A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

JAIME GIL de BIEDMA

JAIME GIL de BIEDMA

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POETAS DEL MUNDO [Mi poema]
Pablo Thiago Rocca [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Me han dicho y es por alguien que lo oyó
que en poetas del mundo yo aparezco*,
es algo que me gusta, que merezco,
pues el mundo es un poema como yo
que al mundo pertenezco.

Un poema, dijiste, ¡madre mía!
si así fuera será sacramental
el Auto en el que lucha el bien y el mal
disputando a rabiar y la porfía
acaba en carnaval.

Menudo carnaval es este mundo
haciendo los humanos de payasos,
dispuestos a medrar, cerebro escasos.
Yo eterno pordiosero y vagabundo,
pendiente un marcapasos.

Por eso aquí me evado y por si acaso
anhelo sin parar que el paraíso
echarte es al coleto algún buen guiso
pudiendo descansar al cielo raso,
seguir siendo insumiso.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Pablo Thiago Rocca

el límite

él
mi cuerpo
el irrepetible
mira con inquietud
la multiplicación de los astros

las imágenes similares le entristecen lo clonado la lluvia
de pantallas a veces se extraña él recelando en secreto
la distancia y el plagio nada aparente de los bruñidos

azogues que asalta el invierno
cuando bate la duda
y su enigma cobra
la consistencia
de lo efímero
de El cuerpo y su sombra, 1997

II

por los ojos de cumae
por sus flores
vienen los siglos

no estamos solos
cuando cruzas el patio
y cuelgas la ropa

los rotos palillos de madera
prenden el corazón de cumae

los ejércitos avanzan
entre la loza fenicia
y la plata dorada de sardis

caminando vienen
a verte
y tú cuelgas la blusa llorando
con las crines al suelo –goterones–

no estamos solos esta tarde
el cielo también es de ellos
–acanto y milenios–
hasta las hormigas lo saben
de La bicicleta etrusca, 2014

El escultor

no podría si quiera
soñar tu cara de esmeralda partida
y pulida con brutal esmero
ni limar silente las aristas de tu cuerpo
hasta que una delgada brisa
parecida al tiempo
esparciera ese aserrín perfecto de carpintero viejo
ese trabajo de dioses juntapapeleros
aunque fuese un verdadero escultor
escultor de la muerte que heredé
picapiedras pica papeles inamovibles como cadenas
aunque tuviera
la prueba de tu infamia
y los golpes los besos de un mar de desencuentros
me ayudaran a reconstruir
la fatiga de nuestro único sueño
y así sin embargo con el cincel de la imagen
como labrar el agua
no podría.
(de Poemas y otras mentiras, 1989)

Romanía

mientras desayuno en el hotel / colacione libera
inclusa / todas las mañanas veo a un ciego que
me escucha comer / paseando su oscuridad entre
las mesas

sin gafas / lleva los ojos bien apretados / como si
no quisiese ver / como si intentara recuperar algo
entrañablemente escondido

pasea a veces / con las manos en los bolsillos
o tanteando las mesas con la punta de unos dedos
flacos / tiene la edad de sus pensamientos / el pelo
negro llovido sobre la frente / la camisa blanca
y discreta

no es una historia alegre la de este ciego / he oído
cómo lo retan / no llego a comprender bien por qué niñez
lo he visto sentado solo / sumido en una contemplación
oscura y silenciosa / no sé qué cosa busque
entre las mesas / amanteladas de un rosado
pálido que / sin duda / le haría estremecer

tiene la edad de un terrible advenimiento / el pelo
negro incrustado en la sien / la camisa tenue y
modesta / no lleva bastón en mano / conduce
de memoria este destino / porque conoce el hambre
de los turistas indiscretos
(De Los suburbios de dios, 2000)

Edad del cuerpo

llueve sobre el mar
como una redundancia

estamos descalzos en el aguacero
hambrientos para la tarde
que es agua

fuimos hechos para cosas así
supongo
la arena se disuelve en la arena
el tiempo no guarda palabras.
(de El cuerpo y su sombra, 1997)

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El contrasentido, decimos, es natural en el poeta, diríase que en todos los poetas: toda poesía es autobiográfica, descarnadamente en el caso de

IDILIO EN EL CAFÉ - Gil de Biedma,

Ahora me pregunto si es que toda la vida
hemos estado aquí. Pongo, ahora mismo,
la mano ante los ojos —qué latido
de la sangre en los párpados— y el vello
inmenso se confunde, silencioso,
a la mirada. Pesan las pestañas.

No sé bien de qué hablo. ¿Quiénes son,
rostros vagos nadando como en un agua pálida,
éstos aquí sentados, con ojos vivientes?
La tarde nos empuja a ciertos bares
o entre cansados hombres en pijama.

Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.
Queda también silencio entre nosotros,
silencio
y este beso igual que un largo túnel.

C’EST LA VIE [Mi poema]
Atahualpa Yupanqui [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Vivir es consumirse lentamente,
echar leña y pasión a cada instante,
seguir siempre de frente hacia adelante,
borracho disfrutando en el presente
cual caballero andante.

La vida es estertor, escalofrío,
así Damocles roce con su espada,
tratando de salir de la manada,
haciéndole algún guiño al albedrío
o dando una patada.

Que vivir sin soñar no trae a cuenta,
un peñazo, es un tocho, muy aburrido,
sería más mejor no haber comido
pitanza que ha salido tan grasienta,
como un pedo fallido.

La vida sin amor, una cagada
¡qué pena de Calisto y Melibea!
la historia interminable de una tea
que antes de dar a luz ya está apagada
o muerta en la pelea.

¿Què decir del humor? una pedrada
con saña y con furor a la alegría,
azúcar y limón que en la sangría
te indica que sin ella no eres nada
de jugo está baldía.

No pediste venir y aquí has venido
cual pollo desnortado sin cabeza,
comienzas a sentir por qué alguien reza
e intentas comportarte presumido
mostrando tu torpeza.
©donaciano bueno.

