A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
ESTE MUNDO TAN BONITO [Mi poema]
Yolanda Pantín [Poeta sugerido]
MI POEMA... de medio pelo |
El mundo es muy bonito ¿quién lo dijo? El mundo ¿qué es el mundo, los planetas? Ignoro si habrá sitio para tantos, ¿A qué viene dar vueltas a esa noria? |
MI POETA SUGERIDO: Yolanda Pantín
ALENTEJO
Los barcos se desplazan
en una inmensidad sin tiempo.
No duele este paisaje
que he soñado,
y fluye,
según mi pensamiento,
lejos, muy lejos.
OCASO
En la casa el aire se había vaciado.
Clara me propuso subir a la terraza
abierta a la ciudad y al Ávila al fondo.
Recuerdo que miré la montaña
como si nunca la hubiese visto:
Todo me asombraba en ella,
las formas que la luz había suavizado,
el color, la calma indiferencia que nacía, pensaba,
en aquella hora cercana a la noche,
cuando todo parecía, al mismo tiempo,
estar vivo y estar muerto.
Mi amiga se apoyó de la baranda
y allí estuvo un largo rato, sin hablar.
Yo me senté en el suelo, distante,
protegida como estaba
por el muro de concreto
(había heredado de la niñez
el miedo a las alturas
y a las grandes mariposas nocturnas).
Desde la terraza parecía inocente aquello,
e indefenso, aun cuando las luces
en las autopistas semejaban
ríos de sangre, arterias en un cuerpo de vidrio,
frágil al tacto.
La muchacha se acercó y se sentó a mi lado.
conversamos en voz baja, sin mirarnos.
-Para ti amar es una pérdida.
Clara insistía en mostrarme
lo que creía era mayor que la cárcel del pensamiento,
pequeños infiernos cotidianos
a los que todos los días agregamos
una piedra, una palabra,
un minuto del tiempo precioso.
-Hemos vivido para ver ésto, decía.
Agradecí la pureza de su rostro,
el perfil recortado al igual que las montañas,
contra el cielo.
Y el hecho de que fuéramos
dos mujeres en el silencio,
ajenas a lo que habría de suceder luego
-torpeza, ensimismamiento.
Pero nada de aquello sabíamos en la quietud de la tarde.
GACELA
(no por su belleza)
Nada le asegura
a la gacela permanencia
sino, al contrario, le confirma
tal es el estrépito de hojas
o pisadas de elefantes
a lo lejos
su fragilidad
que finalmente es pánico
El CIERVO
Iba yo con mi hermano por el bosque,
cuando lo vi entre las ramas asomarse.
Pude verlo como era,
y él, mirarme:
Macho, de alta cornamenta.
Aunque de noche,
los ojos clarearon en su estupor al verme.
Volvió la grupa,
temeroso.
Yo alcé el arma que llevaba
y apunté entre los cuernos.
Disparé. Y con ello la cabeza
se deshizo en el aire que había respirado.
Donde hubo belleza
quedó el cuerpo tendido sobre la hierba.
Tomé el arma
y se la di a mi hermano.
‘Ten -le dije: el rifle
con el que he matado sin deseo’.
Volví la espalda
y caminé hacia el auto
que había dejado
en el umbral del bosque.
CAPILLAS IMPERFECTAS
(Monasterio de Batalha)
Duarte y Eleonora de Aragón
Descansen estos reyes
para la eternidad descubiertos,
bajo el cielo, sin haber sido
su deseo,
dormir bajo el sereno, clima inclemente,
invierno y fuego, cuando no alcanzó
el tiempo
para concluir, quién sabe, los dineros,
capillas que encomendaron a sus siervos,
y que hubiesen sido, túmulos funerarios,
de haberse terminado,
la perfección hecha forma.
Ya lo dice el nombre que llevan: guiño
para leer lo opuesto
suponiendo
que sea la perfección completitud, término;
Y siendo que son
capillas imperfectas,
La perfección, es posible,
como la belleza, no sólo de dios,
feudo,
sino de la mano que la pretenda.
Pero cabe suponer:
Rendición, falta de aliento,
para la Eternidad expuestas
cabezas humilladas éstas, también de reyes.