A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
Acerca de medio pelo [Mi poema]
Noel Alonso Ginoris [Poeta sugerido]
“Ser de medio pelo” no es precisamente un halago, es más bien una manera de categorizar peyorativamente a ciertas personas que quieren parecer lo que no son socialmente. Así se llamó específicamente en Argentina, en un cierto momento histórico, a las personas de clase media baja que pretendían tener costumbres de una clase social de mayor poder adquisitivo. Por supuesto que lo hacían con grandes sacrificios para “parecerse a”, pero nunca llegaban a serlo, porque quienes realmente pertenecían a la clase aristocrática justamente las despreciaban y dejaban de lado.
Clase: frase popular formada por un infinitivo de un verbo de segunda conjugación (ser); una preposición (de); un adjetivo masculino singular (medio) y un sustantivo masculino singular (pelo).
La definición correspondiente a la frase popular “ser de medio pelo” que se utiliza en Argentina, Chile y Uruguay es toda persona que quiere aparentar más de lo que es socialmente. También se amplía su uso a objetos que no tienen buena calidad.
Así pueden existir personas “de medio pelo” y cosas “de medio pelo” en el sentido de que aparentan ser de calidad cuando en realidad no lo son.
En Argentina, concretamente, esta clase de “medio pelo” apareció con el gobierno de Juan Domingo Perón hacia la década de 1945 como burguesía industrial. Estos burgueses aspiraban llegar a los lugares a donde iba normalmente la oligarquía agrícola ganadera, como la Sociedad Rural, el Teatro Colón, a presenciar deportes tales como el rugby, el hockey o el golf a los que solo accedían los grandes terratenientes. Lo mismo sucedió con la educación de sus hijos, que fueron enviados a los más costosos colegios privados de Buenos Aires. El dinero les dio la posibilidad de acercarse a la clase social aristocrática, de defenderla aún en contra de sí mismos y sin embargo fueron despreciados por ésta.
Quien habló de estos argentinos “de medio pelo” fue Arturo Jauretche (1901-1974) en su libro publicado en 1966 denominado “El medio pelo en la sociedad argentina”.
En Chile, “ser de medio pelo” fue aplicado durante los siglos XVIII y XIX a las personas de clases bajas que llegaron a una educación superior y por eso se desempeñaron en cargos de empleados públicos. Esto les brindó buenos ingresos que les permitieron diferenciarse de las clases inferiores de la sociedad.
En cuanto al origen de esta expresión se remonta a los inicios del 1800 cuando llegaban desde Cádiz, España, a Argentina, y también Chile y Uruguay, sombreros confeccionados con pelo de castor.
Los de mejor calidad y por supuesto más caros, estaban confeccionados con pelos enteros, los más baratos sólo tenían parte del pelo. De ese modo quienes llevaban los de pelo entero demostraban tener más poder adquisitivo que los que lo llevaban de medio pelo. De allí se deducía que estos últimos no eran de clase alta, sino inferior. Más tarde, entonces este “medio pelo” pasó a identificar a la clase media burguesa industrial y posteriormente profesional. Fuente Diccionario actual
No quiero pecar de humilde, pero en el caso del que esto escribe es una forma de contrarrestar esa corriente de definir a cualquier texto como poesía y al que lo escribe con esa palabra tan rimbombante de POETA.
MI POETA SUGERIDO: Noel Alonso Ginoris
Réquiem
(…) y si me abandona la muerte
¿qué me queda de consuelo?
Patricia González López
Hay que saber morir a tiempo
antes que los árboles sean
residuos melancólicos
de la horca.
Hay que saber morirse
para no llenar los platos
de las espinas que vacilan hambres.
Hay que saber morirse
porque se nos acaban
los infartos
los suspiros
la eutanasia esperada
el desliz
la agonía
el derrumbe
las almas solas
la soledad misma
el consuelo.
Hay que saber morir a tiempo
porque también
se nos acaban
las excusas.
De lo teatral
Es difícil construir un imperio
cuando se anhela toda la inocencia del mundo.
hay que desayunar
los amanecidos gestos
de la conciencia
pensar la noche
guardar las alas toscas
reparar las palabras necesarias
hay que defender
los amanecidos gestos
de la palabra
como la única virtud
que precede a la lengua
hay que ensayar
en tiempo de paz
las ortodoxas manías de la guerra
conciencia
palabra
de guerra
ay, la dramaturgia de la patria
el enemigo inventado
el imperio
y los ojos del público.
nadie sabe
cómo acaban
los aplausos.
I
a este lugar de la mesa
le llamaremos yanoestás
y a este otro
florero
y las sillas
y el mantel viejo
a este lugar de la casa
le llamaremos siemprevuelve
siempreviva
siempre
a estas sábanas de espanto
en una soledad que truena
y si llaman
y la puerta no cede
llama más
siemprellama
porque la puerta es tosca
ese es el único lugar de la casa
que no tiene nombre
todo lo que sale
por ese lugar sin nombre
nunca
regresa
VI
¿qué se ve fuera de la palabra ventana?
monte de hambre
pedregal
agua rompiendo
piedras
siempre en
bar
lo
ven
to
la garganta
de la perra
nostalgia
aspira
a lo inmenso
cierro la ventana
VII
si te digo ventana
keep out
si te digo agua
santa clara
si te digo piedra
pedegral
si te digo yanoestás
es justo
el lugar
de la mesa
donde
estamos
solos.
Ética a Garrotevil
XIII
esto
es un árbol sediento
esto
es un mantra cábala de mis asombros
esto
es una apostasía
y es tu alimento preferido
esto
es la ciudad de agra
ardiendo en peste
in nomine pater…
esto
es un pez
multiplicado
y sediento
garrotevil
te pronuncio
ahora
y al tiempo de los equinoccios
por si apareces
con la substancia
del movimiento de las cosas
o al menos
la función que nos salve del cero
tiende al bien
para siempre
(Mención en el concurso nacional Mangle Rojo 2019)
Humareda
Inédito
IV
espesa
la niebla
para el vuelo
del gorrión
destejan
el enigma
mientras pasan
los humos blancos
una ciudad
puede estar
enteramente dormida
y triste.
A un mal poeta
¿Qué te hicieron los míseros poetas,
¡oh, pintor de castañas y de nabos
que con tres arandeles y diez clavos
a la vulgar censura los sujetas?
¡Brava colgaste sarta de braguetas!
¡Bravos Apolos, Xenofontes bravos!
Gran tienda; pocas caras, muchos rabos,
Lope con pujo y Alarcón sin tetas.
¡Oh, monja alférez de color de pedo!
¿Quién te matriculó con la cuadrilla
de Góngora satán, Boreas Quevedo?
¡Oh, injusto desacierto, oh, gran mancilla!
Debiéndoles el Nuncio de Toledo
ponerlos en la cárcel de la villa.
Lope de Vega a Antonio Hurtado de Mendoza