MI POETA SUGERIDO:  Atahualpa Yupanqui

Destino Del Canto

Nada resulta superior al destino del canto.
Ninguna fuerza abatirá tus sueños,
Porque ellos se nutren con su propia luz.
Se alimentan de su propia pasión.
Renacen cada día, para ser.
Sí, la tierra señala a sus elegidos
El alma de la tierra, como una sombra, sigue a los
seres
Indicados para traducirla en la esperanza, en la pena,
En la soledad.
Si tú eres el elegido, si has sentido el reclamo de la
tierra,
Si comprendes su sombra, te espera
Una tremenda responsabilidad.
Puede perseguirte la adversidad,
Aquejarte el mal físico,
Empobrecerte el medio, desconocerte el mundo,
Pueden burlarse y negarte los otros,
Pero es inútil, nada apagará la lumbre de tu antorcha,
Porque no es sólo tuya.
Es de la tierra, que te ha señalado.
Y te ha señalado para tu sacrificio, no para tu
vanidad.
La luz que alumbra el corazón del artista
Es una lámpara milagrosa que el pueblo usa
Para encontrar la belleza en el camino,
La soledad, el miedo, el amor y la muerte.
Si tú no crees en tu pueblo, si no amas, ni esperas,
Ni sufres, ni gozas con tu pueblo,
No alcanzarás a traducirlo nunca.
Escribirás, acaso, tu drama de hombre huraño,
Solo sin soledad …
Cantarás tu extravío lejos de la grey, pero tu grito
Será un grito solamente tuyo, que nadie podrá ya
entender.
Sí, la tierra señala a sus elegidos.
Y al llegar el final, tendrán su premio, nadie los
nombrará,
Serán lo «anónimo»,
Pero ninguna tumba guardará su canto ..

Caminito del indio

Caminito del indio,
sendero coya
sembrado de piedras.
Caminito del indio
que junta el valle
con las estrellas.

Caminito que anduvo
de sur a norte
mi raza vieja
antes que en la montaña
la Pachamama
se ensombreciera.

Cantando en el cerro
llorando en el río,
se agranda en la noche
la pena del indio.

El sol y la luna
y este canto mío
besaron sus piedras,
camino del indio.

En la noche serrana
llora la quena
su honda nostalgia.

Y el camino sabe
cuál es la coya
que el indio llama.
Se levanta en la noche
la voz doliente
de la baguala.
Y el camino lamenta
ser el culpable
de la distancia.

El Poeta

Tú piensas que eres distinto
porque te dicen poeta,
y tienes un mundo aparte
más allá de las estrellas.

De tanto mirar la luna
ya nada sabes mirar,
eres como un pobre ciego
que no sabe adónde va…

Vete a mirar los mineros,
los hombres en el trigal,
y cántale a los que luchan
por un pedazo de pan.

Poeta de tiernas rimas,
vete a vivir a la selva,
y aprenderás muchas cosas
del hachero y sus miserias.

Vive junto con el pueblo,
no lo mires desde afuera,
que lo primero es ser hombre,
y lo segundo, poeta.

Si una guitarra triste me dijera

Si una guitarra triste me dijera
que no quiere morir entristecida,
me pondría a rezar sobre su herida
con tal de recobrar su primavera.

Si un triste trovador hoy me pidiera
un poquito de luz para su vida,
toda la selva en fuego convertida
para su corazón yo le ofreciera.

Mas, de poco valió la proclamada
pujanza de mi anhelo, si callada
la muerte te llevó, Daniel Reguera.

Pasa tu zamba por la noche oscura,
y el eco de tu voz en la llanura
sigue buscando luz y primavera.

El Grito (poema)

El corazón es un arco.
Casi no cabe en el pecho.
Y vuela quebrada arriba
El grito de los arrieros.

Peligro, marcha, atención.
Coraje, pena, despecho.
El grito salta en las piegras
Atropellando el silencio.

Alegrías pasajeras.
Sombras que duelen adentro.
Angustia de cien caminos
Tienen los gritos del cerro.

Poncho azul y colorado.
Buen caballo y buen apero.
El corazón, como un arco
Que ya no cabe en el pecho.

Y en la mitad del camino
Un grito que llena el cerro,
Diciendo cosas distintas
Aunque parezcan lo mesmo.

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La vida a veces” - Jaime Gil de Biedma

La vida a veces es tan breve
y tan completa que un minuto
– cuando me dejo y tú te dejas –
va más aprisa y dura mucho.

La vida a veces es más rica.
Y nos convida a los dos juntos
a su palacio, entre semana,
o los domingos a dar tumbos.

La vida entonces, ya se cuenta
por unidades de amor tuyo,
tan diminutas que se olvidan
en lo feliz, en lo confuso.

La vida a veces es muy poco
y tan intensa -si es tu gusto-
Hasta el dolor que tú me haces
da otro sentido a ser del mundo.

La vida; luego, ya es nosotros
hasta el extremo más inmundo.

Porque quererse es un castigo
y es un abismo vivir juntos.

[su_url de youtube="https://youtu.be/vv-bDYCcU1I"]

LA VIDA SE NOS VA… [Mi poema]
Jacobo Cárcamo [Poeta sugerido]

MI POEMA ...de medio pelo

 

La vida se nos va poquito a poco,
deprisa, simulando va despacio,
trazando una garabato en el espacio,
mirando hacia otro lado, haciendo el loco,
al ritmo de las cosas de palacio.

Se va sin rechistar, sin decir nada.
de puntillas, se va sin hacer ruido,
sin casi hacer notar y ya se ha ido
cual vuela ese vapor de una meada
si sales a hacer pis y allí hace frío.

Que el tiempo es poco más que una mirada,
el daño del rasguño de una herida,
el tiempo de pensar que estás perdida
y ha venido a joderte esa jornada
un tipo que te suelta una parida.

Que el tiempo se nos va sin que lo notes,
entre falsas diatribas y diretes
absorto por el ruido de cohetes,
los sueños que te ayudan a que flotes,
y zotes que te anudan sus grilletes.

Mirando si son galgos o podencos,
si primero fue el huevo o la gallina,
¿es cierto existe dios?, si alguien opina
y no reconocer somos zopencos
o apenas el proyecto de una inquina.
©donaciano bueno

#Quizás tú ya te has dado cuenta Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Jacobo Cárcamo

ANTIFONA DEL PUÑO

Una mano abierta…
nada más triste que una mano abierta…
es la mano que pide,
la mano que se humilla
por el sol negro de un mendrugo
o por el ojo rojo de un centavo.

Oh el entusiasmo vertical
de un puño en alto…
es como un mástil de orgullos
dispuesto a defenderse,
es como un botón de rebeldías
listo para reclamar.

Nada más bello,
nada más elegante
que alzar como una grímpola de fuego
la protesta redonda de una mano cerrada.

