A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
Solo poesía
«Del espíritu o relacionado con la parte inmaterial del ser humano a la que se atribuyen los sentimientos, la inteligencia y las inquietudes religiosas; se utiliza en contraposición a lo material».
Ha sido en esta vida un don Quijote
que nunca él aceptó ser escudero
llegando a subastar hasta el bigote,
haciendo oposiciones para el clero
saliendo de rebote.
En mi terraza estoy, leo,
el sol va torrando un poco.
A cuestas con mi sofoco
pienso y dudo en lo que creo,
sé que estoy porque me toco.
Debajo de tu mirada
hay sueños y hay poesía,
hay ritmo y hay melodía,
y pasión desenfrenada.
Y una flor hay que, pintada,...
Querido dios. Si un día yo me muero,
si un día tú decides que he de irme
tendrás de penitencia antes que oírme
cantarte las verdades del barquero.
Escribir un poema es cosa seria,
y aun más si es que éste rima en consonante.
Difícil mucho más e interesante
si es fruto de estudiar la enciclopedia
y ser un buen versante.
Siempre fuiste, huraño, un lobo viejo,
una mota que ensucia el calendario,
la pavesa que exhala de un espejo
y el besar al amor le suena a añejo
y que intenta encerrarse en el armario.
Hoy he abierto mi puerta al universo
y he visto que tú estabas,
sentí como insistente me mirabas,
pensé en hacerte un verso.
La tarde va cayendo sumida en su pereza,
las hojas rebotando sobre el firme enfermizo,
-recuerdo yo esa tarde sufriendo aquel hechizo-
en medio del susurro de un aura que bosteza.
Ayer salí a la calle. Vi llovía.
El cielo se encontraba tan nublado
que apenas si su estela percibía.
De nuevo la tristeza aparecía,
sentada allí a mi lado.
Yo he pasado la vida sin saberlo,
que apenas si llegué ni a darme cuenta
y pronto me planté ya en los setenta
a dieta, sin comerlo ni beberlo,
ni ver lo que este tiempo representa.
Mi visita pasó sin hacer ruido,
nadie escribió de mí. Y en mi defensa
ni siquiera un artículo en la prensa
osó preguntarme a qué había ido.
Yo he tenido una vida con esquinas,
la existencia anda llena de desplantes.
Cual corona de Cristo las inquinass
van clavando a lo largo sus espinas
y dejando secuela en los instantes.
Ayer pasé a tu lado y no me viste,
me consta que eres algo despistada,
quizás fuera mirarme no quisiste,
no debes de culpar a tu mirada.
Posiblemente tú no me quisiste.
posible yo no fuera para tanto,
posiblemente fue que el desencanto
al corazón le fue creando un quiste
y sigue siendo reo de su llanto.
La tarde está muriendo. Y el ocaso
se asoma silencioso en la colina
denunciando a la vida y su fracaso,
el tiempo que le resta tan escaso
su exceso en insistir que es de propina.
Nieva en Soria. Invierno. La galbana
se apropia del ambiente. Compungidos,
los pájaros no salen de sus nidos,
el lino dando paso va a la pana.
Presiento que esta tarde el corazón,
se muestra desarmado, se fatiga.
No tiene corazón que así se diga,
quien solo le hace caso a la razón...
Hoy escribí un poema y lo he borrado,
y es que al fin, nada más, es otra idea,
otra más que se mete y que alardea
por querer presumir como un soldado
y muere en la pelea.
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