A VUELTA CON LOS IDIOMAS [Mi poema]
Jesús Marchamalo [Poeta sugerido]

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MI POEMA…de medio pelo

 

Si con uno basta y sobra,
¿para qué tantos idiomas?
Lo cierto es que es una obra
que más que comunicar
lo que intenta es evitar
que otros gusten lo que comas.

Sólo si me sirve estimo,
pues yo no les tengo afecto,
el resto sólo es un timo
propio de locos de atar
e intención de complicar
y confundir mi intelecto.

Si es que de sabios presumen,
que un día los gobernantes
afinarán su cacumen
en pro del entendimiento,
abandonando ese cuento
y renunciando a ser liantes.

Pues que sólo a uno han de elegir,
en fundada decisión,
que es la que va a constituir
la que ha de ser la herramienta,
gran pilar y basamenta
de la comunicación.

Que haga de su capa un sayo
con el resto cada uno,
quien quiera sea lacayo,
coma lo que venga en gana,
se atiborre de banana
o que practique el ayuno.
©donaciano bueno

Existe un lenguaje que va más allá de las palabras.
Paulo Coello (escritor brasileño)

Comentario del autor sobre el poema: ¡Bendito sea ese día en el que todo el universo use un mismo idioma con el que podamos inter-comunicarnos. El resto, ahora convertidos en elementos de diferenciación emocional, que queden al albur del consumo de cada uno. Os imagináis una internet en la que cada país utilizase un sistema, protocolo, diferente e incompatible? Propongo que la UNESCO elija uno ya, podría denominarlo UNIVERSAL y se empiece a estudiar obligatoriamente en los Centros de todo el mundo.

MI POETA SUGERIDO:  Jesús Marchamalo

ME ACUERDO

1
Me acuerdo de que los médicos llevaban un espejo redondo en la frente, con un agujero por el que nos miraban la garganta.

2
Me acuerdo de cuando daba clases de guitarra en el colegio, y tuve que comprarme una cejilla.

3
Me acuerdo de los tejados, grises, de Uralita.

4
Me acuerdo de que despegábamos los sellos de las cartas con agua tibia, y los guardábamos para ayudar a las misiones.

5
Me acuerdo de que un día se me pegó un chicle en el pelo, y tuvieron que hacerme un trasquilón.

6
Me acuerdo del cierre hermético de cerámica blanca, con una goma roja, de las botellas de Casera.

7
Me acuerdo del servicio de Telefónica, el 093, que daba la hora.

8
Me acuerdo que, de pequeño, me pintaban relojes en la muñeca con un bolígrafo.

9
Me acuerdo del jilguero en el patio de casa, y del hueso de sepia que tenía encajado en los barrotes de la jaula.

10
Me acuerdo de las escopetas de perdigones.

11
Me acuerdo de los tacos del capitán Haddock en las aventuras de Tintin: ¡Ectoplasmas! ¡Noctívagos! ¡Batracios! ¡Filoxeras!

12
Me acuerdo de una colonia que usaba mi madre, Maderas de oriente, y de su olor pastoso y asfixiante.

13
Me acuerdo de un rectángulo que llevaban los camiones en el que se leía ‘Tara’. Nunca supe lo que significaba.

14
Me acuerdo de los aviones de propulsión a chorro.

15
Me acuerdo de haber leído, por la noche, en la cama, debajo de las sábanas, a escondidas, con una linterna.

16
Me acuerdo de cuando nos salían motitas blancas en las uñas, y decíamos que eran mentiras.

17
Me acuerdo de los mejorales.

18
Me acuerdo de que en algunas carreteras, los troncos de los árboles, al lado de la calzada, estaban pintados de blanco.

19
Me acuerdo de las marcas de las vacunas en los brazos.

20
Me acuerdo de que cuando enfermó mi tío Pedro rezaba, en secreto, por las noches, para que no se muriera.

21
Me acuerdo de las máquinas de Rayos X, del contacto frío, allí, desnudos, del metal en la piel y de que teníamos que quitarnos la medalla.

22
Me acuerdo de una perra que tuvo un tío mío, Linda, y de que tuvieron que ahorcarla porque se volvió loca.

23
Me acuerdo de que a los equipos de fútbol se los animaba gritando ‘Alabín, alabán, alabín bom, bam’ o ‘Ra, ra, ra’.

24
Me acuerdo de los patines metálicos, con correas de cuero y, los mejores, con ruedas de madera.

25
Me acuerdo de que en la colada de las sábanas, se echaba una pastilla de Azul Brasso.

26
Me acuerdo de una relojería, al lado de mi casa, y de que en el escaparate exponían uno de los primeros relojes sumergibles metido en un vaso de agua.

27
Me acuerdo de los balones de reglamento, con pentágonos de cuero cosidos, negros y blancos. Y me acuerdo de que nunca tuve uno.