TIRANÍA EN HONDURAS

Tiburcio Carías:
Hitler de mi doliente Patria,

escorpión de los silos de América,
Mussolini de lata:
el justiciero instante se aproxima.
La Carta del Atlântico levanta
sobre cada tirano

su guadaña;

desde oscuros sepulcros
mil dedos te señalan,
«indispensable» sátrapa
recostado en un lecho de bayoneta y sangre,
estiércol de la historia de mi Patria.
Hirohito mestizo,
Mussolini de lata.
La sangre que has vertido es una ola
que está cubriendo ya tus negras plantas;
se juntan las mujeres y maldicen
tu nepótica etapa;
el estudiante honesto
te escupe su coraje en plena cara;
desde su estatua de glorioso bronce
Morazán te amenaza;
la Bandera te mira con vergüenza
y el Himno Nacional los tímpanos te araña,
Hirohito mestizo,

Mussolini de lata.

Mi pueblo inerme, pero unido,
espera su aurora de venganza …
La Carta del Atlántico lo apoya,
todos los hombres libres lo acompañan.
Tomará su Bastilla un mediodía,
que tu miopía a vislumbrar no alcanza;
hundirá más tu figura en los fangales;
recogerá sus leyes pisoteadas
y dirá lo que quiera en toda parte,
sin temor a prisiones ni a matanzas.
El justiciero instante se aproxima,
Hitler de mi sangrante Patria
Hirohito mestizo
Mussolini de lata.

AUNQUE NO ESTOY CONFORME

Aunque no estoy conforme,
yo agradezco a la vida porque he vivido pobre.
Tal vez si fuera ricotendría el alma duray sordos los oídos
y cerrados los ojos.
Tal vez si fuera rico,mi verso -caracol humano-
no sería esta recia repercusión de pueblos
enloquecidos de hambre.
Aunque no estoy conforme,yo agradezco a la vida!

AGUA FUERTE DE MEXICO

MEXICO: El único país con una X
que es J de emoción al pronunciarla…
mapa de la esperanza:
esclavo que te pisa se liberta,
hombre que te pronuncia se entusiasma.
Como dioses de pórfido…
como azulados cóndores de amor…
como laureles de berilo y sol,
sin pasaporte entran tus héroes
en la nimia republica de mi corazón.
Soy una hoja de tus jacarandas…
un nuevo caracol en tus arenas…
una alga en el moare (1) de tus lagunas.
Y pienso que al final de mis afanes,
ya con el alma llena de espinas de nopales,
ha de brotar sobre mi frente
el canerio feliz de tus volcanes.
TUS AHUEHUETES: Morelos del paisaje…
altas estelas de tezontle verde…
Panchos Villas vegetales
con sus cananas de rumores
y arriscado el sombrero de follajes.
TUS JARDINES: lunados carruseles
donde da vueltas un cinturón de hombres
y un cíngulo de aromado de mujeres,
bajo el pirú (2) monumental,
ante la yerba de esmeraldas,
y al compas de la garrula banda municipal.
TUS ESTATUAS: con regular justicia distribuidas
por tu azul territorio generoso…
firmes desde los bronces y los mármoles…
las frentes levantadas y los ojos en celo…
patinadas de tanto verlas
y casi en vuelo por su sed de cielo.
TUS MUJERES: hermanas de tus flores,
poseen la redonda fragancia de los frutos…
con una voz de mandolinas leves…
bellas bajo las noches de las trenzas,
paseando el cuerpo indemne
entre chinampas de amores
y bajo de arboles solemnes.
TUS RANCHOS: son estancias generosas…
recatados palacios de tu pueblo,
enclavados en las lomas
o a la orilla del lago besado de canoas,
dónde Xóchitl vacía su leche fermentosa…
sonríe la india tras la rosa…
el árbol pasea su sombra
y se ofrenda la suave barbacoa.
TU CORRIDO: musical caballería…
avalancha de trinos y colores
en que el amor se vacía
como en un molde de magnolias liricas…
y la Revolución se hace armonía
para que México la cante y la sonría.
TUS RUINAS: son pretéritos infolios…
cartulinas de luz de las centurias…
pétreos huipiles aborígenes
donde el indio nos da su arquitectura
con grecas de emoción y líneas puras:
Chi-Chen Itza, Uxmal, Teotihuacan
estampan su cultura sobre las rocas
en un alarde de eternidad.
MEXICO: el único país con una X
que es J de emoción al pronunciarla…
porque extiendes tus manos
con cayos de desierto y venajes de ríos
a los perseguidos, los parias y los muertos…
por tus paisajes, por tus mujeres, por tus hazañas,
ha de ser de obsidiana tu vernácula estatua…
Tu Escudo, un Calendario con el águila…
tu Bandera, ese símbolo
que hasta el viento vuelve tricolor…
todo bajo este cielo magistral…
¡y en el centro, un volcán que ya no arroja lava porque murió de amar!

AL AHUEHUETE

Ahuehuete soberbio…
viejo cartujo de una edad de gloria…
enorme ola botánica…
machete de armonía
que en el silencio puro de los bosques
partes en ritmo la melancolía.
A tus plantas llego,
a derramar sus lagrimas
–que eran amarga esencia de congoja–
el audaz Capitán:
¡y arriba se reía
tu sindicato lirico de hojas!
Esa que llama “Noche Triste”
es el día mas claro de tu vida…
en la mitología del México bravío
Tu eres Cuauhtemoc y eres Moctezuma:
erigen su silencio en el martirio
y en la prisión se mueren de amargura:
¡esfinges de bravura…
¡quetzales colosales!
Cuando el ladrón de ayer
avanzo como un viento corrosivo
Tu sin bajar la frente lo miraste
y aguardaste parado como un indio.
Paso bajo tu sombra, que enrojeció de ira…
paso sobre tus hojas que crujieron de cólera…
tus ramas se crisparon como brazos de hierro…
tu savia se hizo fuego
y tus raíces fueron víboras bajo el suelo.
Pero los Niños Héroes–
–gotas humanas de tu patriotismo
y nervios de tus hojas
y ensueño de tus flores
y tendones azules de tu mismas raíces–
gritaron tu coraje en la batalla,
se tiraron al aire en sus banderas
y desde tus cimeras,
llenas de resplandores,
rodaron hasta el suelo,
disparando todavía sus rifles superiores.
¡Oh verdoso aguafuerte del pasado…
Los Niños Héroes–
–ahuehuetes pequeños
sabinos minuciosos
que hacen de ramas brazos y se van a la Guerra–
–supieron ser tan grandes
como un ombú argentino
o como un tamarindo de mi tierra.
Pero no solo la epopeya roja…
pero no solo el huracán de pólvora
que pasa por la vida cercenando oropéndolas,
han prendido en tu alma vegetal
ese diamanterio de heroísmo
que hace de caja hoja tuya una señal.
También en este día vocinglero,
floreciente el florero
de un nuevo carnaval,
te haces confeti sobre los caminos…
ríes sin risa, así, por tu corteza
y prendes tus cantos emotivos
en los oídos de las novias
como en jazmines vivos.
Y por la noche, mientras el paisaje
duerme en el corazón de la laguna,
atraviesa la paz de tus follajes
el submarino de ámbar de la luna.
Hoy eres pebetero de alegría…
torres de risas verdes, alcándara de cielo:
canta la hija viva en el ramaje
y la otra, la humana, la del suelo.
Como si bajo el pétalo de un lirio
se escondieran todas las libélulas…
como si bajo el ala de una estrella
pusieranse a reír todas las reinas…
como si bajo un pórtico de olas
se guarecieran todos los poemas
así, bajo tu palio de esmeraldas
y entre el coloquio de las serpentinas,
pasan las mujeres mexicanas:
y el viento ya no puede con las risas,
ni los perfumes, ni las melodías.
Ahuehuete altanero,
que entre el carnavalesco fulgurar de este día,
escondes tus rencores de guerrero…
y ante la risa de una mujer
y el ademan de un caballero,
sientes que se te endulzan las lagrimas de ayer.
La Lengua de Castilla
–que hasta en el viento penetro sus ritmos
jamás catequizo tus armonías:
tu garganta fue siempre la del indio.
¡Sí! eres en la película del sueño
una chirimía con alma de cuchillo…
una lanza que canta en lengua azteca
y una estela de azules jeroglíficos.
Y estas erguido aun,
ahuehuete guerrero…
obelisco de indios…
catedral de esmeraldas melodiosas…
erguido firmemente…
alta la verde frente el paisaje…
tensas las ramas…
el idioma puro,
y en todo el continente la elegancia
de un charro parado frente al Futuro!

