A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Violeta Parra

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LAS LAVANDERAS [Mi poema]
Agustín Bisio [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Aunque lejos pareciera, ya es de un tiempo muy cercano,
que en mis dañadas pupilas aun percibo el movimiento,
damas de negro en fila india, cual novicias de un convento,
al amanecer yendo a el río a lavar la ropa a mano.

Sus figuras en cuclillas, al compás sus posaderas,
el pelo empinado al cielo recogido en negros moños,
la piedra pómez, la arena de verdinegros otoños,
al ritmo marcando gestos de los brazos y caderas.

Son duras amas de casa, castellanas, de banderas,
que en sus cestos guardan ropa y mil historias personales,
mientras las lavan y enjuagan tienden al sol en eriales
son de la historia reciente, famosas, las lavanderas.
©donaciano bueno

En la foto, lavanderas del río Arandilla

Aquí voy con mi canasto
de tristezas a lavar
al estero del olvido,
dejen, déjenme pasar.
¡Lunita, Luna,
no me dejes de alumbrar!
(Violeta Parra)

MI POETA SUGERIDO:  Agustín Bisio

La cordiona

Tata:
Si va pr’el pueblo,
me traiga una cordiona di una hilera.
Que non sea de las piores;
un haga cuestión di precio.

Ya son ordinariasas de nacencia,
mas, com’es pr’un comienzo,
si la cosa promete, in cuanto aprienda,
hei di comprarme una
concertina lujosa y roncadora,
pr’encerrar en su fueye
todos los pajaritos de la sierra,
y dir dándoles suelta uno por uno
por cada agujerito de las teclas.

Me v¡enseñar Ufrasio,
el pardo viejo,
pos, es hombre que sabe
y diz que tengo propensión para eyo.

Usté hai de ver, mi padre,
qué facermente apriendo.

Ya v’a ver qué cordiona baruyenta,
con sus relinchos de potriyo nuevo,
borboyenes de zanj’en día de yuvia
y safaos “¡coles-coles!” d’intrevero.

V’a ver cómo s’incoge la mimosa
y se requiebra como un gat’e aprecio,
y, n’un repente, al estirarse toda,
suerta sus carcajadas francachonas
como boca de negro en noch’e fiesta.

Y hei de decirle, tata,
que non voy a tocar cosas mudiernas:
tangos más retorcidos que un sobeo,
y foltrós de matungos ne la era,
esas cosas que tocan las vitrolas,
algariadas de latas y cornetas,
cosas gringas que, como los gorriones,
fueron corriendo a los chingolos nuestros.

Yo tocarei los aires de la tierra,
qu’intodavía nos quedan,
ayá por los rincones de l’Otava
o por los rancheríos de Lunarejo;
pájaros que s’iscundin,
mesmo que los matreros,
entre las serranías más apartadas
y entre los matorrales más agrestes,
porque le tienen miedo a la bencina,
que los v’echando de su propio suelo.

Vi’a tocar esas valsas alegronas,
que arreboliaban trenzas y poyeras;
aqueyas mazurquitas trotiadoras,
que por las madrugadas daban sueño,
habaneras y chores perezosos,
con coscojeo d’ispuelas,
y polquitas chacreras
de verso y bastonero…
Los toques de sus tiempos,
que usté tanto nos nuembra,
y que entoavía le juyen de los labios
pra distráile las penas…

¡Hué! ¡Non si atore, viejo…!
Un haga roncar el mate, asina juerte,
que le da carraspera y lagrimea…!

¡Tráigame la cordiona,
cuando vaya pr’el pueblo!

Va’ encomenzar el baile

Ahí llegó Bento-Músico
con su “cordiona” roncadora y vieja,
colgada a media espalda, en una funda
que ya perdió el color, de tan grasienta.

Ahí llegó el ciego Honorio
con su guitarra nueva,
metida en una pierna de bombacha,
bien atada a los tientos.

Las mozas se acicalan y se empolvan
y una a una en la sala “se arpesientan”,
sentándose enfiladas
contra de las paredes
“mesmo qu’en los estantes, las boteyas”!

