A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
TODO EL TIEMPO DEL MUNDO [Mi poema]
Vicente Basso Maglio [Poeta sugerido]
MI POEMA... de medio pelo |
Todo el tiempo vagando entre la duda De qué sirve pensar, que alguien me diga Pues la duda es un sueño que se abriga, Ese ansia por creer, que nada cura, |
*Jean Paul-Sartre fue un filósofo, escritor, novelistas, dramaturgo, activista político francés exponente del existencialismo y del marxismo humanista. Pareja de Simone de Beauvoir.
Tanto quiero creer, que no te creo,
dicha y tormento de la vida mía,
veo tu amor tan claro como el día,
mas lo anubla una cosa que no veo.
(Ramón de Campoamor)
MI POETA SUGERIDO: Vicente Basso Maglio
LLEGADA A LA HIERBA
Con garganta de nieblas, cantaremos aún
sobre el árido cauce,
antes de trasponer el suelo erguido
de los gajos sin siega;
Y antes de atravesar enrojecido
campo de resonante estrella…
Pero, sangriento pie del abierto sendero,
al fin, sobre la fresca verdad fina,
-hierba plateada-,
te posaré!
PARA AQUEL QUE ES MI ABEJA
Aquel que tiene dentro de su garganta, días;
lleva bajo del párpado, el grano de las noches.
Aquel a quien perfila
clarín de recio brote,
luego se hace arpa fina,
miel resonante y lluvia de otoño.
Yo, estrella sin almohada, descanso en la ceniza!
Él duerme sobre marfiles
y su sueño es el trigo de la luna.
Su nuez es mi tormenta;
mi rencor, su guijarro que ahoga en la marea…
Y tú, hora profunda,
vienes de sus grandes colmenas.
SENTIDO DE LA PUBERTAD
Vaga, bajo la sombra mi corazón alegre;
toda su paz hallada, todo su ardor cumplido.
Clara meditación, frescura verdadera
de la vida.
Dardo de soledades, ya desmayado, ahuyento
en él, que está sin rutas y tampoco se viste
de girasol sangriento.
Así, bajo la noche, levanta al fin la rueda
de la confianza pura y del ensueño libre
la corola agotada que desprende la abeja
al llegar el rocío.
APTITUD CONSTANTE
Morir todas las veces que nos sea posible…
¡ Hasta agotar tus tonos, claridad desenvuelta!
Y madurar como la fruta, hacia una muerte,
entre esmaltes lejanos, sobre viejos matices.
¡ Acérquense mis días!… ¡ Sus riberas serenas
pulirán bordes duros y guerreros perfiles,
como endulza el guijarro de las playas inmensas
el eterno cantor de las conchas marinas!
Y porque voy perdiendo todo el rudo contorno,
¡ oh, muerte!, y ya comprendo a mi estrella finísima,
el color de mi sangre es tapiz de los ojos;
costumbre de esperarte, esta profunda herida.
Y no salto del lecho con la misma viveza
del que salta del barco a la orilla, de pronto;
y no saco a través de la vaga pereza,
los cuernos delicados, caracol de la noche…
Morir todas las veces que nos sea posible…
¡ hasta agotar tus tonos, claridad desenvuelta!
Hasta hacer de la muerte una aptitud constante
y llevarla lo mismo que el hábito tranquilo.