Solo poesía
«Del espíritu o relacionado con la parte inmaterial del ser humano a la que se atribuyen los sentimientos, la inteligencia y las inquietudes religiosas; se utiliza en contraposición a lo material».
No tiene más razón el que más chilla
ni más rico es aquel que más consume,
y menos es mejor quien más presume
de esqueje, ser de palo tal astilla.
Hubo una vez que quise huir del mundo
yo era joven, tenía veinte años,
mi isla no encontré. Y mis redaños
sufrieron por aquel hedor profundo
del agua putrefacta de unos caños.
Yo a concursos nunca asisto, me provocan frustración
los que ganan siempre son los que a mi más me disgustan,
que a mis pautas no se ajustan, no generan emoción
y percibo en conclusión que al leer no se degustan.
Quiero escribir cual carne de membrillo
que en sus poros jugosa miel rezuma,
la colora pintada de amarillo
y el poder seducción con que me abruma.
La oscuridad se palpa en el ambiente,
la sombra agradecida a su candil
camina en este largo mes de abril
en tanto que en la estancia está el yaciente
Yo amo al ser que se cuida así que a veces
no atienda a los pecados de conciencia,
que goza de la vida y sus memeces
retándole insistente a su paciencia.
Imagina, quizás no te imagines,
el origen que tienen las verdades,
tan expuestas a tantas veleidades
y a los rezos y coros en maitines.
A veces es difícil ser feliz
así sea el cerebro lo aconseje,
la vida es como un pollo de perdiz
que nace entre rastrojos de un esqueje.
Existir, ser, estar
y mirarse al espejo cada día
creyendo en lo que refleja y no dudar
de esa mueca que es de susto o alegría.
Vivir, contar, cantar...
¿Y qué más da si yo no entiendo nada,
por qué será que siempre me confundo,
por qué la mar conmigo es despiadada
y ahora el viento me arrecia ya iracundo?
Cada vez que a mi balcón
te asomas ¡oh, primavera!
mi corazón se acelera
y me embarga la emoción....
En la orilla del mar
un ave blanca
al escondite juega
con las hamacas....
Soñando que sueño
la vida se pasa,
mirando a un pequeño
que juega en la plaza,
contándole un cuento
a mi pensamiento,...
¡Alegría, alegría!
Venid todos a escuchar
lo que aquí os voy a contar
que a mi ayer me sucedía.
Me levanté esa mañana,...
Y se nos fue la luz, la que alumbraba
del alma las conciencias
en pos de los saberes de otras ciencias,
y aquí ya se acabó lo que se daba.
Para subir al cielo no precisa
saber lo que su espíritu no alcanza,
hacer de la riqueza su premisa,
cumplir con lo que el cura dice en Misa,
llenarse la barriga de esperanza.
Yo voy sonando caminos
¿recuerdas Antonio, hermano?
fue una tarde de verano
dorada. Tu y yo nos vimos.
Me crucé por tu sendero
junto al pino agreste, allá...
Me preguntaste, viajero,...?
¿Cómo será, ayer me preguntaba,
mirándome al espejo, fijándome en mi frente
mi cerebro por dentro? Por fuera, ni te cuento.
Lo tengo ya muy visto y lo lamento,
pues no me gusta nada.
Hola, yo soy Donaciano, y tú?
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