28
Me acuerdo de que, durante las tormentas, en el pueblo, a las niñas las hacían quitarse los pendientes.

29
Me acuerdo de unos cubiertos minúsculos, desparejados, con mi nombre grabado en el mango, ‘Jesusín’. Eran de plata Meneses.

30
Me acuerdo de la plata Meneses.

31
Me acuerdo del cueceleches. Tenía una larga chimenea para impedir que la leche se derramara al romper a cocer.

32
Me acuerdo de haber ido a bañarme al río.

32
Me acuerdo de una vez, de pequeño, en que me sacaron una foto en un periódico local, y de que apenas se me distinguía.

33
Me acuerdo de un vencejo que encontramos una tarde en el suelo, y que subimos al tejado para que echara a volar.

34
Me acuerdo que mi primera bicicleta, una pequeña Orbea azul oscuro; llevaba una bandera de España en la palomilla de la rueda delantera. Y otra del Real Madrid.

35
Me acuerdo de la Carta de ajuste de la tele.

36
Me acuerdo de que nos clavábamos chinchetas en los zapatos, para bailar claqué.

37
Me acuerdo de los papeles de periódico que ponía mi madre, en el suelo recién fregado, para que no lo pisáramos.

38
Me acuerdo de una amiga de mi madre que decía ‘convidar’ y ‘convite’.

39
Me acuerdo de haber cantado ‘chivato acusica, la rabia te pica’ y también ‘la roña’ o ‘la tiña’.

40
Me acuerdo de que mi prima Montse tiene un ojo de cada color: uno marrón y otro negro.

41
Me acuerdo de cuando nos sabíamos los teléfonos de memoria.

42
Me acuerdo de los premios de consolación.

43
Me acuerdo de cuando llovía, y echaban serrín en el suelo de las tiendas.

44
Me acuerdo de que, al cerrar el puño con fuerza, las arrugas que salían junto al dedo meñique eran los hijos que ibas a tener.

45
Me acuerdo de aquellas jeringuillas, intimidatorias, de cristal esmerilado y de las agujas que el practicante, al lado de casa, cocía en un infiernillo.

46
Me acuerdo de que llevaban un enfermo, en los que el conductor sacaba un pañuelo por la ventanilla, mientras tocaba el claxon.

47
Me acuerdo de que en las bodas, nos hacíamos anillos con las vitolas de los puros.

48
Me acuerdo de Ironside, de Bonanza, del Superagente 86…

49
Me acuerdo de que una vez que tuvieron que darme nueve puntos en la mano, porque me corté con un cuchillo. Tengo la cicatriz.

50
Me acuerdo de que las raquetas de tenis eran de Paquistán.

51
Me acuerdo de que, por la noche, en invierno, mi madre ponía en las camas bolsas de agua caliente.

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MI POETA INVITADA:  Susana Hernández

SEDA

A las puertas del cielo
me sorprende la noche
bautizada en las marismas
de tu cuerpo,
prendida en la suavidad
de tus senos
ansiosa de ti
avariciosa de la seda
que te envuelve y me derrota.
A las puertas del cielo
me rindo ante tus besos.

PALABRAS INCENDIARIAS

Palabras incendiarias arrasan mis venas.
Te siento en la lejanía
hermosa y serena
como un rumor que nuca se acalla
como la hiedra trepa a las barandillas
de tus deseos.
Tan adentro
y a la vez,
lejos, muy lejos.
Allí donde el malecón rompe con el mar
y el mar ya no es mar ,
es negrura salvaje y viscosa.
Allí donde tú y yo no somos nada,
apenas sombras difusas a contraluz
mapas desteñidos por el tiempo.
Allí entre tu cuerpo y el abismo
nacen y mueren las palabras que te escribo.

SEPTIEMBRE

No quiero conocer tus secretos,
tan sólo tumbarme en la hierba
y caer de rodillas
bajo la lluvia de tus besos.
Apaga la vela
y afila los sentidos,
vendré a cerrar
tus ojos cansados
mojaré mis labios,
y caeré de rodillas
bajo la lluvia de tus besos.
No digas nada,
deja que el tiempo
se encargue de nosotras.

PARTE DE LO QUE TE DEBO

Después del sol,
el calor de mis manos
renueva mi cuerpo.
Veo tu risa caer al vacío,
y sé que mañana será un día
extrañamente dulce,
extrañamente quieto.
Las tardes están aprendiendo
a silenciar mi deseo.
Te cedo mis besos,
como una fianza
un modo de desfallecer
hermoso y digno.
Siempre quise
entregar las armas,
arrojar las toallas del ajuar,
romper todas las barajas,
hacer un boquete
en el corazón del tiempo.
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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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¿Principios? oiga amigo no me ofenda pues sepa…