A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
Solo poesía
«Es definido como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas, la sátira y denuncia social incluidas».
Mirando a las estrellas y a la luna
aquel pobre pastor se preguntaba,
si acaso era sujeto de fortuna
al ver tan alto el cielo como estaba
y así gratis total desde la cuna
a él y a su rebaño le alumbraba.
Hoy he decidido ponerme a grabar el disco de mi vida.
¡Estoy nervioso,
no sé cómo empezar!
Decidme ¿dónde he de colocar el punto de partida?
YO he sido afortunado, un ganador
que en vida obtuvo premios a raudales,
un vivo aventurero, un soñador,
de activo caminar, trabajador
luchando en buena lid con el amor
pudiera haber mejor pero no iguales.
Por si acaso me voy dejo ya escrito
que la vida me ha dado sinsabores,
que no supe luchar con los mejores,
e imposible me fue pegar un grito.
Se debe de saber así no quiera,
que un día cuando nadie lo esperaba
el viento ante sus ojos se paraba
haciendo un ademán justo a su vera
y un beso allí le daba.
Después de tus soflamas, hoy te has ido,
sin laudos, despidiendo de tu gente.
Alguno habrá llorado al ser querido,
mas otros respirando eternamente.
Voy a pedirle un consejo, señor cura.
Ya sé para qué es.
¿Lo sabe usted?
¿Acaso es que percibe mi amargura?
Dios todo lo ve.
Dos sílabas, cuatro letras.
Ese recurso manido
al que acuden los poetas
y hacen uso de sus tretas
fingiendo que lo han vivido.
Por aquí pasó Raimundo.
Fue tan raudo su pasado
que un soplo duró, un segundo,
y en pensar ya se ha olvidado.
Se creyó dueño del mundo,...
Era un sol de medianoche
que soñaba con el cielo
y en su sueño y en su anhelo
decidió subir en coche.
Fue tan rotundo el fracaso...
Ignoro la razón por la que guste
Bukowski ese poeta deslenguado
que va soltando pedos sin cuidado
y a féminas zurzando con su fuste
pues siempre pareciera anda enfadado.
He parido un invento que es la monda,
un boli con que borras las ideas,
a aquellas que son malas, que son feas,
verás como las da sopas con onda.
Estaba una mañana dulcemente
tumbado en una hamaca. Y me mecía
al ritmo de la brisa. Y de repente,
al suelo de la hamaca me caía.
Soy un simple aprendiz, no hay nada más,
un fundidor de barro, un alfarero,
que baila con sus manos al compás,
de aquello que se inventa con esmero.
Hay una cruz en el viejo cementerio
sobre mármol de lápida fulgente,
a la espera de un huésped impaciente
que quiera allí fijar morada en serio.
Ensimismado, ayer salió de casa
¿seguro que fue ayer?
Quizás…la vida pasa.
Vea usted…
busco…
Ya sé…su gato se ha perdido.
Que no, que no, que ha sido…
Soy un muñeco de trapo,
viejo, sucio y maloliente,
que abrevando irá a la fuente
a lavarle a su retrato,
y su mente.
Dos niños y una pelota
y una niña en un traspiés,
parece un mundo al revés
que un rey se convierta en sota.
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