A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
EL TIEMPO CORRE QUE SE LAS PELA [Mi poema]
Rodolfo Alonso [Poeta sugerido]
MI POEMA... de medio pelo |
Pasa el tiempo lo mismo que mi aliento, Y es que el tiempo es espacio entre dos puntos, Ese tiempo, el que dicen que es de oro, Y entre tanto que escribo hoy estos versos |
MI POETA SUGERIDO: Rodolfo Alonso
Diego y los pájaros
Desde la hierba
mi pequeño
alza los brazos
hace señas
a los pájaros
los llama
entre grandes silencios.
Entre el mar
y nosotros
hay árboles
y viento
Los pájaros son libres
no lo ven
o se hacen
que no pueden verlo
no vienen
pero andan por ahí
de cualquier modo
Entre ellos
y nosotros
brilla el sol
anda el amor
al aire
¡A la salud
de los pájaros
que es la salud
del universo!
Casa rota
no se ha colmado la medida
lo que has dicho lo que has amado
se tiene ahora bajo el sol
para ser despedazo o festejado
no estás todavía del otro lado
se ha dicho que tienes cosas por decir
no se acabo esto
mientras brille implacable la luz que desordena
todo lo que debe decirse o ser amado.
Fronteras
¿Imaginó Machado (‘Si mi pluma
valiera tu pistola’), entre tristes
derrotados que tenían razón
sin embargo, a ese pie
traspasando la línea
ilusoria y real, nítidamente
viva, siendo el mismo
que en Collioure, ahora,
resbala quedamente hacia la tumba
dormida en tierra extraña?
¿O acaso es Walter Benjamín
quien cruje, ante la misma
línea por entonces antípoda
empuñando, en Port Bou, la pistola
capaz de liberarlo, a la vez
de su angustia habitual y los rabiosos
lobeznos de la nada a sus talones?
Uno iba, otro vuelve, y los dos
caen sin verse caer
ante sus vidas rotas,
de espaldas uno y otro
frente a idéntica raya,
pero nosotros vemos, en la misma
frontera los límites del mundo,
la avidez del desierto
roedor y creciente,
los dientes insaciables,
la boca del abismo
indiferente, mudo, seductor.
BUENOS VIENTOS
El amor nuestro fue una belleza incandescente, paseada con
dignidad entre sobresaltos y disculpas.
Lo nuestro creció de golpe, auspiciado por la buena voluntad de
algunos vientos que no supieron sino alterar nuestros caminos,
unificar nuestras distancias, darnos una mano.
Fueron los únicos culpables de esta feroz batalla por la aventura,
recientemente concluida.
FANDANGO
Necesito tu mirada. Y también la cadencia leve de tus pasos
alejándose en el tiempo.
Necesito que me detengas, que hagas de mí uno de tus brazos o de
tus piernas, uno cualquiera de tus órganos.
N.
Si yo te hubiera dicho: el corazón es una fruta enorme. Si te hubiera
cantado con estas palabras de descontento y de traición, si hubiera
abierto una sola de mis llagas, podrías hoy dormir al lado mío.
Pero el cansancio espera y esto es mucho. La vida no da más de lo
que se le pide. Las distancias se agrandan o se rompen.
La tierra tiene un ritmo.
Honor de la vergüenza
Débil fallido humano
Cobarde podrás ser
Pero si la vergüenza
Te honora con su cerco
No todo está perdido
Acercándote estás
A que te quede un resto
circa 2013
¿Sueño yo con Fernando Charry Lara
o es que nomás me acuerdo?
Sé que él estaba
serenamente
acodado en la mesa
donde leí en la Casa
de José Asunción Silva
en Bogotá,
esperándome.
Y estaba también muy sentadito
en la primera fila
cuando en aquella
universidad de Medellín
me invitaron a hablar sobre Oliverio.
Siendo quien era él
me conmovió y me sigue
conmoviendo
tanta sobria y gentil delicadeza
con el recién llegado.
¡Y no habérselo dicho!
16-XI-2013
Al vuelo viendo en la noche
mosquitos luis de granada
hasta los enalteció
como obra de dios granada
gema de su creación
mi padre no había leído
nada de luis de granada
pero aplastaba mosquitos
ahusando en ellos la vista
al vuelo hurgando en la noche
su siseo delator
hoy nadie aplasta mosquitos
espiándolos en el aire
hoy persisten en su ronda
las pequeñas criaturas
donde también vio granada
la maravilla del mundo
inmensa grácil finura
ingeniería del encanto
¿qué vale una picadura
con los cráteres de ozono?
9-IV-2014
Jean Jaurés en Buenos Aires 1911
Una baldosa roja
en el barrio de Abasto
(En el barrio de Abasto
que antes fue legendario)
¿Algún vecino aún
sabrá por qué se llama
su calle Jean Jaurés?
¿O por qué esa baldosa
tiene color de sangre?
¡Cien años ya!
Una baldosa roja
ilumina el futuro
¿Y nadie se da cuenta?
31-VII-2014
La naranja no sabe
La naranja no sabe
que se llama naranja
Como Plutón no sabe
que se llama Plutón
Y yo mismo no sé
bien por qué me han llamado
Rodolfo nada menos
¿Será nomás que el hombre
nombra para los hombres?
¿Por qué mi perro entonces
y hasta mi gato a veces
miran si se los llama?
¿O es que será eso acaso
aquello a que decimos
sutileza?
Madadayo
“¿Todavía aquí?”,
me dice el día.
Y yo le digo: “Ayer
eras un día más joven.”
“¿Todavía aquí?”,
me dice el viento.
Y yo le digo:
“Mañana
serás un día más viejo.”
“¿Todavía aquí?”,
me dice el tiempo.
Y yo le digo: “Sigue
durmiendo.”
“¿Todavía aquí?”,
me pregunto yo mismo.
Y me respondo: “Sí,
por ahora, y luego
volveré a donde estaba
antes de nacer, ¿no
es cierto?”
6-VIII-2014
Sangiorgio
Entre la Poesía y el Horror,
Gerardo,
como luz que no muere.
11-XI-2014
Mx
Ándale, pues,
pájara de volar,
dulce de sombra.
Échale, hueva plena,
manantiales de ardor,
frescos incendios.
Quiúbole, para
que sea mero sueño
esto, sueño de realidad.
Golpe en deseo.
Porque no todo muere
si se lo atiza bien
discreta, animalmente.
Con miradas, silencios,
bienentendidos, roces
de la visión de ver,
de la misión de ver,
de la pasión de ver,
secreta, carnalmente.
Y a la final, espuma.
México, 4-XII-2014
Oda a la resiliencia, 2
Primero un brote
Después el otro
Van asomando
Casi sin verse
Del viejo horcón
Recién tronchado
Por los verdugos
Del municipio
Parecía muerto
Crecía adentro
Muy de a poquito
Como a escondidas
Se puso verde
Fresco y reciente
Brotes y brotes
Ramitas hojas
Se los cortaron
Pero insistió
Bien en silencio
Dando la vida
Un brote aquí
Y otro allá
Se hicieron muchos
Y están creciendo
Temí por ellos
Temí por mí
Aún hay peligro
De que Esos vuelvan
26–I-2015
Lázaro Cárdenas
Honor con honor se paga
Y especialmente las deudas
Deudas de honor son amores
Amores de honor son deudas
23-III-2015
Montevideanos
Supervielle, Lafforgue,
Lautréamont… ¿Pero qué
se habrán creído estos franchutes,
que cualquiera nomás
puede ser rioplatense?