A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
Mi poeta sugerido: José Luis Gracia Mosteo:
Mi poema: QUIÉN INVENTÓ LA GUERRA?
MI POEMA ...de medio pelo
Quien inventó la guerra, aquel que fuera
quien quiso demostrar que era el más fuerte
a la hora de enfrentarse con la muerte,
el mundo sin dudar quemar debiera
en pira si no hubiera peor suerte.
Haciendo un monumento a la estulticia,
de forma que al pasar todos miraran
y en él sus sentimientos reflejaran
-tratar de hacer justicia- ¡qué injusticia!
no hay dios, patria ni rey que lo fundaran.
La vida es una sola, y si se pierde,
perdido ya se habrá el mayor tesoro.
La vida solo es tuya y no existe oro
que pueda compensarla así conserve
la orla y se recuerde con decoro.
Tu vida es tu familia, esa es tu casa,
tus éxitos, deseos y fracasos,
y así fuera que sean algo escasos,
si vives, mientras sientes su argamasa
disfrutas como un mono dando pasos.
©donaciano bueno
MI POETA SUGERIDO: José Luis Gracia Mosteo
LA LLUVIA INFINITA
«Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas / almas de fuentes claras y
humildes manantiales! / Cuando sobre los campos desciendes lentamente /
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres».
Federico García Lorca
I
Llueve y llueve sobre el campo
mientras los prados se embalsan,
batiendo el cielo a la tierra
en una mansa batalla.
Llueve y llueve sin parar
y nos cerca su fragancia
a humedad y sueños limpios,
inconsciencia y esperanza.
Llueve y llueve en los sotos,
deja la tierra mojada,
llueve y canta que la vida
es tormenta, mas sin agua.
II
Llueve una suave garúa
a la hora en que te levantas,
alrededor de las cinco
pues los calores aguardan;
llueve mientras tú te vistes
ropa vieja y alpargatas,
apurando el desayuno
pues los perros ya te ladran
esperando a que los subas
al coche que raudo arranca;
cae una suave llovizna
mientras la campiña exhala
su fragancia a hierba tierna
y juventud verde y calma;
llueve un blando calabobos
en el campo de manzanas,
mientras pones la escalera
al cielo de madrugada,
viendo cómo el sol asciende
en el alba perfumada.
III
Llueve a mediados de agosto
sobre oleajes de alfalfa,
llueve y los mares de hierba,
tréboles y albahaca
con la tormenta se mecen
cual océanos de paja.
Llueve despacio y sin ruido
de cristal en la ventana
de tu viejo cuarto azul
en que las horas desgranas,
llueve diciendo que somos
tierra, aire, fuego y agua.
Llueve y el suelo es estanque,
y Dios, un arco y sus gamas,
llueve y llueve sin parar
mientras las nubes te cantan
que tú también eres campo,
y te has de anegar mañana.
DESPERTAR EN LA CIUDAD ENFERMA
…Tomé la estrella de la noche fría / y suavemente / la eché sobre las aguas. / Y no me sorprendió que se alejara / como un pez insoluble / moviendo / en la noche del río / su cuerpo…
Pablo Neruda
I
Déjame, Muerte, que vuelva
de regreso a tu lado,
al smog y la ciudad,
pues el campo no es el campo;
déjame con mi angustia,
el covid y el desamparo
al ver el campo desierto,
un edén deshabitado;
déjame que aquí te cuente
que hoy descansan los arados,
que las acequias se secan,
no hay pastor en los rebaños.
II
Déjame, Muerte, que llore
pues los padres trabajaron
unos campos de Aragón,
hoy, eriales solitarios;
déjame que los recuerde
y espere verlos un año,
campos fragantes de lluvia,
trigo, cebada y cilantro,
una tierra que fue cielo,
y hoy, paraíso olvidado,
nada más que un dios sin fieles
al que nadie va a adorarlo.
EL ALTAR DE SÁNDALO
… Mortal como soy, sé que nací por un día; pero cuando sigo la multitud de estrellas en su curso circular, mis pies ya no tocan la Tierra…
Tolomeo
I
Igual que las religiones
guardan en casa los santos
en iconos de madera,
así es la planta del sándalo,
un pedacito de tierra
en la maceta adorado,
perfumada analogía
de los mejor de los campos,
el espíritu del soto
en altar hecho de barro.
II
Igual que los viejos novios
escondían el retrato
de su amada en la cartera,
así, en este mundo urbano,
algunos en las ventanas
muestran al Dios más cercano,
ese san Antonio verde
en terroso escapulario,
Pan acaso, tal vez Gea,
san Francisco o san Pantario,
un santo igual que los otros,48
entre divino y precario,
un sahumerio embriagador,
sedante y afrodisíaco.
III
Igual que en la religión,
en las casas reina el sándalo
cual estrella allí caída
con su fragancia alumbrando:
Casiopea, tal vez Sirio,
o, quizás, Alfa Centauro,
fuente de luz que perfuma
lo que somos y en que estamos,
que igual que en la obra de Ovidio,
un dios se mutó en un árbol.