PINOS DE HONDURAS

En los mas agresivos litorales…
alli donde las cumbres horadan firmamentos…
alli donde las rocas se orilla de cenit…
donde las aves bordean astros,
y el césped y el roció
y todo un film de flores y dolores
deambulan por los senos de la nube,
allí enarbolan su virtud de los pinos.
Pinos de Honduras…
bayonetas sonoras…
pagodas de zafiros…
capitanes de cordilleras,
con uniformes de tempestades
y con relámpagos por charreteras.
si un niño es un arbusto vagabundo…
si una madres es ceiba de sangre
vuelta lluvia de luna sobre el mundo…
si en cada hombre hay un poco de árbol,
por las venas de cada hondureño
discurre un mar de pinos sin segundo.
Es sudor campesino la savia de los pinos…
arden sentencias mayas en su escamoso tronco…
es un incienso laico su resina,
y son remedos de flechas remotas
los verdes alfileres de sus hojas.
Pinos de Honduras…
teponaxtles de luz…
cuando la noche adensa sus crayones
y mete su cuchilla en las cabañas…
cuando hasta la montana se recoge
bajo un cielo de turbios pabellones,
en terrenal tapete de terrores
y entre vientos de cobre,
abre su antigua lámpara el ocote.
En el vértice cívico…
en el pináculo septembrino,
pleno el aire de himnos y la tierra de niños,
el alma esta presente como el pino.

Y así también, cuando la mano
sórdida…sanguinaria…sombría,
viola el Jazmín y decapita al trino,
entonces con el agua hasta el designio
y los poros abiertos en historia,
junto a la piel del pino escucha el indio.
El descifra botánicos infolios…
el sabe el pensamiento de los arboles
como conoce el pino la raíz de los hombres.
Pinos de Honduras…
que en veranos de ópalo
y frente a gobelinos de arco iris,
extienden por los cerros sus cameras de hojas…
erigen en la brisa castillos de fragancias
y alargan sus rumores…
¡Perfumes musicados…sinfonías de olores!
Si en la tarde plagada de revólveres,
frente al panorama gris de buitres
y ante la sombra de la bota empírica…
si cuando nos cubren capuces de exilio,
o se nos va el laurel,
o nos tajan letales destinos,
¡pudiéramos llevarnos nuestros pinos!
Si en nuestros afanes tutelares
fuéramos como el rayo
que se resuelve en lumbre
para condecorarse de pinares!
Pinos de Honduras…
con mucho de escudo y de bandera…
marsellesas cilíndricas…
verticales caminos…
pirámides de índigo…
¡Brazos verdes de indios oprimidos
que entre pinares nacen… y mueren viendo pinos!

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No volveré a ser joven - Jaime Gil de Biedma

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Estructura
Este poema tiene una estructura encuadrada, ya que la idea principal la encontramos al principio y al final del poema.
Podemos dividir el poema en dos partes:
- La primera parte abarca la primera y segunda estrofa y nos expresa el deseo de juventud que tenía el autor por destacar entre todos los demás, sin darse cuenta de lo rápido que va pasando la vida.
- La segunda parte abarca la tercera estrofa y refleja lo rápido que ha pasado el tiempo y como el autor se ha ido dando cuenta, sin poder hacer nada ya para cambiarlo.

»JAIME GIL de BIEDMA [Mi poema]
Mis Maestros [Poeta sugerido]

Jaime Gil de Biedma fue un destacado miembro de la llamada Escuela de Barcelona, integrada también por Gabriel Ferrater, Carlos Barral y Juan Marsé. En 1968 apareció Poemas póstumos y en 1974 publicó Diario de un poeta seriamente enfermo, sus memorias. A partir de 1974, y coincidiendo con un cierto desencanto de la transición, padeció una crisis que le llevó a dejar la vida literaria y se recluyó en un férreo nihilismo.
Entre los libros que publicó se encuentran "Versos a Carlos Barral", "En favor de Venus", "Poemas póstumos" y, justo antes de refugiarse en las sombras, "Diario de un artista seriamente enfermo".

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LOS POEMAS
No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

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IDILIO EN EL CAFÉ

Ahora me pregunto si es que toda la vida
hemos estado aquí. Pongo, ahora mismo,
la mano ante los ojos —qué latido
de la sangre en los párpados— y el vello
inmenso se confunde, silencioso,
a la mirada. Pesan las pestañas.

No sé bien de qué hablo. ¿Quiénes son,
rostros vagos nadando como en un agua pálida,
éstos aquí sentados, con ojos vivientes?
La tarde nos empuja a ciertos bares
o entre cansados hombres en pijama.

Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.
Queda también silencio entre nosotros,
silencio
y este beso igual que un largo túnel.

 AMOR MÁS PODEROSO QUE LA VIDA

La misma calidad que el sol de tu país,
saliendo entre las nubes:
alegre y delicado matiz en unas hojas,
fulgor de un cristal, modulación
del apagado brillo de la lluvia.

