ME ENCUENTRO A GUSTO [Mi poema] Florencia Benson [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Yo nací para creer Yo soy mortal, no me asusto. Que más que andar y crecer, De vez en cuando un disgusto Que aprender a envejecer Si alguien me pega algún susto Y es que la verdad del ser Si ven mi semblante adusto Ser o no ser ¿y qué hacer? Y aunque crean que vetusto |
Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
Como las huellas de las gaviotas en las playas.
(Pablo Neruda)
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Florencia Benson
Portal
La primera vez que nos desnudamos
hubo un tatuaje que se prestó a confusión
un dibujo circular que me espantó
e hizo que mi orgasmo se precipitara
liberando gigatones de energía
(vos desconocías su significado,
yo desconocía mi perversión).
Cada vez que tu cuerpo se retuerce,
que tus abdominales se contraen
y se relajan, o bien al tocarme
los símbolos de tinta obscura
activan sus poderes en el plexo
toda la luz desaparece
centrifugada por algún lejano sol en el espacio
agotados, hemos engendrado una galaxia.
Los amantes de la ciudad sitiada
Balas militares rozan nuestra puerta
pero no retrocedemos
al contrario
nos quitamos la ropa
aferrados al tañido
que reverbera en todo el cuerpo
como hicieron antes
los hijos del volcán.
Lo que no funciona
Practico lo que voy a decir
lo que diría
en la próxima oportunidad
o la vez pasada, estuve lenta
porque vos cuando
y en realidad tu doble estándar
una mujer heterosexual está condenada a la desdicha
en el insomnio me estiro
hacia todas las mujeres de la tierra
en el silencio
en la mitad ausente de la cama,
en los barbitúricos
en el labial sobre la copa
en la espera obstinada
de aquel gesto innovador.
Punto de vista
Lo que nadie dijo
fue que Penélope
tejía y destejía
con hilos de la tierra
fibras de lava y roca
barro y musgo, así
la guerrera paciente
tramaba no una esperanza
sino un nido.
Tengo sed de un cántaro
Un pichón tibio
en palma cóncava
se recompone
renace
también
quiero sentir
un muro amable.
El ajuste
No es posible amar sin odiarse un poco
elegís nuestros momentos más felices
para ahogarlos como cachorritos
en el patio del fondo, o bien los torturás
con submarinos trabajosos
hasta que pierden su color
y quedan azulados como mártires,
los momentos de felicidad perfecta
son la calma que anuncia
al criminal imperfecto,
el que proporciona todas las huellas
excepto las que desea dejar.