A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
¿CUÁNDO SE NACE? [Mi poema]
Xavier Seoane [Poeta sugerido]
MI POEMA... de medio pelo |
Lo sabe todo el mundo y nadie cree, Se habrá de discernir como un hermano, ¿Quién lo dijo? Pues fue el representante Pues yo, ciego, no tengo claro el ver |
Comentario del autor sobre el poema: A raíz de una noticia en la que su Santidad el Papa, se pronunciaba sobre el aborto. Andamos por la vida sin saber a qué carta quedarnos. Conceptos que eran básicos, de un día para otro viene alguien y da la vuelta al calcetín.¿o no?
MI POETA SUGERIDO: Xavier Seoane
De la belleza que pasa
Qué hermosas, y lentas, esas tardes…
La luz traspasando la niebla
con su oro lento y frágil,
la albura de la nube, cegadora y salvaje,
o el incienso del azul ardiendo
más allá de horizontes y de cabos…
Qué hermosas, y lentas, esas tardes…
Allende la mirada,
que haya mundos sumidos
en la belleza del espacio, ¿qué supone
para tu desventura y tu fracaso?
Ni el eco del canto de los cisnes destrozados
o las brasas del sol pervivirán
cuando la noche se adentre en tus ojos
y una lluvia de estrellas acribille el espacio.
Elogio de vivir. Xavier Seoane. Editorial Linteo.
Mirando al mar
Mirando al mar
no hay naufragio.
El azul es la absoluta plenitud
de una frágil mas cierta victoria sobre la nada.
Y, pese a todo,
aunque quizás
no logremos cambiar la Historia con mayúsculas
y el destino prosiga formateando camadas
de histriones y canallas,
hay esperanza, amor, hay esperanza.
Pues no toda viejecita sentada al sol nocturno es celestina,
no todo fracasado es un inútil
ni estúpido quien no mete la mano
en las arcas de su conciudadanos.
Hay una elegancia de destino
en la forma en que se desliza
la humilde gota
por el cristal.
Hay dignidad en la chispa que se alza
como una mariposa en lo imposible
para inmolarse un instante después
sobre las brasas del hogar.
DUNHA ZAFRA IMPOSIBLE
A Alfredo Ferreiro
Dálle ao ferreiro un fol para que cante.
Dálle un labio loador e un merlo de auga.
Unha trencha durmida e unha arroba de sal.
Dálle unha fragua oculta nas vésporas do sangue.
Dálle fanal e draga, dálle funil e favo.
Dálle escuma invisible nas gabias da mañá.
Dálle un designio escuro
para que abra o camiño da esperanza
e asente ferro vivo nas entrañas do mal.
Que ardan as citanias nas estrelas.
Que a hedra palpite na lingua substancial.
Que arrase a cicatriz meigos e cans.
Dálle, dálle ao ferreiro
mantel, trinchante e pan.
NINGUÉN CHE DARÁ TANTO
A Ramiro Torres
O que che dea a cinza non cho dará o cabalo.
O que che dea o cabalo non cho dará o alacrán.
O que o alacrán che outorgue non cho dará o gabián.
O que o gabián che diga non o oirá o lagar.
O que o lagar fermente non ten por qué cuspir sobre a borralla.
A borralla non ten por qué dar contas do machado.
Mais tampouco o machado poderá darche nada
que non che dea a risa pútrida do lagar,
que a cinza non arrastre no cabalo,
que o cabalo non moia no alacrán,
que o alacrán non encince no gabián,
que o gabián non chante na túa lingua abrasada.
REPARACIÓN DO HIME
Non aborrezas os pelos do pene do cervo
porque deles virá
fecundidade á terra.
Non rexeites o cuspe na lingua da cervela
porque dela virá
lentura ao ermo.
Foxe de esmagar nunca
un humilde vilano,
un tímido cempés.
Canta o alento do lagarto
e o tímpano do merlo.
Toda xema de luz traerá promesas
aos valados de pedra.
Deixa o romeu cantar baixo o lintel.
Vén a xeira de erguer un fogar para os teus
no tempo da inclemencia.
Regálalle á torcaza os ouricelos
da Torre de Hércules
agora que o solsticio vernal ergue no ceo
harpas de liño e tálamos de estrelas.
MI POETA INVITADO: Reiniel Pérez Ventura
Salutación por Whitman
Quisiera decir contigo que no sé explicar la yerba.
Ella crece para que nosotros la notemos
Y se esconde cuando el niño viene a reconocer al hombre que somos.
Tú te sientas, dices: Todo esto es el pañuelo de dios,
Porque él ha llorado para que nosotros podamos llorar
Porque él baja hacia los enfermos para que nosotros estemos enfermos.