La misma calidad que tu ciudad,
tu ciudad de cristal innumerable
idéntica y distinta, cambiada por el tiempo:
calles que desconozco y plaza antigua
de pájaros poblada,
la plaza en que una noche nos besamos.

La misma calidad que tu expresión,
al cabo de los años,
esta noche al mirarme:
la misma calidad que tu expresión
y la expresión herida de tus labios.

Amor que tiene calidad de vida,
amor sin exigencias de futuro,
presente del pasado,
amor más poderoso que la vida:
perdido y encontrado.
Encontrado, perdido...

 DÍAS DE PAGSANJÁN

Como los sueños, más allá
de la idea del tiempo,
hechos sueños de sueño os llevo,
días de Pagsanján.

En el calor, tras la espesura,
vuelve el río a latir
moteado, como un reptil.
Y en la atmósfera oscura

bajo los árboles en flor,
—relucientes, mojados,
cuando a la noche nos bañábamos—
los cuerpos de los dos.

ANTES DE SER MADURO

A José Antonio

Todavía la vieja tentación
de los cuerpos felices y de la juventud
tiene atractivo para mí,
no me deja dormir
y esta noche me excita.

Porque alguien contó historias
de pescadores en la playa,
cuando vuelven: la raya del amanecer
marcando, lívida, el límite del mar,
y asan sardinas frescas
en espetones, sobre la arena.
Lo imagino enseguida.
Y me coge un deseo de vivir
y ver amanecer, acostándote tarde,
que no está en proporción con la edad que ya tengo.

Aunque quizás alivie despertarse
a otro ritmo, mañana.
Liberado
de las exaltaciones de esta noche,
de sus fantasmas en blue jeans.

Como libros leídos han pasado los años
que van quedando lejos, ya sin razón de ser
—obras de otro momento.
Y el ansia de llorar
y el roce de la sábana, que me tenía inquieto
en las odiosas noches de verano,
el lujo de impaciencia y el don de la elegía
y el don de disciplina aplicada al ensueño,
mi fe en la gran historia...
Soldado de la guerra perdida de la vida,
mataron mi caballo, casi no lo recuerdo.
Hasta que me estremece
un ramalazo de sensualidad.

Envejecer tiene su gracias.
Es igual que de joven
aprender a bailar, plegarse a un ritmo
más insistente que nuestra experiencia.
Y procura también cierto instintivo
placer curioso,
una segunda naturaleza. 

CANCIÓN DE ANIVERSARIO

Porque son ya seis años desde entonces,
porque no hay en la tierra, todavía,
nada que sea tan dulce como una habitación
para dos, si es tuya y mía;
porque hasta el tiempo, ese pariente pobre
que conoció mejores días,
parece hoy partidario de la felicidad,
cantemos, alegría!

Y luego levantémonos más tarde,
como domingo. Que la mañana plena
se nos vaya en hacer otra vez el amor,
pero mejor: de otra manera
que la noche no puede imaginarse,
mientras el cuarto se nos puebla
de sol y vecindad tranquila, igual que el tiempo,
y de historia serena.

El eco de los días de placer,
el deseo, la música acordada
dentro en el corazón, y que yo he puesto apenas
en mis poemas, por romántica;
todo el perfume, todo el pasado infiel,
lo que fue dulce y da nostalgia,
¿no ves cómo se sume en la realidad que entonces
soñabas y soñaba?

La realidad —no demasiado hermosa—
con sus inconvenientes de ser dos,
sus vergonzosas noches de amor sin deseo
y de deseo sin amor,
que ni en seis siglos de dormir a solas
las pagaríamos. Y con
sus transiciones vagas, de la traición al tedio,
del tedio a la traición.

La vida no es un sueño, tú ya sabes
que tenemos tendencia a olvidarlo.
Pero un poco de sueño, no más, un si es no es
por esta vez, callándonos
el resto de la historia, y un instante
—mientras que tú y yo nos deseamos
feliz y larga vida en común—, estoy seguro
que no puede hacer daño.

  TRISTE HISTORIA

De todas las historias de la Historia
la más triste sin duda es la de España,
porque termina mal. Como si el hombre,
harto ya de luchar con sus demonios,
quisiera terminar con esa historia
de ese país de todos los demonios.

A menudo he pensado en esos hombres,
a menudo he pensado en la pobreza
de este país de todos los demonios.
Y a menudo he pensado en otra historia
distinta y menos triste; en otra España,
en donde ya no cuenten los demonios.

Pido que España expulse a esos demonios.
Que sea el hombre el dueño de su historia.
De todas las historias de la Historia
la más triste sin duda es la de España

CONTRA JAIME GIL DE BIEDMA

De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación —y ya es decir—,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colemena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?

Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.

Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años,
y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento
—seguro de gustar— es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras con tus ojos
de verdadero huérfano, y me lloras
y me prometes ya no hacerlo.

Si no fueses tan puta!
Y si yo supiese, hace ya tiempo,
que tú eres fuerte cuando yo soy débil
y que eres débil cuando me enfurezco...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.

A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo! 

CONVERSACIÓN

Los muertos pocas veces libertad
alcanzáis a tener, pero la noche
que regresáis es vuestra,
vuestra completamente.

Amada mía, remordimiento mío,
la nuit c’est toi cuando estoy solo
y vuelves tú, comienzas
en tus retratos a reconocerme.

¿Qué daño me recuerda tu sonrisa?
¿Y cuál dureza mía está en tus ojos?
¿Me tranquilizas porque estuve cerca
de ti en algún momento?

La parte de tu muerte que me doy,
la parte de tu muerte que yo puse
de mi cosecha, cómo poder pagártela...
Ni la parte de vida que tuvimos juntos.

Cómo poder saber que has perdonado,
conmigo sola en el lugar del crimen?
Cómo poder dormir, mientras que tú tiritas
en el rincón más triste de mi cuarto?

EN UNA DESPEDIDA

A Jimmy Baldwin

Tardan las cartas y son poco
para decir lo que uno quiere.
Después pasan los años, y la vida
(demasiado confusa para explicar por carta)
nos hará más perdidos.
Los unos en los otros, iguales a las sombras
al fondo un pasillo desvayéndonos,
viviremos de luz involuntaria
pero sólo un instante, porque ya el recuerdo
será como un puñado de conchas recogidas,
tan hermoso en sí mismo que no devuelve nunca
las palmeras felices y el mar trémulo.

Todo fue hace minutos: dos amigos
hemos visto tu rostro terriblemente serio
queriendo sonreír.
Has desaparecido.
Y estamos los dos solos y en silencio,
en medio de este día de domingo,
bellísimo de mayo, con matrimonios jóvenes
y niños excitados que gritaban
al levantarse tu avión.
Ahora las montañas parecen más cercanas.
Y, por primera vez,
pensamos en nosotros.

