Solo poesía
«Estado de ánimo que se caracteriza por un sentimiento de dolor o desilusión que incita al llanto».
Mi alma tiene una pena que no se puede curar
que se infectó por azar y a punto está de gangrena,
y hoy me quiero liberar de esta tan cruel condena,
de sus cantos de sirena y la he tirado a la mar.
Asisto anonadado a lo que pasa
en torno a mi existencia en este mundo,
tratando hacer del mismo tabla rasa,
y viendo como mueve su argamasa
en este mare magnum nauseabundo.
Cuando seamos viejos...
cual dos quinceañeros nos cogeremos de las manos,
iremos de paseo por los sitios más cercanos
para que el mundo contemple lo mucho que te quiero.
Seres humanos que pomposamente os auto-proclamaís inteligentes
¿de qué tanto presumís, pobres humanos?
¿quienes han osado inocular del inconsciente en vuestras mentes
ese mantra de que el mundo es ese vientre...
Triste, eres consecuencia del sueño que tuviste
y un buen día dejaste que alguno lo adornara,
que el alma te robara y te dejara un quiste
Y tú nunca quisiste que nadie lo extirpara.
Ese olvido sin fecha y sin cimiento
sin siquiera derecho de pernada,
sin sombra de sospecha ni más nada
y escaso de argumento y aun de aliento.
Su cerebro reprocesa
y en sus sueños le delata
y sigue y le da la lata
pues de recordar no cesa,
le insiste no le interesa,
le tiende un puente de plata...
Yo he venido para ver a castillos y a almenaras,
tropezones por doquier y sombras a todas luces,
rebuznos de gentes raras y sonidos de arcabuces,
y lamentos dar de bruces y a bondades ser muy caras.
Cuando entiendas que ya el diablo te ha vencido
y la muerte haga presente en su arrogancia,
no resistas a juzgar si el cielo ha sido
quien decide tu futuro, no hay instancia.
Me acusan por doquier que escribo triste,
me dicen sin cesar que soy lamento,
un mar lleno de dudas, un mar cruento
que en aguas procelosas se resiste
y acaba entre las babas de un aliento.
Yo creo que merezco mas no creo.
Quizás más que creer sea que dudo
que siempre en mi garganta se hace un nudo
ante tanta maldad de lo que veo.
Fue justo que dejaron de matarse
que yo llegué hasta aquí como un turista,
otro más que apuntaron a la lista
posible otro matón para vengarse.
Amigo mío de mente perezosa,
no sabes cuánto en invierno aquí hace frío
el río hoy que va sin agua es otro río,
la rosa de tu infancia roja es broza.
Sé que un día ha de llegar
en que el adiós y el perdón
se tienen que conjugar.
por tanto hoy me adelanto
y os pido mi absolución,
¿Creer en los humanos? Yo no creo.
¡Se venden por un plato de lentejas!
Se esconden sibilinos tras sus rejas.
No existe ni un resquicio. Y es que veo
te cortan la cabeza si les dejas.
Cuando muere la tarde, amigo mío
otro día se va, vendrá otro día,
aunque aquellos momentos de alegría
nunca ya volverán. Y a su albedrío...
Alepo. Cuando termine la guerra,
cuando acabe esta guerra, ¡qué osadía!,
se acabará ya al fin tu vida perra,
te cogeré en mis brazos y te haré mía
si es que brazos me quedan todavía
pues no hubieran quedado bajo tierra.
Las lluvias por aquí son muy escasas,
pudiéndose afirmar que nunca llueve.
Y puesto que uvas no hay, no se hacen pasas,
los braseros no existen, que no hay brasas,
y hasta aquí el suspirar parece breve.
Hola, yo soy Donaciano, y tú?
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