Y al final nos lleva a su bolsillo como un insecto, un trozo de piedra brillante.
la yerba, padre Whitman, la yerba que nos rodea.
Debajo de la yerba crece el asombro del hombre,
Debes arrancarla para entenderla,
Debes dejar al hombre ser malvado para salvarlo.
Todas las generaciones futuras vienen a ti,
Recién nacidas para que tú los bautizaras con el mundo.
Vienen los niños, los poetas que elevarán la yerba hacia el cielo.
Un coro de recién nacidos se reparte tu voz.
Uno termina por venerar lo que no puede temer.
Vienen los niños ante ti con sus actitudes enemistadas.
No como te idealizó Lorca, como te vio Pessoa,
No como te soñó Darío sin leerte, como te palpó Martí
No como te veneró Borges, como te combatió Neruda.
Yo solo te escucho como el puro pecho del día,
Como el aire debajo de las piedras que calla ante las ambiciones.
Yo me llevo el nombre a la espalda como si me fueran a regañar.
Todas las generaciones futuras vienen a ti creciendo en la ciudad desolada,
Como hollín lleno de ojos, como destrozados brazos sujetando tu silencio
Para que nunca caiga.
Las futuras generaciones, que habitan las ciudades
Donde la hierba solo crece en los cementerios.
ELEGÍA PARA ADONAIS
Para Sergio García Zamora
¡Qué pena que hayas muerto y nadie haya escrito tu elegía!
A veces la muerte calla para que su hijo espantado duerma en paz.
¿Pero qué es la vida del poeta sino la respiración del mundo?
¿Qué es la muerte del poeta sino una mano que acaricia la nada?
Todo halla nuestra boca para revelarse,
A través de mí cantan todas las cosas
Nos tocan para descifrar el mundo, callado,
Nos abren la boca como si fuera un nido
De donde sale tu alondra que no se posará más sino en la muerte.
Por mí han de pasar los colores callados,
Y rugirán en los bancos, en las casas de préstamo,
En la callada vigilia del dinero.
Porque mientras tu país vagaba en un sueño de cadalsos
tú te atreviste a percatarte de los pobres,
bajaste la vista del monte le Blanc,
Bajaste la vista de la belleza, de las colinas italianas
Y viste la vegetación de hombres, los dolorosos hombres de tu patria
Que morían de hambre adorando el nombre de sus asesinos.
Tu pueblo, hijo del aire celta que nacía del centro de los árboles,
Tu pueblo marchando con la piel dormida.
¡Qué pena que nadie hizo tu elegía!
¡Y qué pena morir sin una propia!
Cuánta pena el silencio, la prisión humana, el dolor,
La marea que inunda los huesos y otra vez nos moja,
Cuánta pena la nada que somos cuando nos niegan la voz del poema.
No escuches tu tiempo ni tu sangre,
Porque el canto puro es siempre ajeno,
El canto puro siempre nos destroza,
El canto puro nunca baja la cabeza.
Arriba canta, arriba, levanta los árboles de tu tumba,
levanta el nervio de los planetas contigo,
junto a tu garganta llena de palabras recónditas,
sube entre las cosas y los relámpagos de la vida,
Sube por mi elegía que es la elegía del mundo,
sube amigo, sube entre los presos y sus carceleros,
entre las víctimas y sus confesores,
sube entre la carne y la espada, entre el beso y la condena,
Sube entre la humanidad hermanada y la humanidad dormida,
Abre un camino de ceniza, álzate digo,
ven a buscarte, ven a buscar la poesía que es siempre de este mundo.
Habrás de volver en el eterno cuerpo de la belleza,
habrás de ser un pedazo de mundo que muere
mientras nos nace el dolor en el pecho cada mañana.
Qué pena que nadie escribió tu elegía,
pero tu voz se alzará con todos los ignorados,
Con los pobres, con los dolidos.
Por ti hablarán los árboles, las casas, las viudas, los cementerios,
Las cárceles de Inglaterra, los huesos de Byron,
los manuscritos indefensos de Coleridge,
la blanca tez de Keats que será la negra tierra del futuro,
el sueño de una noche de verano y la pesadilla de los días de invierno,
un árbol que crece sobre la tumba de tu hijo
y uno que crece sobre tu propia tumba.
Por ti hablarán los sencillos campesinos
Porque escribiste para los que te aman y te ignoran,
Los que viven buscándote en la dura realidad.
A dónde has ido que ya no necesitas la palabra ni la adoración.
Nadie escribió tu elegía, ni siquiera tú mismo,
Nadie pudo hacer semejante traición.
Nadie se atreverá, desdichado amigo,
Porque toda elegía es la vanidad de los vivos,
Porque la muerte nunca responde en el fondo de las cosas.