A solas con tu imagen,
cada cual se conoce por este sentimiento
de cansancio, que es dulce —como un brillo de lágrimas
que empaña la memoria de estos días,
esta extraña semana.
Y el mal que nos hacemos,
como el que a ti te hicimos, lo inevitablemente
amargo de esta vida en la que siempre, siempre,
somos peores que nosotros mismos,
acaso resucite un viejo sueño
sabido y olvidado.
El sueño de ser buenos y felices.

Porque sueño y recuerdo tienen fuerza
para obligar la vida,
aunque sean no más que un límite imposible.
Si este mar de proyectos
y tentativas naufragadas,
este torpe tapiz a cada instante
tejido y destejido,
esta guerra perdida,
nuestra vida,
da de sí alguna vez un sentimiento digno,
un acto verdadero,
en él tu estarás para siempre asociado
a mi amigo y a mí. No te habremos perdido.

MAÑANA DE AYER, DE HOY

Es la lluvia sobre el mar.
En la abierta ventana,
contemplándola, descansas
la sien en el cristal.Imagen de unos segundos,
quieto en el contraluz
tu cuerpo distinto, aún
de la noche desnudo.Y te vuelves hacia mí,
sonriéndome. Yo pienso
en cómo ha pasado el tiempo,
y te recuerdo así.

NOSTALGIE DE LA BOUE

Nuevas disposiciones de la noche,
sórdidos ejercicios  al dictado, lecciones del deseo
que yo aprendí, pirata,
oh joven pirata de los ojos azules.

En calles resonantes la oscuridad tenía
todavía la misma espesura total
que recuerdo en mi infancia.
Y dramáticas sombras, revestidas
con el prestigio de la prostitución,
a mi lado venían de un infierno
grasiento y sofocante como un cuarto de máquinas.

¡Largas últimas horas,
en mundos amueblados
con deslustrada loza sanitaria
y cortinas manchadas de permanganato!
Como un operario que pule una pieza,
como un afilador,
fornicar poco a poco mordiéndome los labios.
Y sentirse morir por cada pelo
de gusto, y hacer daño.

La luz amarillenta, la escalera
estremecida toda de susurros, mis pasos,
eran aún una prolongación
que me exaltaba,
lo mismo que el olor en las manos
—o que al salir el frío de la madrugada, intenso
como el recuerdo de una sensación.

UN CUERPO ES EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE

Las horas no han pasado, todavía,
y está mañana lejos igual a un arrecife
que apenas distingo.

Tú no sientes
cómo el tiempo se adensa en esta habitación
con la luz encendida, como está fuera el frío
lamiendo los cristales...Qué desprisa,
en mi cama esta noche, animalito,
con la simple nobleza de la necesidad,
mientras que te miraba, te quedaste dormido.

Así pues, buenas noches.
Ese país tranquilo
cuyos contornos son los de tu cuerpo
da ganas de morir recordando la vida,
o de seguir despierto
—cansado y excitado— hasta el amanecer.

A solas con la edad, mientras tú duermes
como quien no ha leído nunca un libro,
pequeño animalito: ser humano
—más franco que en mis brazos—,
por lo desconocido.

PRÍNCIPE DE AQUITANIA, EN SU TORRE ABOLIDA

Una clara conciencia de lo que ha perdido,
es lo que le consuela. Se levanta
cada mañana a fallecer, discurre por estancias
en donde sórdamente duele el tiempo
que se detuvo, la herida mal cerrada.
Dura en ningún lugar este otro mundo,
y vuelve por la noche en las paradas
del sueño fatigoso... Reino suyo
dorado, cuántas veces
por él pregunta en la mitad del día,
con el temor de olvidar algo!
Las horas, largo viaje desabrido.
La historia es un instante preferido,
un tesoro en imágenes, que él guarda
para su necesaria consulta con la muerte.
Y el final de la historia es esta pausa.

LÁGRIMA

No veían la lágrima.

Inmóvil
en el centro de la visión, brillando,
demasiado pesada para rodar por mejilla de hombre,
inmensa,
decían que una nube, pretendían, querían
no verla
sobre la tierra oscurecida,
brillar sobre la tierra oscurecida.

Ved en cambio a los hombres que sonríen,
los hombres que aconsejan la sonrisa.
Vedlos
presurosos, que acuden.
Frente a la sorda realidad
peroran, recomiendan, imponen confianza.
Solícitos, ofrecen sus servicios. Y sonríen,
sonríen.
Son los viles
propagandistas diplomados
de la sonrisa sin dolor, los curanderos
sin honra.

La lágrima refleja
sólo un brillo furtivo
que apenas espejea.
La descubre la sed,
apenas, de los ojos
sobre los doloridos
utensilios humanos
-igual como descubre
el río que, invisible,
espejea en las hojas
movidas-, pero a veces
en cambio, levantada,
manifiesta, terrible,
es un mar encendido
que hace daño a los ojos,
y su brillo feroz
y dura transparencia
se ensaña en la sonrisa
barata de esos hombres
ciegos, que aún sonríen
como ventanas rotas.

He ahora el dolor
de los otros, de muchos,
dolor de muchos otros, dolor de tantos hombres,
océanos de hombres que los siglos arrastran
por los siglos, sumiéndose en la historia.
Dolor de tantos seres injuriados,
rechazados, retrocedidos al último escalón,
pobres bestias
que avanzan derrengándose por un camino hostil,
sin saber dónde van o quién les manda,
sintiendo a cada paso detrás suyo ese ahogado resuello
y en la nuca ese vaho caliente que es el vértigo
del instinto, el miedo a la estampida,
animal adelante, hacia adelante, levantándose
para caer aún, para rendirse
al fin, de bruces, y entregar
el alma porque ya
no pueden más con ella.

Así es el mundo
y así los hombres. Ved
nuestra historia, ese mar,
ese inmenso depósito de sufrimiento anónimo,
ved cómo se recoge
todo en él: injusticias
calladamente devoradas, humillaciones, puños
a escondidas crispados
y llantos, conmovedores llantos inaudibles
de los que nada esperan ya de nadie...
Todo, todo aquí se recoge, se atesora, se suma
bajo el silencio oscuramente,
germina
para brotar adelgazado en lágrima,
lágrima transparente igual que un símbolo,
pero reconcentrada, dura, diminuta
como gota explosiva, como estrella
libre, terrible por los aires, fulgurante, fija,
único pensamiento de los que la contemplan
desde la tierra oscurecida,
desde esta tierra todavía oscurecida.