Y los mozos, allá por los galpones,
se van turnando un peine y un espejo,
y salen con “el pelo arrerlambido,
con mechones rebeldes,
como pelambra de ternero nuevo”

Formando “mosquitero”
se van aglomerando ante la puerta,
y eligen en la fila de muchachas,
la que ha de ser futura compañera.

“¡Compremisio, mozada!
¡Abran cancha un momento,
que va dentrar Sia Nica
con una palangana llena de agua,
qui hai di arrociar el piso de la sala,
pr’evitar qui alevante “polvareda”!

En un rincón, los músicos se ensayan,
para ver si “se aciertan”:
–“Esta cordiona ‘stá perdiendo viento;
me agencien por ahí un papel d’istracia
y un poco de jabón, para componerla”.

–“La guitarra ‘stá baja;
me empriestin argún lápez y una piola
para li hacer un requinto,
y ya, n’un momentito, la arreglemos”.

El dueño de la casa ha prevenido
que “non si han de bailar bailes mudiernos,
porque su casa es casa de famía,
y no atolera fartas de rispeto”.

–Den una siya para doña Liona,
gurís; non sé in qui piensan…!
¿non ven que ‘stá parada,
la pobre mujer vieja?
–“Gracia, non si amoleste…!

–“¡Por qué no habrá venido mi compadre
Liandro Menés? ¡In fija tiene infermos…!
Parece que fartase arguna cosa,
cuand’el non si haya n’una cosa d’estas!

–“Iscuchá, che Aniceto:
cuando quieras d’aqueyo,
‘stá in la mamona grande,
n’una horqueta
que da pra la manguera…
Preguntale a Gaudencio,
y se acerciorin de que no los cuidin
y nos dejin del quecho…
¡Non vayan orvidarse de tapala,
para que non se vuelque!

–“Echá ajuera eses cuzcos,
que si andan inredand’entre las piernas,
y ha un olor… ¡que naide ha convidao…!
–“Ya para juera, Tramela,
¡Juera de ahí, Muleke!

–“Ucha vascas grandotas,
esas vecinas nuevas!”
–“Tamién in esa casa todo es grande,
incomenzando por los vascos viejos;
los perros, las gayinas, las lecheras…
¡todo lo que trajeron de sus pagos,
parece que se viese
con un vidrio d’omento.”
–“Diz qui es gente muy güeña…”
–“Y muy trabajadera!”

–“¡Oique! Mirá las Pérez,
solo arrastrando seda…!”
–“Quién las vido!”
–“La más grande ‘stá linda,
pena qu’es pretensiosa la pueblera!”
–“Mas, lo que son las chicas, te garanto,
que han d’estar istudiando
para bicho de sexta…!
¡Ucha mujeres fieras…!”
–“Hai de ser corajudo, el que las pele!”

Aquí irrumpen la música y la danza,
van saliendo a la pista las parejas,
y, empieza a resender a agua florida
y a sudor, el ambiente.

“Va’enconezar el baile, muchachada:
ilijan compañera,
mas, no orvidin que es casa de famía
y no atolero fartas de rispeto!”

Benceduras

Palabras de ritual

“Con agua da fonte
e rama do monte,
para que non cresças,
te corto a cola
e a cabeça.

Asin se vence el cobrero
en l’hora del Sol dentrar:
moje un ramo de romero,
en agua de manantial;
haga tres cruces seguidas
sobre granazón o heridas
y… ¡ya’stá!

Si al cabo del tercer día
non yegase a mejorar,
se cura con “sempatía”,
escribiendo sobre el mal
y a l’inversa: “¡Ave María!”
pos, si non cura, alivia,
y…¡ya’stá!

Si el cobrero es de ciempiés,
araña o maranduvá,
si agarr’una lapicera
güelta de punta al revés;
con esa parte trasera
mojad’en leche d’higuera,
dispués,

con fe y pasensia, se va
cerrando n’un redondel,
lo mesmo que n’un corral,
la traza qu’el animal
ha dejao sobre la piel
y… ¡ya’stá!

Piedra-mora

Mesmo como piedra-mora
rondando n’el cuest’abajo
a tumbos por la cañada,
y a gorpes, sab’hasta cuándo,

asín me trujo la vida,
me redondando los cantos;
y, ya stoy, ¡cuasi redondo,
cuasi parao in el bajo!

