perdón
Tu sabes correr
yo quiero aprender
si tu me llamas yo me escapo del hospital
Robo un ataúd, me clavo en la cruz
Si me remuerde la conciencia
le pongo un bozal
Algunos lunes duran todo el año
algunos martes soy un animal
los miércoles son húmedos y extraños
de algunos jueves es mejor ni hablar
los viernes dan películas de miedo
los sábados te vas y yo me quedo
las noches de domingo de acaban mal
las noches de domingo de acaban mal
Tu sabes correr
yo quiero aprender
si tu me llamas yo me escapo del hospital
Robo un ataúd, me clavo en la cruz
Si me remuerde la conciencia
le pongo un bozal
MI POETA SUGERDIDA: María González
LA TIERRA PROMETIDA
Nombrar es reconocer que
existe, gracias y a pesar de mí.
Cuando tras mi frente genero una
sílaba, defino,
coloreo y cincelo,
tal como suena tras el abdomen.
Junto los labios para tallarlo, llenando la
entrada. Ahogar su grito, ese dolor tras las
costillas.
Mencionar es la primera maniobra.
Para ello, cubriré todas las articulaciones.
Los otros asentirán abriendo las
comisuras. Flotará el polvo, semilla
hundida.
Nuestro conflicto no posee
milicia.
Es ello,
conquistando mi volumen,
llenando mi sistema nervioso hasta las
yemas, hasta la cicatriz en el ombligo,
hasta la ropa.
Es ello ocupando los tejidos
grasos, el cerebro, el útero.
Nombrar es reconocer que
existe mi cuerpo como Tierra
Prometida, lleno de ríos y
alambre,
ceniza y leche.
El territorio se defiende a intervalos,
expulsando los cadáveres por las
cloacas. El único hogar que
conocemos.
Sobrevivir depende de aniquilar al enemigo.
mmm
Recuerdo tu imagen difusa,
el olor a grapas, el calostro retenido.
La nube de mis ojos;
conocer tus gritos tras la niebla.
Tú creciendo en mi regazo
y yo
ausente.
Agua, leche o mapa
son palabras homófonas,
has creado catorce tipos de aes diferentes.
Tus pestañas
redimensionan la nieve y las hojas
que descomponen el fuego.
Alimento, mano o diente.
El espacio donde acontece el leguaje
se despliega bajo tus rodillas
mientras
cubres el terreno reptando
mientras
te ríes:
las carcajadas devoran los espacios vacíos.
Como una niña con el corazón roto,
algunas veces fantaseo con volver a gestar.
Más allá del espacio o las cuentas bancarias,
los surcos del miedo y los raíles
bloquean mis caderas, podan los árboles.
Miro a la cría:
no existe un dolor así,
un olor tan dulce.