ALBADA

Despiértate. La cama está más fría
y las sábanas sucias en el suelo.
Por los montantes de la galería
llega el amanecer,
con su color de abrigo de entretiempo
y liga de mujer.

Despiértate pensando vagamente
que el portero de noche os ha llamado.
Y escucha en el silencio: sucediéndose
hacia lo lejos, se oyen enronquecer
los tranvías que llevan al trabajo.
Es el amanecer.

Irán amontonándose las flores
cortadas, en los puestos de las Ramblas,
y silbarán los pájaros –cabrones-
desde los plátanos, mientras que ven volver
la negra humanidad que va a la cama
después de amanecer.

Acuérdate del cuarto en que has dormido.
Entierra la cabeza en las almohadas,
sintiendo aún la irritación y el frío
que da el amanecer
junto al cuerpo que tanto nos gustaba
en la noche de ayer,

y piensa en que debieses levantarte.
Piensa en la casa todavía oscura
donde entrarás para cambiar de traje,
y en la oficina, con sueño que vencer,
y en muchas otras cosas que se anuncian
desde el amanecer.

Aunque a tu lado escuches el susurro
de otra respiración. Aunque tú busques
el poco de calor entre sus muslos
medio dormido, que empieza a estremecer.
Aunque el amor no deje de ser dulce
hecho el amanecer.

-Junto al cuerpo que anoche me gustaba
tanto desnudo, déjame que encienda
la luz para besarse cara a cara,
en el amanecer.
Porque conozco el día que me espera,
y no por el placer.

Peeping Tom 

Ojos de solitario, muchachito atónito
que sorprendí mirándonos
en aquel pinarcillo, junto a la Facultad de Letras,
hace más de once años,

al ir a separarme,
todavía atontado de saliva y de arena,
después de revolcarnos los dos medio vestidos,
felices como bestias.

Te recuerdo, es curioso
con qué reconcentrada intensidad de símbolo,
va unido a aquella historia,
mi primera experiencia de amor correspondido.

A veces me pregunto qué habrá sido de ti.
Y si ahora en tus noches junto a un cuerpo
vuelve la vieja escena
y todavía espías nuestros besos.

Así vuelve a mí desde el pasado,
como un grito inconexo,
la imagen de tus ojos. Expresión
de mi propio deseo.

Pandémica y celeste 

Imagínate ahora que tú y yo
muy tarde ya en la noche
hablemos hombre a hombre, finalmente.
Imagínatelo,
en una de esas noches memorables
de rara comunión, con la botella
medio vacía, los ceniceros sucios,
y después de agotado el tema de la vida.
Que te voy a enseñar un corazón,
un corazón infiel,
desnudo de cintura para abajo,
hipócrita lector -mon semblable,-mon frère!

Porque no es la impaciencia del buscador de orgasmo
quien me tira del cuerpo a otros cuerpos
a ser posiblemente jóvenes:
yo persigo también el dulce amor,
el tierno amor para dormir al lado
y que alegre mi cama al despertarse,
cercano como un pájaro.
¡Si yo no puedo desnudarme nunca,
si jamás he podido entrar en unos brazos
sin sentir -aunque sea nada más que un momento-
igual deslumbramiento que a los veinte años!

Para saber de amor, para aprenderle,
haber estado solo es necesario.
Y es necesario en cuatrocientas noches
-con cuatrocientos cuerpos diferentes-
haber hecho el amor. Que sus misterios,
como dijo el poeta, son del alma,
pero un cuerpo es el libro en que se leen.

Y por eso me alegro de haberme revolcado
sobre la arena gruesa, los dos medio vestidos,
mientras buscaba ese tendón del hombro.
Me conmueve el recuerdo de tantas ocasiones...
Aquella carretera de montaña
y los bien empleados abrazos furtivos
y el instante indefenso, de pie, tras el frenazo,
pegados a la tapia, cegados por las luces.
O aquel atardecer cerca del río
desnudos y riéndonos, de yedra coronados.
O aquel portal en Roma -en vía del Balbuino.
Y recuerdos de caras y ciudades
apenas conocidas, de cuerpos entrevistos,
de escaleras sin luz, de camarotes,
de bares, de pasajes desiertos, de prostíbulos,
y de infinitas casetas de baños,
de fosos de un castillo.
Recuerdos de vosotras, sobre todo,
oh noches en hoteles de una noche,
definitivas noches en pensiones sórdidas,
en cuartos recién fríos,
noches que devolvéis a vuestros huéspedes
un olvidado sabor a sí mismos!
La historia en cuerpo y alma, como una imagen rota,
de la langueur goutée  a ce mal d'être deux
Sin despreciar
-alegres como fiesta entre semana-
las experiencias de promiscuidad.

Aunque sepa que nada me valdrían
trabajos de amor disperso
si no existiese el verdadero amor.
Mi amor,
íntegra imagen de mi vida,
sol de las noches mismas que le robo.

Su juventud, la mía,
-música de mi fondo-
sonríe aún en la imprecisa gracia
de cada cuerpo joven,
en cada encuentro anónimo,
iluminándolo. Dándole un alma.
Y no hay muslos hermosos
que no me hagan pensar en sus hermosos muslos
cuando nos conocimos, antes de ir a la cama.

Ni pasión de una noche de dormida
que pueda compararla
con la pasión que da el conocimiento,
los años de experiencia
de nuestro amor.
Porque en amor también
es importante el tiempo,
y dulce, de algún modo,
verificar con mano melancólica
su perceptible paso por un cuerpo
-mientras que basta un gesto familiar
en los labios,
o la ligera palpitación de un miembro,
para hacerme sentir la maravilla
de aquella gracia antigua,
fugaz como un reflejo.

Sobre su piel borrosa,
cuando pasen más años y al final estemos,
quiero aplastar los labios invocando
la imagen de su cuerpo
y de todos los cuerpos que una vez amé
aunque fuese un instante, deshechos por el tiempo.
Para pedir la fuerza de poder vivir
sin belleza, sin fuerza y sin deseo,
mientras seguimos juntos
hasta morir en paz, los dos,
como dicen que mueren los que han amado mucho.

Loca

La noche, que es siempre ambigua,
te enfurece -color
de ginebra mala, son
tus ojos unas bichas.

Yo sé que vas a romper
en insultos y en lágrimas
histéricas. En la cama,
luego, te calmaré

con besos que me da pena
dártelos. Y al dormir
te apretarás contra mí
como una perra enferma.

Noches del mes de junio 

Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.

Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.

Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser más que un hombre, cuánto quise
morir
o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.

