A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
Solo poesía
«Estado de ánimo que se caracteriza por un sentimiento de dolor o desilusión que incita al llanto».
Espigado y enjuto de talla alta,
botarate, autista y algo asceta,
que arribó a la senectud como poeta,
de burda calidad, que a vista salta.
A qué seguir sintiendo esta congoja
la misma que hace un nudo en la garganta,
que mira hacia adelante y se atraganta,
presenta a la alegría como coja,
o cierra hasta los ojos y se achanta.
No quiero que me pinchen, que me duele,
tengo miedo a sentir lo que he sufrido,
no puedo soportar tanto castigo,
piedad, yo pido a Dios que me consuele.
Arrastro yo en mis venas la tristeza
del sauce que perdiendo va sus hojas,
el sueño que, imposible, te despojas,
de otoño en una tarde que bosteza;
A qué llorar, si no sirve de nada,
a qué sufrir, si todo ya está escrito,
si uno a penar, se encuentra ya subscrito
al iniciar su estancia en la manada.
Si le ves, dale un beso de mi parte,
dile si algo hice mal, cuánto lo siento,,
que siempre perseguí, en vano intento,
ser justo, de la guerra juez y parte.
Él ha muerto Por fin llegó ese día
en que al cuerpo le cubre una mortaja.
Penando en una caja en sacristía
a espera de cualquier avemaría
y el silencio que escucha le relaja.
Padre, ya sé que te mueres,
y que, a tu pesar, nos dejas
tal cual hacen las madejas
deshaciendo las mujeres.
La tarde triste está tras la montaña
sumida entre la sombra en la calima,
si observas por encima de la sima
verás existe un pueblo, que es España
carente de autoestima.
A ese molino hundido que hoy no muele,
sin agua y con su piedra ya dormida,
que aún suspira al pensar en la partida
de su alma y de su espíritu, y le duele.
Confieso mi dolor que despertando
no pude soportar tanta tristeza,
no pude, pues no cabe en mi cabeza,
que a un niño se le hiciera sufrir tanto
por odio y por rencor con su vileza.
De niño él deseaba ser torero,
después dijo: mejor malabarista,
más tarde lo cambió por futbolista
previendo lo importante era el dinero
ansiando difrutar como un turista.
Voy paseando y mientras, miro y veo
grises casas, ventanas y balcones
y revolotear a los gorriones
los niños de un colegio en el recreo
y un parque de atracciones.
La crisis, ¿qué es la crisis?, quien no ha amado,
no sabe qué es bajar hasta el infierno,
creyendo que ese bache será eterno
luchando contra el viento de costado.
El médico me dice que soy viejo,
mejor será ignorar lo que me pasa,
que a mi lo de operarme suena a guasa,
no estoy para esos trotes, su consejo.
La vida te da palos, si resistes
habrás de comprobar que nada es serio,
la vida tiene un halo de misterio
que empieza cuando naces y ya existes
y acaba en su lugar, el cementerio.
Se fue la luz,
aquella que alumbraba nuestros días,
la misma, que pintaba de alegrías
la capa de acetato que al trasluz
soñando tú veías.
Sibilina y silenciosa,
presumiendo de inocente,
cae el agua de la fuente
con su aspecto caprichosa.
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