A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
POETAS DEL MUNDO [Mi poema]
Pablo Thiago Rocca [Poeta sugerido]New
MI POEMA... de medio pelo |
Me han dicho y es por alguien que lo oyó Un poema, dijiste, ¡madre mía! Menudo carnaval es este mundo Por eso aquí me evado y por si acaso |
MI POETA SUGERIDO: Pablo Thiago Rocca
el límite
él
mi cuerpo
el irrepetible
mira con inquietud
la multiplicación de los astros
las imágenes similares le entristecen lo clonado la lluvia
de pantallas a veces se extraña él recelando en secreto
la distancia y el plagio nada aparente de los bruñidos
azogues que asalta el invierno
cuando bate la duda
y su enigma cobra
la consistencia
de lo efímero
de El cuerpo y su sombra, 1997
II
por los ojos de cumae
por sus flores
vienen los siglos
no estamos solos
cuando cruzas el patio
y cuelgas la ropa
los rotos palillos de madera
prenden el corazón de cumae
los ejércitos avanzan
entre la loza fenicia
y la plata dorada de sardis
caminando vienen
a verte
y tú cuelgas la blusa llorando
con las crines al suelo –goterones–
no estamos solos esta tarde
el cielo también es de ellos
–acanto y milenios–
hasta las hormigas lo saben
de La bicicleta etrusca, 2014
El escultor
no podría si quiera
soñar tu cara de esmeralda partida
y pulida con brutal esmero
ni limar silente las aristas de tu cuerpo
hasta que una delgada brisa
parecida al tiempo
esparciera ese aserrín perfecto de carpintero viejo
ese trabajo de dioses juntapapeleros
aunque fuese un verdadero escultor
escultor de la muerte que heredé
picapiedras pica papeles inamovibles como cadenas
aunque tuviera
la prueba de tu infamia
y los golpes los besos de un mar de desencuentros
me ayudaran a reconstruir
la fatiga de nuestro único sueño
y así sin embargo con el cincel de la imagen
como labrar el agua
no podría.
(de Poemas y otras mentiras, 1989)
Romanía
mientras desayuno en el hotel / colacione libera
inclusa / todas las mañanas veo a un ciego que
me escucha comer / paseando su oscuridad entre
las mesas
sin gafas / lleva los ojos bien apretados / como si
no quisiese ver / como si intentara recuperar algo
entrañablemente escondido
pasea a veces / con las manos en los bolsillos
o tanteando las mesas con la punta de unos dedos
flacos / tiene la edad de sus pensamientos / el pelo
negro llovido sobre la frente / la camisa blanca
y discreta
no es una historia alegre la de este ciego / he oído
cómo lo retan / no llego a comprender bien por qué niñez
lo he visto sentado solo / sumido en una contemplación
oscura y silenciosa / no sé qué cosa busque
entre las mesas / amanteladas de un rosado
pálido que / sin duda / le haría estremecer
tiene la edad de un terrible advenimiento / el pelo
negro incrustado en la sien / la camisa tenue y
modesta / no lleva bastón en mano / conduce
de memoria este destino / porque conoce el hambre
de los turistas indiscretos
(De Los suburbios de dios, 2000)
Edad del cuerpo
llueve sobre el mar
como una redundancia
estamos descalzos en el aguacero
hambrientos para la tarde
que es agua
fuimos hechos para cosas así
supongo
la arena se disuelve en la arena
el tiempo no guarda palabras.
(de El cuerpo y su sombra, 1997)
El contrasentido, decimos, es natural en el poeta, diríase que en todos los poetas: toda poesía es autobiográfica, descarnadamente en el caso de
IDILIO EN EL CAFÉ - Gil de Biedma,
Ahora me pregunto si es que toda la vida
hemos estado aquí. Pongo, ahora mismo,
la mano ante los ojos —qué latido
de la sangre en los párpados— y el vello
inmenso se confunde, silencioso,
a la mirada. Pesan las pestañas.
No sé bien de qué hablo. ¿Quiénes son,
rostros vagos nadando como en un agua pálida,
éstos aquí sentados, con ojos vivientes?
La tarde nos empuja a ciertos bares
o entre cansados hombres en pijama.
Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.
Queda también silencio entre nosotros,
silencio
y este beso igual que un largo túnel.