Resolución

Resolución de ser feliz

por encima de todo, contra todos

y contra mí, de nuevo

-por encima de todo, ser feliz-

vuelvo a tomar esa resolución.

Pero más que el propósito de enmienda

dura el dolor del corazón.

Noche triste de octubre

Definitivamente
parece confirmarse que este invierno
que viene, será duro.

Adelantaron
las lluvias, y el Gobierno,
reunido en consejo de ministros,
no se sabe si estudia a estas horas
el subsidio de paro
o el derecho al despido,
o si sencillamente, aislado en un océano,
se limita a esperar que la tormenta pase
y llegue el día, el día en que, por fin,
las cosas dejen de venir mal dadas.

En la noche de octubre,
mientras leo entre líneas el periódico,
me he parado a escuchar el latido
del silencio en mi cuarto, las conversaciones
de los vecinos acostándose,
todos esos rumores
que recobran de pronto una vida
y un significado propio, misterioso.

Y he pensado en los miles de seres humanos,
hombres y mujeres que en este mismo instante,
con el primer escalofrío,
han vuelto a preguntarse por sus preocupaciones,
por su fatiga anticipada,
por su ansiedad para este invierno,

mientras que afuera llueve.
Por todo el litoral de Cataluña llueve
con verdadera crueldad, con humo y nubes bajas,
ennegreciendo muros,
goteando fábricas, filtrándose
en los talleres mal iluminados.
Y el agua arrastra hacia la mar semillas
incipientes, mezcladas en el barro,
árboles, zapatos cojos, utensilios
abandonados y revuelto todo
con las primeras Letras protestadas.

En el nombre de hoy 

(...)

Para ti, que no te nombro,
amor mío -y ahora en serio-, 
para ti, sol de los días
y noches, maravilloso
gran premio de mi vida
de toda la vida, ¿qué puedo
decir, ni qué quieres que escriba
a la puerta de estos versos?
 
Finalmente a los amigos
compañeros de viaje
y sobre todos ellos 
a vosotros, Carlos, Ángel, 
Alfonso y Pepe, Gabriel
y Gabriel, Pepe (Caballero)
y a mi sobrino Miguel,
Joseagustín y Blas de Otero, 
 
a vosotros pecadores
como yo, que me avergüenzo
de los palos que no me han dado
señoritos de nacimiento
por mala conciencia escritores
de poesía social, 
dedico también un recuerdo,
y a la afición en general.
A una dama muy joven, separada 

En un año que has estado
casada, pechos hermosos,
amargas encontraste
las flores del matrimonio.

Y una buena mañana
la dulce libertad
elegiste impaciente,
como un escolar.

Hoy vestida de corsario
en los bares se te ve
con seis amantes por banda
-Isabel, niña Isabel-,

sobre un taburete erguida,
radiante, despeinada
por un viento sólo tuyo,
presidiendo la farra.

De quién, al fin de una noche,
no te habrás enamorado
por quererte enamorar!
Y todo me lo han contado.

¿No has aprendido, inocente,
que en tercera persona
los bellos sentimientos
son historias peligrosas?

Que la sinceridad
con que te has entregado
no la comprenden ellos,
niña Isabel. Ten cuidado.

Porque estamos en España.
Porque son uno y lo mismo
los memos de tus amantes,
el bestia de tu marido.

DE VITA BEATA

En un viejo país ineficiente,
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.

DEL AÑO MALO

Diciembre es esta imagen
de la lluvia cayendo con rumor de tren,
con un olor difuso a carbonilla y campo.
Diciembre es un jardín, es una plaza
hundida en la ciudad,
al final de una noche,
y la visión en fuga de unos soportales.

Y los ojos inmensos
—tizones agrandados—
en la cara morena de una cría
temblando igual que un gorrión mojado.
En la mano sostiene unos zapatos rojos,
elegantes, flamantes como un pájaro exótico.

El cielo es negro y gris
y rosa en sus extremos,
la luz de las farolas un resto amarillento.
Bajo un golpe de lluvia, llorando, yo atravieso,
innoble como un trapo, mojado hasta los cuernos.

NOCHES DEL MES DE JUNIO

A Luis Cernuda

Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.

Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.

Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser más que un hombre, cuánto quise
morir
o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.

ARTE POÉTICA

A Vicente Aleixandre

La nostalgia del sol en los terrados,
en el muro color paloma de cemento
—sin embargo tan vívido— y el frío
repentino que casi sobrecoge.

La dulzura, el calor de los labios a solas
en medio de la calle familiar
igual que un gran salón, donde acudieran
multitudes lejanas como seres queridos.

Y sobre todo el vértigo del tiempo,
el gran boquete abriéndose hacia dentro del alma
mientras arriba sobrenadan promesas
que desmayan, lo mismo que si espumas.

Es sin duda el momento de pensar
que el hecho de estar vivo exige algo,
acaso heroicidades —o basta, simplemente,
alguna humilde cosa común

cuya corteza de materia terrestre
tratar entre los dedos, con un poco de fe?
Palabras, por ejemplo.
Palabras de familia gastadas tibiamente.

APOLOGÍA Y PETICIÓN

Y qué decir de nuestra madre España,
este país de todos los demonios
en donde el mal gobierno, la pobreza
no son, sin más, pobreza y mal gobierno
sino un estado místico del hombre,
¿la absolución final de nuestra historia?

De todas las historias de la Historia
sin duda la más triste es la de España,
porque termina mal. Como si el hombre
harto ya de luchar con sus demonios,
decidiese encargarles el gobierno
y la administración de su pobreza.

Nuestra famosa inmemorial pobreza,
cuyo origen se pierde en las historias
que dicen que no es culpa del gobierno
sino terrible maldición de España,
triste precio pagado a los demonios
con hambre y con trabajo de sus hombres.

A menudo he pensado en esos hombres,
a menudo ha pensado en la pobreza
de este país de todos los demonios.
Y a menudo he pensado en otra historia
distinta y menos simple, en otra España
en donde sí que importa un mal gobierno.

Quiero creer que nuestro mal gobierno
es un vulgar negocio de los hombres
y no una metafísica, que España
debe y puede salir de la pobreza,
que es tiempo, aún para cambiar su historia
antes que se la llevan los demonios.

Porque quiero creer que no hay demonios.
Son hombres los que pagan al gobierno,
los empresarios de la falsa historia,
son hombres quienes han vendido al hombre,
los que han convertido a la pobreza
y secuestrado la salud de España.

Pido que España expulse a esos demonios.
Que la pobreza suba hasta el gobierno.
Que sea del hombre el dueño de su historia.