Y, asín, como piedra-mora,
hei de quedar ne la varye,
ne la bera del camino,
cravadito, com’un marco.

Com’esas piedras redondas
que las va cubriendo el pasto,
y sólo sirven, as veces,
pra qui un “prestación” discanse,

o pra que argún carretaro
l’utilice como calzo,
o qui trompezando n’ella,
li largue argunos… ¡ca…rambas!

Por qui’inda, dispués di muerto,
hai de servir el cristiano,
para qui ayá, ei vez in cuando,
lo arricuerden in el pago,

¡mesmo como piedra-mora!
com’asiento, como calzo,
y, ¡até pr’istorvo di argunos
di los que siguen… rodando!

Caminitos de tierras coloradas

Caminitos de tierras coloradas
no los hay dondequiera.
Caminitos de tierras coloradas
son propios de Rivera.

En las tibias mañanas luminosas
refulgen con su brusco cuesta abajo,
hendiendo las cuchillas arenosas
como un sangriento tajo.

Y parece que baja en sus orillas
todo el oro del sol, todo el oro del sol
convertido en las flores amarillas
de la vulgar y humilde mariamol.

Como el tiempo, se cambian sus matices:
de ocre viejo se impregnan, si garúa,
y la tarde de junio con sus grises
su sepia melancólica acentúa.

Y lo llenan de baches y de zanjas
al tráfico continuo de los días,
en invierno, camiones de naranjas
y en verano, carretas de sandías.

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SI BACO LEVANTARA LA CABEZA II [Mi poema]
Violeta Parra [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

A ese gran periodista y escritor Raúl del Pozo

Si Baco levantara la cabeza
y hubiera sido Baco hoy dios del vino,
si hubiera transitado en el camino
del hombre que disfruta y que bosteza;

si el vaho que desprende tan divino,
tan lleno de emoción y de empatía,
aquel que desparrama su alegría,
transforma al que es humano en adivino,

su templo construiría en la Ribera
a orillas de ese río que es el Duero,
al lado de un meandro en su sendero,
el mismo que Machado ya anduviera

y fue su inspiración. Y hoy ya a la espera
aun sigue rezumando en su tintero.
La vida sin el vino hoy no sería
lugar para el disfrute y fantasía.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Violeta Parra

La jardinera

Para olvidarme de ti
Voy a cultivar la tierra,
En ella espero encontrar
Remedio para mis penas.
Aquí plantaré el rosal
De las espinas más gruesas,
Tendré lista la corona
Para cuando en mí te mueras.

Para mi tristeza violeta azul,
Clavelina rosa pa´ mi pasión
Y para saber si me corresponde
Deshojo un blanco manzanillón.
Si me quiere mucho, poquito, nada,
Tranquilo queda mi corazón.

Creciendo irán poco a poco
Lso alegres pensamientos
Cuando ya estés florecidos
Irá lejos tu recuerdo.
De la flor de la amapola
Seré su mejor amiga,
La pondré bajo de la almohada
Para dormirme tranquila.

Para mi tristeza violeta azul,
Clavelina rosa pa´ mi pasión
Y para saber si me corresponde
Deshojo un blanco manzanillón.
Si me quiere mucho, poquito, nada,

Tranquilo queda mi corazón

La carta

Los hambrientos piden pan

Me mandaron una carta
por el correo temprano.
En esa carta me dicen
que cayó preso mi hermano
y, sin lástima, con grillos,
por la calle lo arrastraron, sí.

La carta dice el motivo
que ha cometido Roberto:
haber apoyado el paro
que ya se había resuelto.
Si acaso esto es un motivo,
presa también voy, sargento, sí.

Yo que me encuentro tan lejos,
esperando una noticia,
me viene a decir la carta
que en mi patria no hay justicia:
los hambrientos piden pan,
plomo les da la milicia, sí.

De esta manera pomposa
quieren conservar su asiento
los de abanico y de frac,
sin tener merecimiento.
Van y vienen de la iglesia
y olvidan los mandamientos, sí.

¿Habrase visto insolencia,
barbarie y alevosía,
de presentar el trabuco
y matar a sangre fría
a quien defensa no tiene
con las dos manos vacías?, sí.

