A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
Solo poesía
«Del espíritu o relacionado con la parte inmaterial del ser humano a la que se atribuyen los sentimientos, la inteligencia y las inquietudes religiosas; se utiliza en contraposición a lo material».
Que ha llegado hasta aquí sin tener casa,
sin nada, ni sustento que alimente,
le impulsa a presentirse indiferente,
ausente de la vida y lo que pasa,
dudando si es que vive o lo presiente.
No me digas que no puedes respirar,
que no logras suspirar cuando te miro
si a tus ojos los confundo con el mar
y me incitas a temblar porque te admiro.
Está sólo y vacío sin agarre,
sin nadie que le invite y tome asiento,
con barco a la deriva y sin amarre
dejando aquí la broza en lo que barre
vagando por el mundo como el viento.
Tengo un árbol pintado en a memoria,
lo cuido cual si fuera un hijo mío,
le abrigo en el invierno si hace frío,
intento que se aleje de la escoria,
no vaya a resbalar que caiga al río.
Yo sostengo que el poeta es inventor
de historias que construye con palabras,
ladrillos arrancando en su interior
sacando de su entorno alrededor
para hacerlas felices o macabras.
Entre el sol y la luna hay un espacio
que abarcar no consigo, aunque lo intento,
lo mismo que no acierto al sentimiento,
arrimando los polos muy despacio,
acercarlos los dos. Crean no miento.
Aquí la vida pasa lentamente,
con lánguida sordina, y es tediosa,
sólo existe la calma y el presente
se alarga sin cesar eternamente
cual agua que resbala de una losa.
Cuando nacen las horas, al comenzar el alba,
cuando empieza el silencio despacito a rezar,
la luz se hace notar y el sol asoma su alma,
me asocio con la calma y empiezo a caminar.
Yo he visto a dios subido en los tejados,
en las lágrimas de un reo y en el viento,
en mitad del murmullo, en los pecados,
en las salas de fiesta, en los saraos
y le he visto aquí a mi lado y muy contento.
A menudo en silencio amanece
esa calle, vacía, desierta,
observando que la vida crece
lentamente; cerrando la puerta
a la luna que al fin ya fenece.
Vivimos en lugares con calles que se cruzan,
con llaves y candados, cerrojos y fallebas,
que van en paralelo y lineas que bifurcan,
que algunos van por uvas, cuando otros van por brevas.
El sueño por nacer. Hoy el terreno
cansado de esperar está baldío,
repleto de rastrojos, y hace frío,
que sembrar no se puede ni centeno.
Quizás no escriba más, nunca ya escriba
vivencias que hoy afloran de mi infancia,
que huela ya a polilla mi lactancia
y olores a pureza no perciba.
Soledades. De un día que el destino
quiso hacerme nadar contracorriente
entrando en mis entrañas displicente,
llenando de pedruscos mi camino.
Quizás que hoy escribir sea pecado
sabiendo que al final nadie te lee,
y nunca nadie habrá que lo bandee,
muy pronto el tiempo diga eres pasado.
Andando va el silencio por la calle
rompiendo con el viento su atadura,
la luz que le acompaña es su ternura,
el sol sólo refleja algún detalle
que expande al desfilar de su hermosura.
Me fui sin darme cuenta que me iba.
volví, me di la vuelta por si acaso,
dudé de estar despierto al cielo raso,
sentí llevar mi barco a la deriva,
soñé que eras mi cielo. mi parnaso.
Copiémos de las flores su hermosura,
plagiémos de los pájaros su canto,
de los niños ingenuos su ternura
huyendo de los rasgos de locura
viviendo cual vivir hiciera un santo.
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