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Ismael Pérez Pazmiño

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AMANECE EN MADRID [Mi poema]
Ismael Pérez Pazmiño [Poeta sugerido]

MI POEMA …de medio pelo

 

Amanece en Madrid, sueña la luna,
la luces del farol pierden su encanto,
por la calle Mayor se escucha el llanto
de un niño bostezando de su cuna,
del ruido un adelanto.

Despereza Madrid, calles desiertas,
es invierno esta noche y hace frío,
aún bosteza el silencio, desavío,
simulando la calle está sin puertas,
atento está el estío.

Las hojas van rumiando medio muertas
esperando que acuda el barrendero,
les recoja y que lleve al vertedero
y sirva para abono de las huertas,
de algún invernadero.

Los ecos cenicientos ya se apagan,
se van al mismo tiempo que la vida
que empieza a despertar embravecida,
los coches por las calles se propagan
con rabia enfurecida.

La bulla en la ciudad se hace presente
al ritmo que se mezcla con las prisas,
las gente en las tabernas, las sonrisas
saliendo a pasear con su aliciente
y ya sin cortapisas.

Vive el ruido, la juerga y la movida
los trastos de matar y la pasión.
Madrid está en constante excitación,
mas llega ya la noche y desabrida,
de nuevo echa el telón.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Ismael Pérez Pazmiño

Juramento

Todo pasa en el mundo, todo dura
lo que dura una flor, un ave, un nido:
todo muere o se pierde entre la obscura
y pavorosa noche del olvido…

Mas, el amor intenso y la ternura
en que por ti, latido tras latido,
arde mi corazón y han convertido
mi vida en una noche de amargura,

no pasarán jamás. Podrán los años
rodar fugaces en veloz carrera
y apagar tus miradas y tus besos

con su soplo mortal… los desengaños
exaltarán mi amor, y cuando muera
¡aún en la tumba te amarán mis huesos!

1

Mi verso es tan sencillo porque de mi alma brota
como brota la sangre de alguna arteria rota
porque mana espontánea de agua cristalina

2

Juramento
(A mi esposa)
Todo pasa en el mundo, todo dura
lo que dura una flor, un ave, un nido;
todo muere o se pierde en la oscura
y pavorosa noche del olvido.

3

Pero el amor inmenso y la ternura
en el que por ti, latido tras latido
arde mi corazón y han convertido
mi vida en una noche de dulzura
no pasarán jamás: podrán los años
rodar fugaces en veloz carrera
y apagar tus miradas y tus besos
Con un soplo mortal; los desengaños
exaltarán mi amor y, cuando muera.
¡aún en la tumba te amarán mis huesos!

4

I II
La muerte es buena y es útil
y llega a veces a tiempo
a poner fin compasiva
al mal que parecía eterno.

Es benigna cuando apaga
con el misterio de un beso
de seda, los ojos mustios
y apagados de un enfermo.

MI VERSO ES TAN SENCILLO

1
Mi verso es tan sencillo porque de mi alma brota
como brota la sangre de alguna arteria rota
porque mana espontánea de agua cristalina

2
Juramento
(A mi esposa)
Todo pasa en el mundo, todo dura
lo que dura una flor, un ave, un nido;
todo muere o se pierde en la oscura
y pavorosa noche del olvido.

3
Pero el amor inmenso y la ternura
en el que por ti, latido tras latido
arde mi corazón y han convertido
mi vida en una noche de dulzura
no pasarán jamás: podrán los años
rodar fugaces en veloz carrera
y apagar tus miradas y tus besos
Con un soplo mortal; los desengaños
exaltarán mi amor y, cuando muera.
¡aún en la tumba te amarán mis huesos!

4
I II
La muerte es buena y es útil
y llega a veces a tiempo
a poner fin compasiva
al mal que parecía eterno.

Es benigna cuando apaga
con el misterio de un beso
de seda, los ojos mustios
y apagados de un enfermo.
(1876-1944, Machala)

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Joaquín Sabina

Pongamos que hablo de Madrid

Allá donde se cruzan los caminos,
donde el mar no se puede concebir,
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.

Donde el deseo viaja en ascensores,
un agujero queda para mí,
que me dejo la vida en sus rincones,
pongamos que hablo de Madrid.

Las niñas ya no quieren ser princesas,
y a los niños les da por perseguir
el mar dentro de un vaso de ginebra,
pongamos que hablo de Madrid.

Los pájaros visitan al psiquiatra,
las estrellas se olvidan de salir,
la muerte viaja en ambulancias blancas,
pongamos que hablo de Madrid.

El sol es una estufa de butano,
la vida un metro a punto de partir,
hay una jeringuilla en el lavabo,
pongamos que hablo de Madrid.

Cuando la muerte venga a visitarme,
que me lleven al sur donde nací,
aquí no queda sitio para nadie,
pongamos que hablo de Madrid.