La carta que he recebido
me pide contestación.
Yo pido que se propale
por toda la población
que «El León» es un sanguinario
en toda generación, sí.

Por suerte tengo guitarra
para llorar mi dolor;
también tengo nueve hermanos
fuera del que se engrilló.
Los nueve son comunistas
con el favor de mi Dios, sí.

A mi casa llega un gato

A mi casa llega un gato,
pero es un gato decente,
pero es un gato decente.
Si yo le tomo la cola
al tiro muestra los dientes.
A mi casa llega un gato.

Este gato romano
que es medio cojo,
si lo tratan de cucho
se pone rojo.
Este gato romano
que es medio cojo.
Se pone rojo, sí,
bajo la parra.
No te juegues con gatos
que tienen garras.

¡Anda a cazar ratones
por los rincones!

Me gustan los estudiantes

Que vivan los estudiantes
Jardín de nuestra alegría
Son aves que no se asustan
De animal ni policía.

Y no le asustan las balas
Ni el ladrar de la jauría
Caramba y sambalacosa
¡qué viva la astronomía!

Me gustan los estudiantes
Que rugen como los vientos
Cuando le meten al oído
Sotanas y regimientos.

Pajarillos libertarios
Igual que los elementos
Caramba y sambalacosa
¡Qué viva lo experimento!

Me gustan los estudiantes
Porque levantan el pecho
Cuando le dicen harina
Sabiéndose que es afrecho.

Y no hacen el sordomudo
Cuando se presenta el hecho
Caramba y sambalacosa
El código del derecho.

Me gustan los estudiantes
Porque son la levadura
Del pan que saldrá del horno
Con toda su sabrosura.

Para la boca del pobre
Que come con amargura
Caramba y sambalacosa
¡Viva la literatura!

Me gustan los estudiantes
Que marchan sobre las ruinas
Con las banderas en alto
Va toda la estudiantina.

Son químicos y doctores,
Cirujanos y dentistas,
Caramba y sambalacosa
¡Vivan los especialistas!

Me gustan los estudiantes
Que con muy clara elocuencia
A la bolsa negra sacra
Le bajó las indulgencias.

Porque hasta cuando nos dura
Señores la penitencia
Caramba y sambalacosa
¡Qué viva toda la ciencia!

¡Qué viva toda la ciencia!

Maldigo del alto cielo

Maldigo del alto cielo
la estrella con su reflejo,
maldigo los azulejos
destellos del arroyuelo,
maldigo del bajo suelo
la piedra con su contorno,
maldigo el fuego del horno
porque mi alma está de luto,
maldigo los estatutos
del tiempo con sus bochornos,
cuánto será mi dolor.

Maldigo la cordillera
de los Andes y la Costa,
maldigo, señor, la angosta
y larga faja de tierra,
también la paz y la guerra,
lo franco y lo veleidoso,
maldigo lo perfumoso
porque mi anhelo está muerto
maldigo todo lo cierto
y lo falso con lo dudoso,
cuánto será mi dolor.

Maldigo la primavera
con sus jardines en flor
y del otoño el color
yo lo maldigo de veras;
a la nube pasajera
la maldigo tanto y tanto
porque me asiste un quebranto.
Maldigo el invierno entero
con el verano embustero,
maldigo profano y santo,
cuánto será mi dolor.

Maldigo a la solitaria
figura de la bandera,
maldigo cualquier emblema
la Venus y la Araucaria
el trino de la canaria,
el cosmos y sus planetas,
la tierra y todas sus grietas
porque me aqueja un pesar,
maldigo del ancho mar
sus puertos y sus caletas,
cuánto será mi dolor.

Maldigo luna y paisaje,
los valles y los desiertos,
maldigo muerto por muerto
y el vivo de rey a paje,
el ave con su plumaje
yo la maldigo a porfía,
las aulas, las sacristías
porque me aflige un dolor,
maldigo el vocablo amor
con toda su porquería,
cuánto será mi dolor.

Maldigo por fin lo blanco,
lo negro con lo amarillo,
obispos y monaguillos,
ministros y predicandos
yo los maldigo llorando;
lo libre y lo prisionero,
lo dulce y lo pendenciero
le pongo mi maldición
en griego y en español
por culpa de un traicionero,
cuánto será mi dolor.

Gracias a la vida

Gracias a la vida que me ha dado tanto;
me dio dos luceros que, cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco,
y en el alto cielo su fondo estrellado,
y en las multitudes al hombre que yo amo.
Gracias a la vida que me ha dado tanto;
me ha dado el oído que en todo su ancho
graba noche y días, grillos y canarios,
martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
y las voz tan tierna de mi bien amado.
Gracias a la vida que me ha dado tanto;
me ha dado el sonido y el abecedario;
con él las palabras que pienso y declaro:
madre, amigo, hermano y luz alumbrando
la ruta del alma del que estoy amando.
Gracias a la vida que me ha dado tanto;
me ha dado la marcha de mis pies cansados;
con ellos anduve ciudades y charcos,
playas y desiertos, montañas y llanos,
y la casa tuya, tu calle y tu patio.
Gracias a la vida que me ha dado tanto;
me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano,
cuando miro el bueno tan lejos del malo,
cuando miro el fondo de tus ojos claros.
Gracias a la vida que me ha dado tanto;
me ha dado la risa y me ha dado el llanto;
así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto,
y el canto de ustedes que es mi propio canto,
y el canto de todos que es mi propio canto.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.

Volver a los diecisiete

Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar signos
sin ser sabio competente.
Volver a ser de repente
tan frágil como un segundo,
volver a sentir profundo
como un niño frente a Dios,
eso es lo que siento yo
en este instante fecundo.

Se va enredando, enredando,
como en el muro la hiedra,
y va brotando, brotando,
como el musguito en la piedra,
ay, sí sí sí.

Mi paso retrocedido,
cuando el de ustedes avanza;
el arco de las alianzas
ha penetrado en mi nido
con todo su colorido,
se ha paseado por mis venas
y hasta las duras cadenas
con que nos ata el destino
es como un diamante fino
que alumbra mi alma serena.

Lo que puede el sentimiento
no lo ha podido el saber,
ni el más claro proceder
ni el más ancho pensamiento.
Todo lo cambia el momento
cual mago condescendiente,
nos aleja dulcemente
de rencores y violencia:
solo el amor con su ciencia
nos vuelve tan inocentes.

El amor es torbellino
de pureza original;
hasta el feroz animal
susurra su dulce trino,
detiene a los peregrinos,
libera a los prisioneros;
el amor con sus esmeros
al viejo lo vuelve niño
y al malo solo el cariño
lo vuelve puro y sincero.

De par en par la ventana
se abrió como por encanto,
entró el amor con su manto
como una tibia mañana;
al son de su bella diana
hizo brotar el jazmín,
volando cual serafín,
al cielo le puso aretes
y mis años en diecisiete
los convirtió el querubín.

Arauco tiene una pena

Arauco tiene una pena
Que no la puedo callar,
Son injusticias de siglos
Que todos ven aplicar,
Nadie le ha puesto remedio
Pudiéndolo remediar.
Levántate, huenchullán.

Un día llega de lejos
Huescufe conquistador,
Buscando montañas de oro,
Que el indio nunca buscó,
Al indio le basta el oro
Que le relumbra del sol.
Levántate, curimón.

Entonces corre la sangre,
No sabe el indio qué hacer,
Le van a quitar su tierra,
La tiene que defender,
El indio se cae muerto,
Y el afuerino de pie.
Levántate, manquilef

Adónde se fue lautaro
Perdido en el cielo azul,
Y el alma de galvarino
Se la llevó el viento sur,
Por eso pasan llorando
Los cueros de su kultrún.
Levántate, pues, callfull.

Del año mil cuatrocientos
Que el indio afligido está,
A la sombra de su ruca
Lo pueden ver lloriquear,
Totora de cinco siglos
Nunca se habrá de secar.
Levántate, callupán.

Arauco tiene una pena
Más negra que su chamal,
Ya no son los españoles
Los que les hacen llorar,
Hoy son los propios chilenos
Los que les quitan su pan.
Levántate, pailahuán.

Ya rugen las votaciones,
Se escuchan por no dejar,
Pero el quejido del indio
¿por qué no se escuchará?
Aunque resuene en la tumba
La voz de caupolicán,
Levántate, huenchullán.

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